LUNES 8 DE MAYO DE 2000
Ť Obtiene el centroizquierdista más de 49% de votos
Aníbal Ibarra, virtual ganador en la provincia de Buenos Aires
Ť Cavallo reconocerá resultados hasta contar el último sufragio
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 7 de mayo Ť El centroizquierdista Aníbal Ibarra, candidato de la Alianza gubernamental argentina, se imponía en las elecciones celebradas hoy para elegir Intendente de la Capital Federal con más de 49 por ciento de la votación, al borde de evitar ir a segunda vuelta, derrotando al ex ministro de Economía Domingo Cavallo, candidato de la coalición centroderechista Encuentro por la Ciudad, que obtenía poco más de 33 por ciento de votos.
Los comicios transcurrieron en la mayor calma, aunque el conteo resultó más lento por el corte de boleta, al que habrían recurrido los porteños para elegir intendente capitalino de la Alianza y legisladores de izquierda u otros partidos.
De esta manera, la Alianza formada por la centrista Unión Cívica Radical (UCR) y el centroizquierdista Frente País Solidario (Frepaso), logró un triunfo en el segundo distrito más importante del país, luego de la provincia de Buenos Aires, como preveían todas las encuestas de intenciones del voto.
La sorpresa fue el ascenso de la recientemente formada Izquierda Unida, que encabeza el Partido Comunista Argentino, que obtendría el tercer o el cuarto lugar, al asegurarse dos escaños, mientras que la gran derrotada fue la lista del Partido Justicialista (peronista), con Raúl Granillo Ocampo a la cabeza, lo que le costará seguramente la presidencia del partido en la capital, a la que accedió mediante unas internas partidarias que fueron denunciadas como "fraudulentas".
El justicialismo concurrió a estos comicios, los segundos en la historia en que el voto popular elige al alcalde de la capital argentina, diluido en diversas listas, pero las que más votos lograron hoy fueron las más críticas al ex presidente Carlos Menem.
Un episodio que llamó la atención fue que en las primeras mesas computadas, cuyos resultados se dieron por televisión, una vez superada la hora de la veda, mostraban una ventaja de casi 30 puntos de Ibarra sobre Cavallo, mientras que la primera imagen de la pizarra oficial dejó ver los resultados de una mesa donde la fórmula aliancista tenía una ventaja mucho menor.
Entre algunos analistas se instaló otra vez la sospecha sobre "la mano dura de la derecha radical (de la UCR)", que podría estar divulgando diferentes cifras tras bambalinas para debilitar en algo el poder que adquiriría el Frepaso, al que pertenece Ibarra.
"La Alianza, de alto valor estratégico, no táctico"
El líder radical Raúl Alfonsín remarca constantemente que "la Alianza es una necesidad y que tiene un alto valor estratégico y no táctico", pero el propio ex mandatario está enfrentado a sectores de su propio partido. El mismo Cavallo, que esta noche consideraba que no podía reconocer el triunfo de Ibarra hasta que se contara el último voto, repetía como muletilla de campaña que lo mejor que podía sucederle al presidente Fernando De la Rúa era su triunfo para la jefatura de gobierno capitalino.
El triunfo de Ibarra, un abogado de 42 años, ayudaría al oficialismo a preparar el camino hacia las primeras elecciones del 2001, en las que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y todos los senadores. El virtual ganador de este domingo es un hombre del Frepaso desde el primer momento, muy ligado al vicepresidente Carlos Chacho Alvarez, quien ha demostrado tener la suficiente disciplina política para no confrontar con De la Rúa en algunas cuestiones importantes, como fue recientemente el voto contra Cuba en la Organización de Naciones Unidas.
Simpático, directo y además guapo, Ibarra es seguido por un enorme electorado femenino. Ahora se colocará como una figura importante en el Frepaso, que sufrió en los últimos tiempos en su alianza ante la poderosa y centenaria UCR, y por la derrota de Graciela Fernández Meijide en los comicios para gobernador de la provincia de Buenos Aires, el año pasado.
El primer intendente de Buenos Aires por elección popular fue el actual presidente, quien logró una imagen de transparencia tras administraciones salpicadas por la corrupción y el clientelismo político.
Desde entonces (1996) ocurrieron muchos cambios, pero el más importante fue a nivel cultural, para devolver algo de brillo a la capital argentina. La derecha bombardeó muchos proyectos de la nueva legislatura y hubo una campaña sucia contra una reforma de los códigos de convivencia, que estaban marcados por el autoritarismo de otros tiempos.
En esta campaña, a la "mano dura" anunciada por Cavallo, Ibarra propuso "la dureza de la ley", advirtiendo que atacará con fuerza el problema de la inseguridad, pero desde lo social.
Además del aumento de la delincuencia, el nuevo intendente tendrá otros desafíos: 10 por ciento de los habitantes de Buenos Aires vive en villas miserias, casas tomadas, vecindades, hoteles, pensiones, y miles viven en la calle, mientras los servicios hospitaliarios y otros son insuficientes, ante el crecimiento del desempleo y la pobreza ocurrido en esta última década.