CIUDAD PERDIDA Ť Miguel Angel Velázquez
Ť Tras la noticia con guaruras
Ť Fox, factor de unión de los dos PRI
Nadie podrá dudar ahora del profesionalismo de la gente de noticias de la televisora del Ajusco. Resulta que desde el miércoles pasado, en las calles de Alpes, al poniente de la ciudad, una unidad de esa emisora hace guardia, noche y día, para lograr una entrevista.
Sí, usted imaginó bien. La casa pertenece al procurador del Distrito Federal, Samuel del Villar Kretchmar, quien se ha negado a ser entrevistado por los reporteros de la televisora "por el manejo tergiversado que acostumbran dar a la información", informó el director de comunicación de la dependencia, Héctor Ramos.
Frente a ello, la gente del Ajusco decidió montar un plantón permanente a las puertas de la casa del funcionario y para cuidar a la locutora encargada de lograr la entrevista un trío de hombres armados la acompañan.
Una denuncia al 061 puso en alerta al Ministerio Público que, acompañado de agentes de la Policía Judicial del Distrito Federal, se trasladaron al lugar, y allí detuvieron a los hombres, de quienes la locutora dijo son su guardia personal.
Sea como fuere, más que el trabajo de un periodista, lo sucedido ayer tendría cara de provocación, porque nadie se explica para qué quiere alguien dedicado a la noticia la protección de hombres armados. En fin, la cosa al parecer no parará allí. Los hombres a quienes se halló en posesión de pistolas nueve milímetros fueron remitidos anoche a la autoridad correspondiente.
Por el PRI
A principios de la semana que terminó un grupo de cuando menos cinco priístas buscaba en la colonia Pensil una locación para grabar un comercial o para efectuar un acto masivo con su candidato Francisco Labastida.
El asunto iba bien, viento en popa, para no dejar pasar un lugar común. El sitio parecía correcto, se medían hasta los efectos de luz, porque se trataba de un acto de importancia.
A la cabeza del grupo estaba Roberto Campa Cifrián, recién encargado de la campaña de Labastida en el Distrito Federal. Absorto en su trabajo y confiado, Campa tomaba pareceres, creaba ambientes y daba rienda suelta a la imaginación.
De pronto, un grupo de hombres interrumpió el trabajo de los priístas. Entre gritos y majaderías se lanzaron hacia los partidistas. Todo se volvió confuso. Ninguno de los políticos alcanzaba a entender el porqué de la agresión.
Por fin las intenciones quedaron descubiertas: el grupo de priístas era asaltado por una banda, presumiblemente del lugar. Los delincuentes iban armados y despojaron de sus pertenencias, relojes y carteras a los militantes.
Sólo Campa Cifrián decidió no entregar su teléfono celular. Lo tenía bien agarrado en una de sus manos. Los asaltantes trataron de quitárselo, pero se resistió. Dicen quienes fueron testigos del asunto que se hicieron algunos disparos, aunque nadie resultó herido, y Campa se quedó con su teléfono.
Según se dice ya hay una denuncia ante las autoridades competentes y se investiga en el área a las bandas que merodean por la colonia.
Temporada de elecciones
En los dos meses por transcurrir, la guerra por el poder dará varios vuelcos. Las constantes mentiras de Fox empiezan a revertirse en su contra y las mediciones publicitarias ya acusan el fenómeno.
Sin duda habrá quienes quieran dar una explicación a la situación, pero en algún momento será imposible ocultar la debacle foxista. ƑQuién quiere para Presidente a un hombre que cambia de postura política día con día? En fin, así es la cosa en el foxismo que preocupa al PAN.
Por el PRI los problemas parecen crecer, y digo parecen, porque más que debilidad los priístas encontraron el pretexto necesario para lograr la simbiosis milagrosa entre el priísmo jurásico y el neoliberal.
Hasta hace no mucho tiempo a nadie le parecía justo involucrar a los emisarios del pasado en el proyecto de Labastida, pero surgió el peligro; Fox fue, entonces, el pretexto para reintegrar a un PRI desunido y en peligro de muerte.
Ahora, de nuevo, se jactan de ser "la máquina", y se dicen a punto para echar a andar todo aquello que la experiencia negra de un periodo de gobierno que aún no termina puede ejercer.
De cualquier forma, hasta ahora nadie hace apuestas a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, pero la historia podría repetirse. No sería la primera vez. Hace tres años las encuestas ubicaron en el tercer lugar a Cárdenas y, de pronto, se inició el repunte que lo llevó a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Esta vez las cosas no son iguales, pero de cualquier manera, entre quienes mantienen su fe en Cárdenas hay, ahora, un nuevo impulso, y las cosas en la recta final pueden cambiar.