La Jornada miércoles 3 de mayo de 2000

Marco Rascón
La democracia arrinconada /II

Reyes Heroles decía con elegante cinismo: "lo que resiste, apoya". Gilberto Rincón Gallardo sacó para su discurso en el debate los viejos apuntes que en 1988 retardaron, en pleno ascenso del movimiento democrático, la declinación de Heberto debilitando al PMS y al conjunto de la izquierda.

Rincón ha sido consistente: en 88 no declinó su candidatura a la senaduría en favor de Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez demostrando así que su rosa era sectaria, pero fue arrastrado por la fuerza popular que lo obligó a agazaparse en el PRD durante doce largos años para defender su ansiada minoría.

Su discurso tuvo aceptación entre jóvenes, ya que tomó para sus propuestas las resoluciones del XIX Congreso del Partido Comunista de 1981 a favor de las minorías sexuales, que en ese tiempo impulsaron los llamados "renovadores" del PC.

La gravedad del contenido de su discurso reside en que justifica su reivindicación como minoría política y esto lo alzó en hombros contra el programa social y político y la voluntad de ser mayoría. Ahí ganó su registro de partido, pues esos finos servicios ideológicos y políticos no se dan todos los días a un régimen en decadencia.

Sonó bien el discurso, no cabe duda, pero la paradoja es que lo convirtió en el héroe de la derecha, ya que su ascenso arrincona más el voto por el cambio democrático dándole al PRI lo que le falta ahora: minorías leales al poder y la garantía para mantener el proyecto económico.

Rincón sabía lo que hacía; es una posición que ha pensado y acariciado políticamente desde 1988. Esto puede llevar a pensar que detrás de su holgura había un resentimiento profundo que los medios del régimen adjudicaron a Manuel Camacho, pero nadie lo advirtió en Gilberto debido a su buena actuación y servicios. En él es clara la compatibilidad entre inteligencia y rencor, suavemente actuada para cautivar; la diferencia respecto a Camacho es que usó elementos de programa para acusar implícitamente de "rupturistas" a quienes cuestionan la continuidad del régimen. Después de ese discurso empieza a renacer la doctrina del "fraude patriótico", dado que el régimen necesita de una izquierda para legitimar el fraude.

Asimismo, el celebrado discurso, que exigió "respeto y tolerancia" para las minorías políticas, muestra una involución trágica: ni uno lo compara con la determinación de hace doce años en el Zócalo para ser mayoría y terminar con el régimen priísta de partido de Estado. ƑCuál es la lucha avanzada de Rincón Gallardo? ƑLa tarea hoy es ser reconocidos y respetados como minoría? Frente a la decadencia priísta, Ƒla lucha es por una izquierda madura, inteligente, pero, sobre todo, sumisa?

En el debate se demostró también que Porfirio Muñoz Ledo "decepcionó" al respetable público oligárquico y de locutores porque no se lanzó contra Cárdenas. Al margen de diferencias profundas que lo pusieron fuera del PRD y como candidato marginal, Porfirio demostró que no es un sirviente del régimen y no usa las armas de un motivado rencor contra su propio origen. Porfirio salió a jugar solo y a perder también en soledad pero con gallardía; quizá es la primera víctima entre el voto útil y el ascenso de Rincón.

La nostalgia principal son las campañas priístas contra el PRD, pues el régimen apuesta a que, más allá de las amenazas de Fox, está el PAN para pactar; el blanquiazul es otro partido que asume que ser minoría perpetua es salvar al país porque perdiendo frente al PRI, siempre se gana e impide que otros ganen, como hoy calculó con decisión el candidato presidencial del PDS, el partido antigrillos, el partido de la rosa.