JUEVES 11 DE MAYO DE 2000
* Pita Amor, satanizada /II *
* Elena Poniatowska *
Pita Amor fue una de las figuras más escandalosas de las décadas de los cuarenta y los cincuenta. Durante 20 años, desde la salida de su primer libro de poemas, Pita Amor no dejó de llamar la atención de un público cada vez más numeroso. Junto con Diego Rivera, Frida Kahlo, Carlos Pellicer, María Félix, Edmundo O'Gorman, Justino Fernández, Archibaldo Burns, Amalia Hernández, Juan Soriano, Diego de Mesa, Ruth y Lupe Rivera, Lupe Marín y muchísimos monstruos sagrados más, formaban una especie de ''infame turba" (como se autonombran en Barcelona los intelectuales) que hacía y deshacía a su antojo.
Todos recuerdan las fiestas de Pita Amor en su casa de Río Duero, misma que fue decorando de acuerdo con sus libros. Cuando escribió Polvo, todo en su casa era gris; gris la alfombra, grises las cortinas, gris el satín con el que forró sus sillones, grises los muebles. A la publicación de Otro libro de amor, grandes telas de flores cubrieron sala y comedor; la casa se llenó de ramajes, la alfombra se convirtió en pasto verde y siempre había agua en los floreros. Con Décimas a Dios, la casa de Pita adquirió un aspecto sobrio, levemente angustiado; surgieron los cirios; los candelabros coloniales que alumbraban en la penumbra los grandes retratos de Pita; el de Roberto Montenegro, los dos o tres de Diego Rivera (una hermosa carita redonda), el de Gustavo Montoya, el de Cordelia Urueta, el de Juan Soriano, el atrevidísimo desnudo de Raúl Anguiano que la muestra sentada con las piernas abiertas, el precioso dibujo a lápiz de Antonio Peláez...
Un torbellino la hacía salir y beber noche tras noche. Era el centro de todas las fiestas, tomaba decisiones temerarias: ''Vamos a quemar la biblioteca del pulcro José Luis Martínez". Divertía a todos con sus ocurrencias y su atrevimiento. También era solidaria con sus amigos. Una noche que Fernando Benítez se dio cuenta que no tenía con qué pagar la cuenta del Ciro's les dijo a Pepe Iturriaga, Hugo Margáin y Guillermo Haro: ''No se preocupen, son las cinco de la mañana pero ahora mismo voy a llamarle a Pita". Y Pita llegó con su desnudez y su ineludible abrigo de mink y pagó dejando una espléndida propina.
Pita entonces declaró:
''Yo soy un ser desconcertado y desconcertante; estoy llena de vanidad, de amor a mí misma, y de estériles e ingenuas ambiciones. He vivido mucho, pero he cavilado más; y después de tomar mil posturas distintas, he llegado a la conclusión de que mi inquietud máxima es Dios."
Leyenda desde 1953
Esto era en 1953, pero ya para entonces Pita era una leyenda de inesperados contrastes y emociones. Todo el mundo comentaba sus desplantes, sus ''Ya llegué cabrones", sus desnudos, sus escotes. Se ponía de pie al lado de María Félix y preguntaba: ''ƑVerdad que soy más bonita?". Bailaba con mucha gracia. Hacía reír. En una película se vistió de gatito con orejas y cola puntiaguda. Danzaba y cantaba arañando el aire. Seductora, todos le aplaudieron lo mismo que cuando apareció con sombrero cordobés, vestida de corto, toda de negro y dramática entonó diz-que cante jondo español. Sin embargo su carrera cinematográfica fue de corto aliento, decidió que el cine no era digno de ella. ''Eso es para las criadas. No tengo por qué obedecerle a nadie".
El escándalo como modo de vida
Ni a sus padres obedeció. Al contrario, hizo sufrir a su madre Carolina Schmidtlein de Amor porque entraba a la iglesia de La Votiva y gritaba a voz en cuello a la hora de la elevación:
ųTuve un aborto.
El escándalo y la celebridad van del brazo. Pita llamó mucho más la atención que sus dos hermanas mayores que sin embargo hicieron obras valiosas: Carito que fundó la Prensa Médica Mexicana e Inés que dirigió la Galería de Arte Mexicano. Ambas huían de las candilejas. Pita en cambio se desnudaba en público. Caminó siempre en el filo de la navaja. Su familia la contemplaba con verdadero espanto. ƑEstaría loca?
