MIERCOLES 3 DE MAYO DE 2000

Ť Asevera que sus opiniones no varían en función del interés político instantáneo


Demagogia y populismo sólo han causado crisis y retraso: Zedillo

Ť El crecimiento económico, resultado del esfuerzo de los trabajadores y "muchos" empresarios, dice

Rosa Elvira Vargas Ť Este gobierno ha sido responsable y nunca ha dicho que los problemas económicos del país son de fácil e inmediata solución; tampoco ha cambiado de opinión de un día a otro, y en todo momento ha rehuido "la falsa promesa, la demagogia y el populismo". Además, se ha conducido con visión de largo plazo y sin caer "en manipulaciones con objetivos electorales", aseguró el presidente Ernesto Zedillo, y subrayó que la fortaleza económica que hoy tiene México "no es producto de la casualidad".

El crecimiento actual de la economía, expresó el mandatario, es resultado de la participación, el entusiasmo y el esfuerzo de los trabajadores y de muchos empresarios que han confiado en el presente y el futuro de la nación y de un gobierno que, sin desatender su compromiso social, ha sido invariablemente responsable.

Así, del concepto del sentido del deber, el jefe del Ejecutivo tomó una serie de expresiones que, además de dar certificación a lo que consideró el correcto proceder de su administración, fue asumida por muchos de quienes lo escuchaban como una réplica indirecta -porque no citó nombres- a quienes hoy participan en la contienda política.

Ser responsable, puntualizó Zedillo, ha significado hablar con veracidad acerca de los problemas económicos, "aunque a veces la verdad sea dura y superarla imponga esfuerzos adicionales"; ha supuesto, además, no ofrecer soluciones fáciles, ni sostener "que sólo con buena voluntad, sin más trabajo y más disciplina, pueden enfrentarse con éxito".

Y ante todo, declaró, esa misma responsabilidad ha llevado a evitar "la tentación de la popularidad del momento".

Este gobierno, indicó casi al final de su mensaje dirigido al sindicato de mineros y metalúrgicos del país, no varía sus opiniones "en función del interés político instantáneo o en la búsqueda del aplauso fácil", pues sólo se ha orientado por aquello que incumbe al país, a la mayoría de la gente.

Como otras veces, Zedillo precisó que su administración nunca ha recurrido a la falsa promesa, a la demagogia o al populismo, pues cuando esos fenómenos "tristemente'' han ocurrido, sólo han traído al país crisis y retraso.

México está mejor que antes y avanza por un camino firme y cierto, añadió, y por eso la economía seguirá conducida con responsabilidad fiscal, esto es, con finanzas públicas sanas; reduciendo paso a paso la inflación y "sin controles artificiales de precios".

Recalcó que la economía nacional crece hoy sobre todo por el impulso de las inversiones productivas y no por la llegada de capitales especulativos y que, a diferencia de otras épocas, hoy la deuda pública "es razonable y manejable".

Zedillo ofreció una vez más los indicadores que respaldan ese manejo "responsable" de las condiciones económicas del país: logro, en el 2000, de crecimiento del PIB por quinto año consecutivo; la tasa de desempleo más baja desde que existen estadísticas confiables y, sobre todo, posibilidades reales para seguir creciendo y elevar el poder adquisitivo de los salarios.

En la residencia oficial de Los Pinos, donde rindió homenaje al líder del gremio minero, Napoleón Gómez Sada, el mandatario aludió de nuevo a la conmemoración del Día del Trabajo, apenas anteayer, en la que "reafirmamos una vez más nuestra alianza histórica y la firme decisión de los trabajadores y del gobierno de la República de no permitir que se dé un paso atrás en los derechos y las conquistas" obreras.

Señaló entonces que el trabajo unido y la visión primordial en el interés nacional permiten defender mejor los objetivos de cada sector productivo, grupo social y localidad. Es mucho más lo que se puede conseguir partiendo de la concordia, la armonía y la tolerancia, indicó.

Y al referirse directamente al sector minero-metalúrgico del país, Zedillo había establecido también que esa actividad tiene un nuevo rostro productivo.

Admitió que el anterior fue un año especialmente difícil para la minería, debido a la caída en los precios internacionales y porque se trata de fenómenos que se han dado a lo largo de toda la historia y se repetirán irremediablemente en el futuro.

Sin embargo, aseguró, hoy el sector minero mexicano está más preparado para enfrentar esas dificultades y aprovechar mejor los periodos de repunte de precios.

Esa preparación, además de las adecuaciones legales a la actividad, está dada -abundó el mandatario- por una inversión equivalente a casi 5 mil millones de dólares entre 1995 y 1999.

Indicó además que, para el 2000, la Cámara Minera se ha comprometido a invertir el equivalente a más de mil 500 millones de dólares adicionales, lo que significará "más y mejores empleos".