* Dos labriegos muertos y más de 200 heridos durante enfrentamientos


Amenaza Brasilia con usar la fuerza militar contra campesinos

* Fueron ocupados edificios públicos en 21 ciudades * La crisis agraria, en un callejón sin salida

Ap, Afp, Reuters y Dpa, Río de Janeiro, 3 de mayo * El gobierno brasileño endureció hoy su posición al advertir que podría recurrir a la fuerza militar para desalojar a miles de miembros del Movimiento de los Sin Tierra (MST) de los edificios públicos que ocuparon la víspera en 21 ciudades del país, en una violenta jornada que dejó dos campesinos muertos y más de 200 heridos en enfrentamientos con la policía.

El MST informó que Antonio Tavares Pereira, de 38 años de edad, falleció anoche por una herida de bala recibida durante el violento enfrentamiento de unos 2 mil campesinos del MST con la policía de Curitiba, capital del estado de Paraná, que utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para impedir el ingreso de los trabajadores a la ciudad.

Además, según el coordinador del MST en Paraná, Ubiracy Stevko, otro campesino fue asesinado por la policía militar de Curitiba, que habría trasladado su cuerpo a un lugar desconocido

La información fue confirmada por la Comisión Pastoral de la Tierra, que depende de la Iglesia católica, pero no por la Secretaría de Seguridad Pública de Paraná, que insistía hoy en que Pereira ingresó al hospital herido antes de los enfrentamientos con la policía.

La protesta del MTS, que se inició el martes con las invasiones de dependencias oficiales en demanda de títulos de propiedad y créditos para los campesinos pobres, pareció entrar en un callejón sin salida con la muerte de los dos labriegos y el endurecimiento de las autoridades.

 

Advertencia gubernamental

 

El presidente socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso acusó este miércoles al MST, a través de su vocero Georges Lamaziere, de "irrespetar la democracia y la ciudadanía" al ocupar oficinas públicas, y consideró que la muerte de al menos un campesino y los otros hechos de violencia "deben servir de alerta para aquellos que optaron por la provocación".

A su vez, el ministro de la Reforma Agraria, Raúl Jungmann, dijo que "no hemos decidido todavía el uso de la fuerza militar, pero podríamos hacerlo si lo consideramos necesario".

Insistió además en que la única forma de que el gobierno accederá a negociar con el MST es si se entregan los responsables de la ocupación de edificios públicos: "No estamos buscando dirigentes o seguidores, estamos buscando a los criminales responsables de estas invasiones de espacio público. Esto no es negociable".

Fuentes del gobierno dijeron que se podría ordenar la detención preventiva de los líderes del MST responsables de la ola de invasiones, ofensiva gubernamental que se inició hoy mismo con el traslado a un penal de 14 campesinos detenidos el martes.

Pese a las amenazas, tanto el gobierno como el MST dieron pasos hacia una tregua de tensiones.

"Vamos a hacer todo lo posible para evitar una confrontación", dijo Gilmar Mauro, coordinador de la dirección nacional de los sin tierra, al anunciar que sus miembros desalojarán los edificios si la policía reprime nuevamente, para evitar otras víctimas, o si las autoridades presentan una orden judicial en ese sentido.

A su vez, Cardoso consideró "positiva" la iniciativa del Congreso de formar una comisión para negociar con los campesinos sin tierra, aunque el ministro de Hacienda, Pedro Malán, dijo que no participará en esas negociaciones mientras persistan las ocupaciones de edificios públicos.

Con todo, el MST --que promueve la ocupación de haciendas ociosas para alertar sobre la profunda desigualdad en la tenencia de tierra en Brasil, donde la mitad de las tierras fértiles están en manos de un puñado de familias-- seguía hoy ocupando edificios públicos, aunque aclaró que sus militantes saldrán de esos locales para acampar en los alrededores.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Criadores de Ganado Cebú, Rómulo Kardec, realizó este miércoles veladas amenazas de más violencia en el campo brasileño si las autoridades no impiden las invasiones de tierra.

"Es hora de poner fin a este desorden. Toda acción genera una reacción y si no hay una acción de las autoridades, el choque será inevitable", dijo Kardec, quien justificó la violenta represión de la víspera en Paraná, al asegurar que allí la policía dio un buen ejemplo al actuar contra "agresores y anarquistas".

En este contexto, los obispos de Brasil divulgaron una carta pastoral en la que, además de reiterar las disculpas de la Iglesia católica brasileña a los negros y a los indígenas por el trato recibido durante los últimos 500 años, pidieron que se demarquen rápidamente las tierras de las etnias, y recomendaron una política social para erradicar la pobreza.

Paralelamente, un informe del diputado opositor Angelo Queiroz sostuvo que el gobierno del presidente Cardoso gastó en la fiesta del quinto centenario del descubrimiento de Brasil 33 millones de dólares, 11 veces más que las inversiones consagradas anualmente a las comunidades indígenas del país sudamericano.

Los festejos resultaron un fracaso: la costosa réplica de la carabela que trajo a los colonizadores portugueses no consiguió navegar, mientras que la prensa local y mundial divulgó las imágenes de la violenta represión policial a indígenas que se manifestaban contra esos festejos.