La Jornada domingo 7 de mayo de 2000

Ť El campesino recibió el pasado 5 de abril un premio internacional de ecología


Una gran vergüenza: Rodolfo Montiel encarcelado

Elena Poniatowska

A los 44 años, Rodolfo Montiel Flores ya no tiene dientes y se encuentra encarcelado en el Cereso de Iguala, Guerrero.

Golpeado, torturado, con su compañero Teodoro Cabrera, de 49 años, su delito es proteger los bosques.

Rodolfo Montiel Flores, campesino ecologista, es el líder de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán AC, que fue creada en febrero de 1998 para evitar la creciente tala de los bosques a manos de la empresa multinacional Boise Cascade, (una de las compañías madereras más grandes del mundo, cuyas funciones ya han sido limitadas en Estados Unidos y Canadá), en contubernio con caciques locales como Bernardino Bautista Valle, miembro y anterior líder de la Unión de Ejidos ''Rubén Figueroa''.

Ante la tala inmoderada y la nula respuesta de las autoridades gubernamentales, la Organización de Campesinos Ecologistas decidió hacer un paro para cerrar los caminos que comunican las sierras de Petatlán y Coyuca de Catalán, y así detener el transporte de la madera en rollo a los aserraderos. Con esto se logró que la nefasta Boise Cascade saliera del estado de Guerrero, en agosto de 1998.

El 2 de mayo de 1999, un comando del 40 Batallón de Infantería del Ejército irrumpió a tiros en el pueblo de Pizotla, Guerrero, y detuvo a Rodolfo Montiel Flores -y a Teodoro Cabrera García-, ante los azorados ojos de su mujer, Ubalda Cortés, y de sus hijos. Pasaron varios días antes de que Ubalda pudiera dar con su marido. Todos se lo negaban, soldados y autoridades.

Los dos campesinos ecologistas permanecieron en poder de los militares durante cinco días, dos de ellos en el puesto de mando improvisado en la comunidad de Pizotla, y tres en el cuartel del 40 Batallón de Infantería de Ciudad Altamirano, Guerrero, donde fueron continuamente torturados.

A un año y cinco días de su detención, los dos campesinos ecologistas sufren las consecuencias de las torturas: orinan sangre, tienen los testículos contraídos, así como nódulos en la espalda, lesiones en la cabeza y el estómago.

ƑDe qué los acusaban?

Hoy están siendo procesados por los supuestos delitos de cosecha de mariguana y amapola, así como portación de armas para uso exclusivo del Ejército, proceso que tiene su único sustento jurídico en las declaraciones autoinculpatorias que firmaron bajo tortura.

''Si no firman, ustedes saben. A ver qué hacemos con sus familias; ellos ya saben porque también a ellos los amenazamos de muerte''.

Los soldados los amenazaron con dispararles en el cráneo y matar a sus familias, con el fin de obligarlos a declararse culpables. Las represalias en Guerrero son a muerte. Firmaron, no les quedaba otra.

Lo que jamás imaginaron las autoridades de Guerrero fue que a Rodolfo Montiel Flores, un campesino mexicano que no sabe leer y firma documentos poniendo su huella digital, le otorgarían el 5 de abril de este año un premio equivalente al Nobel, el Goldman Environmental Prize. En una llamada telefónica desde la cárcel, Rodolfo, sorprendido, dijo que utilizaría los 125 mil dólares del premio para crear un fideicomiso con el objeto de adquirir equipo de riego para la región.

Para México debería ser una vergüenza pensar que dos hombres reconocidos internacionalmente, no sólo reciben trato de criminales, sino que se encuentran injustamente encarcelados. Mientras que en México Rodolfo está preso, el resto del mundo lo considera un héroe. La labor de Rodolfo y de Teodoro ha sido reconocida por Amnistía Internacional, Sierra Club (una de las ONG más prestigiosas del mundo por su protección del medio ambiente) y por The Goldman Environmental Foundation. En México también los defiende el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

ƑCómo se inició el conflicto?

''Llegamos a unirnos 104 personas. Sacamos permiso de Relaciones Exteriores, nos registramos como Organización de Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán. Hicimos nuestros sellos muy bonitos, con unos árboles y una cascada. Todo estaba en orden. Siempre debe haber una gente que dé el primer paso, y yo fui quien empezó a animar a los demás, querían que yo fuera presidente, pero les dije que no porque tenía temor. En la organización formamos una mesa de consejo con dos representantes de cada comunidad: Santa Rosa, El Arroyo Frío o La Lajita, Arroyo Verde, El Parotal, Las Mesas, Barrio Nuevo, El Mameyal, El Mamey, Corrales, La Finca y Los Huajes de Ayala, que pertenecen a Coyuca de Catalán. No hacíamos las reuniones en la casa ejidal para no entrar en conflicto con las autoridades -dice Rodolfo Montiel Flores-, las hacíamos en la cancha de futbol porque hay unos árboles bonitos y una barranquita con agua que ahí nace, pero si las autoridades querían, podían ir.

''Cuando empezó a haber represión porque hicimos el paro, sacamos una cartulina donde dibujamos el manantial, la laguna, el río, el mar. Y le fabricamos unos cerros llenos de árboles. También a otra cartulina le pusimos otros árboles cortados en trocitos, el manantial seco, para que se viera por lo que luchamos.

''Hicimos una manta que decía 'šAlto a la deforestación y a la quema de nuestros bosques!'. Aunque algunos no somos ejidatarios, todos nos sentimos dueños de los bosques, pero hasta nos pusieron una caseta de cobro para entrar al bosque. A las motos les pedían 5 pesos, a las camionetas 8, a los camiones de doble rodada 10 y al carguero 20. Repartimos 2 mil volantes diciendo que el agua se acababa y que era el futuro de nuestros hijos.

