La Jornada domingo 7 de mayo de 2000

Antonio Gershenson
Errores y perdedores

A veces el resultado de una elección no lo determina simplemente quien presentó mejores alternativas, o hizo mejor campaña, o de perdida quien proyectó una mejor imagen. A veces lo determina también quien comete errores más grandes. Y uno de estos fue la genial idea de impugnar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.

El PRI y el PAN se lanzaron, por un lado, por la desesperación derivada del creciente porcentaje del candidato impugnado en las preferencias electorales. Por otro lado, creyeron ver una coyuntura para eliminarlo. No sólo ignoraron la solidez de las bases legales de su registro, sino sobre todo ignoraron el plano político del problema.

ƑCómo queda el PRI, recurriendo a mañas del pasado en vez de argumentos para el futuro, quitando las vendas a momias políticas del periodo predemocrático de este país, célebres sólo por las "caídas del sistema", los ratones locos, los carruseles y demás medios para "ganar" elecciones a como diera lugar? ƑCómo queda su candidato presidencial hablando del "nuevo PRI" al tiempo que incorpora a su equipo a todo un repertorio de dinosaurios?

ƑCómo queda el PAN, aliándose con el PRI contra un partido de oposición, luego de que su candidato presidencial repitió durante meses que era necesaria la alianza de todas las fuerzas opositoras contra el PRI y el gobierno? ƑCómo queda cuando recurre a viejos trucos priístas después de haberlos condenado durante toda la campaña electoral?

Una parte de la respuesta la tenemos en las mismas encuestas. Un diario capitalino, insospechable de ser partidario de López Obrador, ha estado llevando a cabo, y publicando, encuestas mensuales en el Distrito Federal. Si eliminamos a los que no contestaron para tener una mejor idea del peso relativo de cada candidato en cada momento, vemos que López Obrador pasó de 28 por ciento (tercer lugar) en enero, al 37 por ciento en marzo (primer lugar de aquí en adelante) y en abril, luego de la impugnación, al 41 por ciento.

Silva Flores (alias Herzog), del PRI, pasó del 34 por ciento en enero a 32 por ciento en marzo y, en abril y después de la impugnación, al 30 por ciento. Y Creel, del PAN, bajó del 34 por ciento en enero al 30 por ciento en marzo y, en abril y después de la impugnación, al 28 por ciento.

Otra parte de la respuesta voy a verla en un rato más. Dejo el artículo a medias para ir al Zócalo al evento de apoyo a López Obrador ante el intento de sacarlo de las elecciones "por las malas", y termino al regresar.

El Zócalo estaba lleno, apretadamente lleno. Por lo menos desde el punto en el que me quedé varado, ya no era posible moverse de lo apretada que estaba la gente. Ni yo ni mis vecinos podíamos ver la tribuna desde ese punto. Sólo cuando la lluvia se hizo más fuerte y salieron algunas personas, pudimos avanzar, y ver desde el principio del último discurso, a cargo de Cuauhtémoc Cárdenas.

Un acto así, sin el error de tratar de cancelar el registro, no hubiera sido posible, salvo tal vez en el cierre de campaña, demasiado tarde como para influir en los resultados nacionales. Sucedió el 5 de mayo, casi dos meses antes del día de la elección. Esto, junto con el plebiscito del domingo 14, sobre el mismo tema, ya puede influir en la tendencia, de por sí creciente, de la votación nacional por Cárdenas.

Es un hecho que se derrumba el esquema tan cuidadosamente trabajado e inculcado desde los grandes medios de difusión, de que la decisión está entre Fox y Labastida. La decisión es, en todo caso, entre tres, y si se sostienen estas tendencias, quienes cometieron estos errores quedarán como perdedores.