Otras mujeres, mayores que ella, ya habían sido satanizadas: Nahui Olin, la del Dr. Atl que también tenía afición por la desnudez y con los pechos al aire abría la puerta de su casa en la azotea del convento de La Merced, compartida con el Dr. Atl y Tina Modotti, quien posó desnuda para las fotografías de Edward Weston. Hoy la desnudez no causa tanto escándalo. Jesusa Rodríguez se ha desnudado en varias de sus obras con la mayor naturalidad.
Una noche en que Pita andaba sonándose, medio alicaída y con una caja de kleenex, me dijo: ''Tengo gripa, siempre tengo gripa. Será porque la pesqué desde aquellas sesiones en que posé para Diego en su estudio tan frío". Ese desnudo causó escándalo. El presidente Miguel Alemán, al inaugurar la exposición retrospectiva de Diego Rivera en Bellas Artes, se quedó frío y Pita tuvo que explicarle que era un retrato de su alma: ''šAh, pues qué alma tan rosita tiene usted!", comentó.
Diego Rivera pintó a Pita desnuda, como también a María Félix bajo una inexistente transparencia, y a Silvia Pinal enfundada en un vestido tipo María Victoria que la encueraba más que la desnudez misma; pero como todo lo que hacía Pita era lo más llamativo, los que acudieron a Bellas Artes a la inauguración de Diego pusieron el grito en el cielo frente al gigantesco (y feo) retrato de cuerpo entero de Pita, con los ojos en blanco iguales a los de Diego Rivera, su chino en la frente, sus pies desnudos parados en el globo terráqueo y una varita mágica que escribía en el suelo: ''Yo soy la poetisa Pita Amor".
En medio de fandangos, pachangas e idas al cabaret de la época, el Leda, donde todas las noches Lupe Marín y Juan Soriano bailaban sin zapatos y hacían un show muy celebrado por Los Contemporáneos y por José Luis Martínez; en medio de sus domingos en los toros, su asistencia a fiestas y a cocteles, Pita Amor produjo de golpe y porrazo y ante el azoro general su primer libro de poesía, Yo soy mi casa, publicado a iniciativa de Manolo Altolaguirre. El libro causó sensación. Inmediatamente Alfonso Reyes, que era un poco coscolino, la apadrinó.
Una noche, en 1954, durante una fiesta en su departamento de la calle de Duero me conminó, la voz muy alta:
ųšNo te compares con tu tía de sangre! šNo te compares con tu tía de fuego! šNo te atrevas a aparecerte junto a mí, junto a mis vientos huracanados, mis tempestades, mis ríos! šYo soy el sol, muchachita, apenas te aproximes te carbonizarán mis rayos!
Al día siguiente, a la una de la tarde, sonó el teléfono. Era Pita como la fresca mañana:
ųƑEres feliz, corazón?
Le dije que sí, que mucho. Entonces me preguntó que dónde podría conseguir unos zapatos de charol con un moño en forma de mariposa para salir a pisar la tarde antes de que a ella le dieran siete pisotones.
Pita me prohibió usar mi apellido materno: Amor.
ųTú eres una pinche periodista, yo una diosa.
Mi madre y Pita son primas hermanas, hijas de dos hermanos: Emmanuel, padre de Pita y, Pablo, padre de mamá. Ella fue la séptima de siete amores, hijos de Emmanuel Amor y de Carolina Schmidtlein. Emmanuel Amor tuvo un hijo de su primer matrimonio, Nacho, a quien todos llamaban ''Chin". Los siete hermanos la querían pero su vanidad y sus gritos demandando atención los preocupaba. Su hermana Maggie, la madre de Bernardo Sepúlveda, quien fue secretario de Relaciones Exteriores, alguna vez me contó:
''Pita era también muy molona para dormirse... y muy mañosa. Dormíamos en el mismo cuarto con nana Pepa, y Pita empezaba entre lloriqueos cada vez más fuertes:
ųšQuiero a mi mamá!
ųNiña, cállate ųdecía resignada nana Pepa.
ųšAy!, no me digas 'niña cállate', dime 'calladita la boquita'...
ųšYa, ya, calladita la boquita!
ųšAy! Pero no me lo digas tan enojada, dímelo sin 'ya, ya'...
''Y así seguía la conversación quejumbrosa entre Pita y nana Pepa, que tanto caso le hacía. Y mientras, yo no podía dormirme."
Soy divina
Elena, la única de las dos Amor que viven, me contó también que Pita se encantaba viéndose en el espejo durante horas y hasta hace poco preguntaba con su voz de barítono:
ųƑCómo me veo? Divina, Ƒverdad?