''Y empezó la represión. Los militares rodearon la casa y les preguntaron a mis niños si ahí vivía El Burro, porque así me dicen.

''Yo tengo seis hijos con mi esposa Ubalda Cortés Salgado.

''En México -continúa Montiel Flores-, puro explotan pero nada siembran. En Uruapan trabajé con un señor que hablaba de ecología, Alfredo Chávez, y él fue el que me animó porque sabía mucho: 'Anda ve y despierta a otros', me dijo. En Uruapan se tumbaba un árbol y se sembraban otros. Aquí, los caciques son los que talan en unión con el gobierno. Hay corrupción. Por ejemplo, con una remisión para un viaje de madera sacaban dos viajes: uno de noche y otro de día. En el día era el legal, en la noche el ilegal.

''Somos gente que no tuvimos escuela, hicimos lo que nuestra capacidad nos dio a entender y aunque hablamos todo mocho, pues aquí le estoy platicando. Nuestra lucha era legal. El gobierno nunca nos dijo una contestación y se hizo de la vista gorda, seguramente porque estábamos afectando su bolsillo. Fuimos con Silvestre Pacheco León, que nos ayudaba a hacer escritos y a enviarlos. Le mandamos uno al gobernador y otro a Julia Carabias. Creíamos que el gobierno iba a escuchar nuestras quejas, no era un beneficio sólo para nosotros. También era para ellos y su familia, porque estoy seguro que ellos también utilizan la sombra.

''ƑPor qué los militares toman agua si no la necesitan? ƑPor qué se sientan en la sombrita? Todos buscamos la sombra porque sabemos que es vida. Y el aire. ƑQué va a ser de nosotros sin agua?

''Ya no se puede ni sembrar porque ya no hay agua. Antes sembrábamos frijol y sacábamos toneladas. Ahora siembran y sacan 800 kilos porque cuando florea, necesita agua, si no se agota'', le contó Rodolfo a Mayra Pérez Cuen.

''Ya no llueve a su debido tiempo, llueve cuando ya no se ocupa, en marzo o abril cuando ya no hay suficiente aire. Antes llovía porque había nubes en su debido tiempo, cuando el agua se tardaba llovía por el 15 de mayo pa'lante, ahora viene lloviendo el 24 de junio pa'lante. Antes en octubre se hacían lluvias grandes, ahorita en septiembre ya no llueve. ƑCon qué derecho le decimos a nuestra señora, a ver, arrímame un vaso de agua, si no tenemos agua y no tenemos pantalones pa' defender el agua!

''Carretera nunca hemos visto. Sólo abren brecha para meter la maquinaria, a veces hasta dejan cargas en el camino y nosotros, los avecindados, nos quedamos a pico y pala para rellenar los agujeros que dejan.

''ƑLos recursos a dónde quedan? No se sabe, quedan entre el gobierno y los caciques de las comunidades... Y algunos recursos quedan con los pistoleros que mandan para que lo maten a uno.

''En algunas partes no dejan ni zacatito, porque la grúa deja puro barbecho. Matan los árboles chiquitos, de cinco o diez añitos, los matan con el árbol grande. Y el que no se alcanzó a morir, se acaba cuando viene la lumbre. Eso nos empezó a doler.

''Antes había ríos con muchos camaroncitos, mucha vegetación y vida. Los campesinos grandes, cuando yo era chico, sacaban camionadas de maíz, ahora no se saca ni el maíz del gasto. No hay agua, desde 1985 se acabó todo.

''No sólo el dinero es el futuro de nuestra familia, también la vegetación. Por ejemplo, si nosotros la vemos difícil para mantener a nuestros hijos, Ƒcómo se la verán nuestros hijos para mantener a sus hijos?''.

En distintos municipios de Petatlán, pistoleros mandados por el cacique Bernardino Bautista han asesinado a Aniceto Martínez, de 22 años; Elena Barajas, de 18, y Romualdo Gómez García, de 16, todos ellos campesinos ecologistas como Maximino Marcial Jaimes, desaparecido por miembros de un grupo paramilitar. Jesús Cervantes Luviano, de 25 años, comisario de la comunidad Banco Nuevo, fue torturado por miembros del Ejército Mexicano a petición de Bernardino Bautista.

El 5 de abril, Blanche Petrich viajó a Iguala y habló largamente con el serrano Rodolfo Montiel, que ''se empeñó en preservar las arboledas sobrevivientes con una lógica sencilla: sin árboles, las nubes se van de paso, los rayos del sol se vuelven más calurosos, como si tuvieran pilas nuevas. Sin sombra, se secan los ríos y los arroyos; sin agua, no hay cosechas, en perjuicio de los campesinos y los profesionistas que comen esas cosechas''.

Hoy, Francisco Martín del Campo me contó que se han gastado mil millones de dólares en las campañas de todos los partidos, y pienso en el niño Rodolfo que retrata Blanche Petrich cuando caminaba por la sierra bajo los árboles de entonces, enormes, umbrosos hasta formar un bosque y tapizar el suelo de hojarasca. Rodolfo Montiel Flores, hoy premio internacional de ecología, que de chamaco atrapaba en un abrazo un gran montón de hojas y se alegraba de su única riqueza, cumple un año en el Cereso de Iguala.

ƑNo es ese un claro indicio de nuestra estupidez y nuestra corrupción? Aquí, en la ciudad, en lugar de hojas vemos miles de banderolas de plástico no reciclable que en todos los postes repiten el mismo rostro enfermo de poder. Mientras tanto, a un campesino analfabeta y defensor de la tierra lo torturamos porque se opone a que talen su bosque para beneficio de los caciques y las trasnacionales como Boise Cascade.