MIERCOLES 3 DE MAYO DE 2000

Ť Carece de la antigüedad necesaria para asumir el cargo, aseveran inconformes


El hijo de Gómez Sada, futuro líder del sindicato minero

Rosa Elvira Vargas y Elizabeth Velasco Ť Napoleón Gómez Sada, líder desde hace 40 años del Sindicato de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos, consiguió ayer, finalmente, imponer a su hijo Napoleón como su único sustituto en la directiva del gremio, para lo cual el viejo dirigente contó con el aval "moral" del propio presidente Ernesto Zedillo.

En los trabajos de la 31 convención ordinaria de ese organismo, Napoleón Gómez Urrutia será ratificado y, con ello, quedarán zanjados los obstáculos que enfrentó cuando en abril pasado la Secretaría del Trabajo declaró improcedente el nombramiento que le había otorgado la cúpula sindical en marzo y que de inmediato fue impugnado por dos miembros de la misma, a los que en respuesta casi de inmediato se les expulsó de la organización.

La autoridad laboral argumentó entonces que la designación del vástago era violatoria del artículo 215 de los estatutos del propio gremio, los cuales marcan como única instancia para tales designaciones a la Convención General.

Ayer, en Los Pinos, el secretario del Trabajo, Mariano Palacios, declaró que, con la convención de los mineros, ya no habrá ningún impedimento legal para que Gómez Urrutia, también director general de la empresa consultora Grupo Zeta, se convierta a futuro en el líder de los 70 mil trabajadores de ese gremio.

"Si los mineros quieren elegir a quien ellos consideren, están en su derecho", dijo el funcionario, y apuntó enseguida que el gobierno no puede "prejuzgar, juzgar ni tomar decisiones a nombre de los sindicatos".

Luego de la toma de protesta a los 97 delegados de la 31 convención ordinaria por el presidente Zedillo, los trabajos de ésta se trasladaron a la sede del sindicato de los mineros, en la colonia Narvarte, donde al parecer sesionaron todo el día, en absoluto hermetismo.

Vía telefónica, el secretario de Organización, quien sólo aceptó dar su apellido, Cornejo, explicó: "Ni los propios integrantes del Comité Ejecutivo participan en los trabajos de la convención". En el lugar y tras advertir la presencia de La Jornada, un vigilante cerró con una cortina metálica la puerta principal del edificio sindical. Pasivos observadores de la escena, una veintena de trabajadores también rechazó formular algún comentario sobre lo que ocurre con la vida interna de su organización. "No sabemos nada", repetían como invariable respuesta.

Gómez Urrutia, economista con posgrado en la Universidad de Oxford, rechazó en Los Pinos que el nombramiento que lo coloca virtualmente como sucesor de su padre sea resultado de una "herencia familiar". Aseguró que pertenece al gremio desde 1995. "He sido minero, soy trabajador, comisionado en el sindicato, haciendo tareas de auxiliar y de asesor del Comité Ejecutivo", se presentó.

Pero sus detractores, entre ellos Elías Morales, ex presidente del Consejo de Vigilancia, y Benito Ortiz, ex secretario del Trabajo de los mineros, aseguran lo contrario:

"La sección 120 del sindicato de Durango -a la que aquél afirma estar adscrito como miembro activo- no tiene ni cinco años de creada; por tanto, él tampoco tiene la antigüedad que exigen los estatutos para aspirar a algún cargo de representación". Hoy ellos dos se encuentran expulsados del organismo y están bajo proceso por haber cometido la osadía de impugnar al cachorro de Gómez Sada.

Gómez Urrutia ratificó los cargos que ya en desplegados periodísticos había lanzado el sindicato contra ambos opositores: "Traición y deslealtad". Y aunque sostuvo que en ese gremio existe "gran y absoluta democracia sindical", acosado por los periodistas, resbaló: "Se reacciona así ante alguien que no obedece, y la democracia se da de esa manera".

De su nombramiento, Gómez Urrutia expresó: "Ni me enteré ni estuve presente en la reunión cuando se tomaron los acuerdos".

Ante el presidente Zedillo, Gómez Sada, de 86 años, confesó que se encuentra internado en un hospital, pero que decidió dejarlo para acudir a la ceremonia para "decirles a mis compañeros, a mis amigos y a todo México, que no he muerto".

Ahí mismo, sin embargo, se confesó tranquilo porque "ya se nombró suplente mío, que es Napoleón Gómez Urrutia; por aquí anda también".

Tener sucesor es algo que tranquiliza al sempiterno líder minero, pues "me faltan casi dos años para terminar mi periodo (pero) si no regreso, Dios que los bendiga a todos", declaró, conmovido.

Más tarde, el patriarca del gremio restó importancia al conflicto sindical interno, pero todavía presentó su faceta política al asegurar que su sindicato apoyará al candidato del PRI, Francisco Labastida Ochoa, "hasta morir".