MARTES 9 DE MAYO DE 2000

Ť Entrevista con el implicado Gómez Muñoz


Interpol y Salud investigan el presunto tráfico de órganos

Ť El Hospital Santa Fe colabora con autoridades, dice el director

Karina Avilés Ť La Interpol y la Secretaría de Salud comenzaron una investigación sobre la presunta existencia de una red de tráfico de órganos en Ecatepec, estado de México, la cual fue denunciada ayer por este periódico.

El médico Arturo Gómez Muñoz, identificado como uno de los supuestos participantes en la organización, y el director general del Hospital Santa Fe de la ciudad de México --institución a la que se implicó en los hechos--, Jorge Solórzano Mosqueda, dan a este diario argumentos en su defensa.

Con un tono de voz inquieto, Gómez Muñoz asegura: ''Nunca haría una tontería para destruir mi carrera. Yo la amo... Ojalá Dios quisiera que fuera cirujano de riñón, ya estuviera rico''.

En una entrevista vía telefónica --realizada desde el consultorio de Gómez Muñoz, quien dice no poder presentarse en el local donde atiende-- el médico niega su participación en lo que podría ser una organización de traficantes. No obstante, acepta conocer al supuesto sacerdote Martín Rubio, quien ''al parecer utilizaba a los niños de la calle (de la casa hogar que dirigía) como donadores no voluntarios de órganos'', de acuerdo con la información recibida por la organización internacional Casa Alianza.

''A nivel profesional yo tengo (atiendo) a sus sobrinos, hermanas y a su mamá del padre Martín. Sí ha ido a mi consultorio y ha llevado a muchachos de su casa como pacientes. Espero que Dios lo perdone porque está haciendo algo indebido'', expresa.

Entre tanto, en el reducido local de la Colonia Pro-Hogar, ubicado en la calle 27 esquina con la calle 8, dos mujeres de condición modesta lo esperan. Desde el otro lado del auricular, Gómez Muñoz insiste: ''Ahí está mi consultorio, es humilde pero ayuda a la gente''.

El lugar está tapizado de imágenes religiosas, crucifijos y en un lugar especial, cerca del escritorio, resalta un cuadro con una copia fotostática de su título profesional. ''Mire mi título, tengo 25 años de médico y bendito Dios que no soy rico, pero tengo hijos profesionales; un carro del 98 y puede investigarse mi cuenta de banco que está en Banamex'', dice nervioso.

Mientras la entrevista telefónica continúa, un guardia privado, que asegura estar contratado ''para vigilar el consultorio'', no deja de dar vueltas afuera del local con cortinas metálicas. Gómez Muñoz insiste en que conoce al cura ''porque me ha recomendado a personas y nada más. Pero ahí (al consultorio) van a verme también prostitutas, monjas y yo no puedo pedir ningún acta de nacimiento ni identificación''.

Aunque sentencia que el sacerdote Martín Rubio lleva al consultorio ''a muchachos de su casa como pacientes'', al mismo tiempo manifiesta que no tiene conocimiento del Instituto de Rehabilitación La Casa de la Juventud Fray Martín A.C, el cual era un centro de niños y jóvenes encabezado por el supuesto cura hasta hace un par de meses.

''Además esto (el transplante de órganos) tiene que pasar por ley. Un psicólogo tiene que investigar esto y debe ser legal antes que nada. También tiene que pasar por un notario público, un nefrólogo, neurólogo y de diferentes especialidades y por una sociedad porque son partes muy delicadas''.

Por otra parte, el director general del Hospital Santa Fe de la ciudad de México, Jorge Solórzano Mosqueda, informó que dada la importancia del caso --que tuvo repercusiones en otros medios de comunicación-- miembros de la Interpol y de la Secretaría de Salud acudieron ayer a ese nosocomio para verificar los registros de cirugía y el cumplimiento adecuado de la normatividad vigente.

De manera categórica, Solórzano asegura que Gómez ''no opera aquí. No lo conocimos jamás''. Sin embargo, ''en los bancos de referencia tenemos reflejado que en una ocasión él hizo una consulta en el hospital y le mandó un paciente a otro médico muy prestigiado para que le hiciera un estudio endoscópico. Pero (Gómez Muñoz) no estuvo aquí''.

''Es un asunto muy grave y nosotros estamos colaborando ampliamente con todas las autoridades. Somos los más interesados en demostrar no sólo que no tenemos ninguna participación, sino que seguimos amplia y estrictamente todas las normas, reglamentaciones y vigilancia para que no haya ninguna posibilidad de desinformación de este tipo'', destaca.

Por otra parte, subraya que el doctor Espinoza, que es mencionado en el reportaje del periódico español El Mundo como doctor del Hospital Santa Fe, y que presuntamente participaría en la organización de traficantes, ''no es de este hospital, creemos que se trata de una persona diferente porque el doctor Javier Espinoza que trabaja aquí desconoce por completo a esas personas. Creemos que se trata de una coincidencia desafortunada''.