La Jornada martes 9 de mayo de 2000

Teresa del Conde
Dos exposiciones

Recientemente se presentaron dos exposiciones, ambas buenas, en sendos espacios con misiones y vocaciones que contrastan de manera radical. La que se inauguró primero -en la Galería Oscar Román- correspondió al pintor y grabador italo-mexicano Luciano Spano, quien tiene obsesión por pintar desnudos con el alcance del de los grandes maestros que tuvo oportunidad de reexaminar por espacio de un año en su país natal a partir de la beca que le concedió la embajada de Italia. No es el único artista en México o en otras latitudes que se propone cosas similares, pues hay suecos, daneses, italianos, japoneses (excelentes, por cierto) ingleses, españoles, etcétera, que persiguen afanes similares.

Si favoreciéramos la creencia de que Spanó tomó esa opción con miras comerciales, caeríamos en error radical. Las pinturas de su autoría que lo tienen satisfecho son de grandes dimensiones y -salvo casos específicos- es difícil convivir con ellas, con lo que quiero decir que no encontrarán fácilmente compradores. Su trabajo y el tiempo que le ha invertido está en proporción inversa a las posibles ganancias económicas que pueda percibir, aun y cuando algunas de sus piezas se vendan. Dos me parecieron excelentes: un Descendimiento (muy propio para la Semana Santa), estructurado en forma piramidal, que mira de soslayo nada menos que a Mantegna, pero sin tratarse de una glosa, y un Rapto de las sabinas.

Spano trabaja de manera exclusiva con modelos (varias mujeres y hombres), no se vale de la fotografía y sólo usa el óleo. Junto a escorzos y composiciones que son un tour de force exhibió también cuadros de pequeñas dimensiones. En algunos de éstos -los más recientes- se le vislumbra un cambio en el modo de aplicar el color y una soltura digamos ''maestra" que permiten preludiar mayores logros si sigue en esta línea, que no se equivale con sus incipientes incursiones en la temática a la que aludo. Varios pudimos calibrarla en su exposición del Museo del Chopo antes de su periplo italiano, donde estudió con un académico en Turín. ƑEs anacrónico pintar o dibujar desnudos hoy día?, Ƒpor qué habría de serlo? Si yo fuera espiritista le haría esa pregunta a sir Keneth Clark, autor de uno de los volúmenes más leídos durante la segunda mitad de este siglo, me refiero, claro, a The Nude que va, creo, en su reedición número 15.

Spano congrega a otros pintores en su taller, con objeto de compartir a los modelos, de discutir y hasta de polemizar. Entre ellos está un joven de unos 30 años que estudia pintura en Israel con un prestigiado maestro, me refiero a Alejandro Goldberg, quien se propuso como tarea hacer versiones (o apropiaciones) de dos óleos de Euan Uglow en el recinto donde se exhibe La mirada fuerte. Pintura figurativa de Londres: ocho pintores ingleses, desde Bomberg hasta Uglow (que ha llamado poderosamente la atención) pasando por Lucien Freud, Francis Bacon, Frank Auerbach, Michael Andrews, Leon Kossoff y William Coldstream. Goldberg pinta frente al público. Spano quiso analizar de la misma manera uno de los autorretratos de Lucien Freud, pero se niega a hacerlo frente al público y entonces las cosas se ponen difíciles porque sólo lo podría hacer los lunes, día en que el museo está cerrado, pero no para los entrevistadores, grupos especiales, etcétera.

La exposición de galería que formó contrapunto a la de Spano es la de Yolanda Paulsen en la OMR. Es una muestra neoconceptual, lo cual no quiere decir que no se haya concretado en objetos (más bien instalaciones). Encontré esta vez en ella una asimilación mejor de sus intereses espirituales que la han llevado al ascetismo y al Zen. La muestra obedeció a un título general, ''Te escucho". Sus productos tienen que ver con el silencio, con la naturaleza, con la idea del baobab, el planeta que Saint Exupéry creó para su principito cuando deambulaba en el aire.

El aire es lo que vincula las instalaciones de Yolanda Paulsen y lo que más me llamó la atención fue mirar una especie de bosque, parecía que de abetos enanos. No era tal, se trata de árboles bronquiales de diversos animales, tratados con silicón y espuma de poliuretano. Sus sombras se proyectaban al muro y la cosa podía ser muy poética, pero si el espectador no sabía que se trataba de bronquios, o no leía la cédula correspondiente, podía creer que esas formaciones eran vegetales, de aquí el enunciado que les dio Paulsen: ''el árbol que llevamos dentro". En esta muestra, el trabajo de montaje de los objetos (bronquios, aigles, hojas cubiertas de resina y cera o esferas, se trata de objetos) resultó esencial para su buena consecución.

ƑQué tan conceptual fue esta exposición?, tanto como lo son la mayoría de las ilustraciones que se publicaron en el número 102 de la revista Tierra Adentro, que me pareció especialmente pertinente. El concetto o el disegno (que no se traduce como dibujo sino como diseño interno) está en todo trabajo creativo que valga la pena.