La Jornada sábado 6 de mayo de 2000

Luis González Souza
La otra elección

Nadie cuestiona la importancia de la elección presidencial de julio próximo. Pero hay otra elección todavía más importante, de la que incluso depende aquélla. Nos referimos a la elección entre la guerra o la paz, entre un México-Acteal o un México digno. Es la elección más primera.

Más primera, porque si termina de estallar la guerra contra los indígenas de Chiapas, nada conservará sentido para México. La transición a la democracia acabaría de traducirse en una antitransición al totalitarismo. Si aun con guerra abierta se realizaran elecciones, el ganador resultaría algo así como el Presidente del Desastre y los perdedores quedarían en algo muy parecido a la calidad de refugiados.

Para la ciudadanía una guerra total en Chiapas causaría estragos todavía mayores. Su credencial de elector sería recordada como un boleto (aunque gratuito) para protagonizar, y no sólo aplaudir, El infierno, de Dante o Los miserables, de Víctor Hugo. El debate sobre el nuevo proyecto de nación sería sustituido por la autopsia de una nación sin proyecto y sin más debates.

Y si se mantuviera frontera alguna con Estados Unidos, los "halcones" del Pentágono monopolizarían las recriminaciones de la sociedad estadunidense a causa del desastre mexicano. El proverbial dicho quedaría invertido: "Pobre EU, tan lejos de Dios y tan cerca de México". O tal vez daría lugar a uno más actual: "Pobre Dios, tan ocupado en resucitar a México y tan poco ayudado por EU".

No hay lugar ni tiempo para más engaños y tardanzas. Sí el clan guerrerista sigue escalando la guerra en Chiapas, todos perderemos. Y el problema es que esa guerra sigue escalando. Lo hace de manera silenciosa, cuando no tramposa. Y lo hace en forma tan acelerada, que ya casi es historia el recorrido que hicimos por Chiapas hace un par de semanas, junto con legisladores, periodistas y otros ciudadanos.

Ya de regreso nos enteramos de que el engendro policiaco-militar de la PFP está a punto de tomar en sus propias manos, como lo hizo en la UNAM, la Ƒsolución? del conflicto en Chiapas. Asimismo, nos enteramos de que el EPR se propone reaparecer en Chiapas con "propaganda armada" por lo pronto. Y como si se buscara la provocación total, México será representado en la UNESCO, olimpo de la educación para la paz, por el guerrerista Eraclio Zapeda (ver en La Jornada de ayer el artículo de Juan Bañuelos y Oscar Oliva, ellos sí grandes poetas, de una sola y vigorosa pieza).

El objetivo inmediato ya es casi obvio: coronar la guerra antindígena con el aniquilamiento inmediato del EZLN. Ello, sin importar que sea una guerra contra las raíces mismas de México, una guerra contra su reserva de dignidad más añeja y a la vez vigente. Misma que ha puesto al viejo régimen priísta al borde de la derrota electoral.

En seguida y por lo mismo, se busca salvar al anciano PRI (en efecto, ni "nuevo" ni "viejo"). Nada mejor que aprovechar la masacre del zapatismo para realimentar, ya no el voto del miedo como en 1994, sino ahora el voto del pánico. Y de pilón, el voto cacerolero: mano superdura y ša petición del público! "Globalaceado" como ha quedado el México "moderno", las reacciones internacionales son las que más importan a nuestro staff gobernante. Pero, eficiente como es, éste ya prepara la medicina del caso.

En lo estratégico, ya prepara la bendición y hasta el aplauso del nuevo Jefe Máximo (el general Streets, en vez de Calles). Derrumbado el fantasma comunista, los genios de Washington ya cuentan con su nuevo enemigo, ahora triple: el narcotráfico (de otros), el terrorismo y el nacionalismo (también de otros). No menos genial, su contraparte mexicana ya avanza en la asociación del EZLN con el cultivo de enervante, con acciones tipo EPR, con un nacionalismo šincluso "separatista"! Y para aventajar al maestro, la asociación se extiende hasta el delito de ecocidio (para prevenirlo, faltaba más, iría la Policía Federal Preventiva).

Y en lo táctico, otra vuelta de tuerca puede encontrarse en la reciente expulsión, perdón, "rechazo" de Ted Lewis, reconocido dirigente de Global Exchange, a su vez organización emblemática de la solidaridad internacional. Todo, menos "mirones" en el asalto final contra el EZLN. Mucho menos, si son extranjeros.

Las cartas están abiertas. "Por todo y con todo", va el candidato del anciano PRI. ƑQué haremos los demás? ƑVotaremos por el futuro de México o por su incendio guerrerista? ƑPara qué servirá la elección presidencial si se pierde la elección "más primera" ; Ƒvotaremos luchando hoy mismo por la paz, o nos arriesgamos hasta el 2 de julio?

lugsouza@servidor,unam.mx