LUNES 8 DE MAYO DE 2000
Ť Según el BID, en parte es atribuible a instituciones públicas poco eficaces
Un latinoamericano gana 10 mil 600 dólares menos al año que un rico
Ť Baja tasa de crecimiento, desigualdad en la distribución del ingreso, entre los problemas
Afp, Washington, 7 de mayo Ť El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está ''preocupado'' por la multiplicación de señales de ingobernabilidad en países de América Latina, admitió el presidente del organismo regional, Enrique Iglesias, al presentar el informe anual sobre Progreso económico y social de la región.
Iglesias destacó que los 46 países del BID creen en la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, pero a través de canales democráticos y en paralelo con un fortalecimiento del Estado y las instituciones políticas, ''pues de lo contrario se crean desbalances peligrosos, y eso es un hecho que no podemos ignorar''.
Evitó, sin embargo, emitir juicios sobre las insurrecciones indígenas en México y Ecuador, o las protestas y marchas ocurridas las últimas semanas en Brasil, Bolivia, Costa Rica, El Salvador o Venezuela, para presionar por cambios en las políticas gubernamentales.
Iglesias indicó que ''la situación social está detrás de buena parte de esos movimientos'', pero reconoció que ''hay otros temas'' por lo cual no se puede atribuir su origen ''a temas exclusivamente sociales''. Agregó que ''las dificultades políticas siempre son factores de preocupación, por cuanto afectan el clima del desarrollo económico y social''.
Según el informe, América Latina se puso a la cabeza del mundo al hacer de la democracia la forma de gobierno durante la década de los años 80, pero mientras más de 60 por ciento de sus habitantes apoyan ese sistema político, apenas 35 por ciento está satisfecho con sus resultados.
El porcentaje de satisfacción más alto con la democracia es en Uruguay y Costa Rica, con más de 60 por ciento, mientras en Brasil, Colombia y México es de apenas 25 por ciento.
Con pocas excepciones, el panorama de América Latina se caracteriza por partidos políticos débiles, apatía respecto de la democracia, un sistema judicial débil, bajos niveles de interés político y bloqueo político entre los poderes Legislativo y Ejecutivo. ''En términos del imperio de la ley y el control de la corrupción, América Latina se sitúa en un nivel inferior a cualquier otro grupo de países, con excepción de Africa'', indicó el documento.
Los países de la región están por encima del promedio mundial en cuanto a la calidad del marco regulatorio y legal, pero por debajo, superada ampliamente por el Sudeste Asiático y los países desarrollados, en cuanto a efectividad de la administración pública.
Según estimaciones del BID, dos tercios de la brecha de 10 mil 600 dólares anuales en el ingreso promedio per cápita entre los países desarrollados y América Latina pueden atribuirse a ''instituciones públicas menos eficaces, predecibles y transparentes''.
Al respecto, el estudio recomendó una mayor participación política de los ciudadanos en el gobierno, y reformas que permitan a los votantes ''castigar a políticos indiferentes y corruptos''.
El documento de unas 200 páginas examinó los factores institucionales, geográficos y democráticos que frenan el avance de la región. Uno de los hallazgos es que en los últimos 50 años los países de la región cayeron del segundo al quinto lugar mundial en cuanto al producto bruto per cápita, por delante solamente de Africa.
Sin embargo, se mantiene en segundo lugar en el índice de desarrollo humano de Naciones Unidas, que además del producto per cápita toma en cuenta la esperanza de vida al nacer y las tasas de analfabetismo y escolaridad.
Los principales problemas de la región, según el estudio, son la baja tasa de crecimiento, inestabilidad económica, desigualdad en la distribución del ingreso, el estancamiento educativo más allá de la escuela primaria, el poco respeto por la vida y la propiedad, así como la ingobernabilidad.