Su exhibicionismo, la adoración por sí misma, por su cuerpo y el exagerado cuidado que tuvo de su persona durante su adolescencia, su juventud y los primeros años de su madurez fueron vox populi. ''Nunca me he puesto un vestido más de dos veces" ųpresumía. Su guardarropa, su buen gusto en el vestir era comentado por los cronistas de sociales. A partir de los 30 años empezó a peinarse con un chino a media cabeza como el de los ''cupies" de amor: esos cupiditos que revolotean siempre en torno de los enamorados.
De niña, en la calle de Abraham González, nunca aprendió lo que sus hermanas sabían a la perfección: las buenas maneras; el francés lo habló por encimita, el inglés también. Nunca la obligaron a hacer lo que no quería. Para ella no hubo disciplina, sólo pasteles. Se le ocurrían cantidad de maldades y nadie le puso el alto. Aprendió muy pronto a obligar a todas las miradas a converger en ella, a todos los oídos a escuchar hasta el más nimio de sus propósitos o de sus despropósitos. Imperiosa, Carito la comparaba a un pequeño Júpiter tonante. Con los años aprendió a injuriar a quienes se le acercaban y al final de su vida no quería que se le acercara nadie. ''ƑCómo se atreve a darme la mano si yo no lo dispongo?". Daba de bastonazos. Le enfermaba que alguien la tocara y se lavaba las manos 40 veces al día.
Alguna vez le pregunté si se consideraba extravagante y me respondió airada:
ųƑExtravagante yo? ƑDe dónde sacas, mocosa insolente, que yo soy extravagante? ƑQuién te lo dijo?
ųMis tías me han dicho que eres extravagante y frívola.
ųMira, yo todo lo hago por contraste y sobre todo por no parecerme a ellas que son unas burguesas. Frívola no soy. Me interesa mucho hablar de los temas inquietantes, que colman el espíritu del hombre y me interesa hacerlo decorada y vestida como si fuese una de tantas mujeres extravagantes a las que no les interesa más que su superficie. A diferencia de mis seis hermanas, me pongo a hablar de Dios, de la angustia, de la muerte. Me cuido y me esmero para que mis vestidos suplan toda decoración posible en mi programa de televisión. Te diré además que yo no estoy lujosamente ataviada. Esto es un engaño, ya que al fin y al cabo en la televisión todo es engaño. Muchas veces, al día siguiente del programa, recibo alguna llamada telefónica de un admirador. ''Te veías despampanante con ese vestido de brocado italiano", y mi vestido no es más que un poco de percal almidonado, confeccionado en tal forma que sólo la televisión y la seguridad infalible con que me lo pongo, hacen que parezca lujoso.
Mis alhajas son un espejismo
ųƑY tus alhajas? ƑEsas manos cuajadas de anillos?
ųEsos anillos pertenecen al espejismo, igual que mis ojos y mis dientes...
En 1958, cuando Guadalupe Amor publicó su libro de poemas Sirviéndole a Dios de hoguera, Alfonso Reyes afirmó que era el mejor de cuantos había escrito hasta entonces. Don Alfonso le dijo a la propia Pita que ''había agarrado el núcleo de la poesía". Pita estaba en uno de sus buenos momentos, tanto en lo creativo como en lo emocional. Sin embargo, corría el rumor de que ella no era la autora sino don Alfonso que la enamoraba. Entonces Pita escribió un soneto ''que parodié de Lope de Vega cuando los envidiosos y los imbéciles decían que no era posible que yo escribiera mi poesía y que me la hacía Alfonso Reyes":
Como dicen que soy una ignorante,
todo el mundo comenta sin respeto
que sin duda ha de haber algún sujeto
que pone mi pensar en consonante.
Debe de ser un tipo desbordante,
ya que todo produce hasta el soneto
por eso con mis libros lanzo un reto
burla burlando van trece adelante.
Yo sólo pido que él siga cantando
para mi fama y personal provecho,
en tanto que yo vivo disfrutando
de su talento sin ningún derecho,
y ojalá y no se canse sino cuando
toda una biblioteca me haya hecho.
A propósito de Sirviéndole a Dios de hoguera, me dijo:
ųCreo que estas coplas son menos religiosas que Décimas a Dios y más optimistas. He cavado más profundo. Sirviéndole a Dios de hoguera es mucho más universal que los anteriores. Con toda premeditación y ventaja hice 110 coplas con una gran pobreza de palabras. šFíjate tan sólo tengo cuatro o cinco palabras esenciales!: Dios, eternidad, sangre, universo, astros...
''Realmente me conmueve mucho que en un país tan inculto como México, mi obra pueda llegar a las grandes masas. šNo sabes la cantidad de cartas que recibo y las muchas personas que quieren visitarme!''
Octavio Paz no me llega ni a los talones
''Acabo de grabar un disco con la RCA Victor sobre la poesía del siglo XV hasta los poetas modernos. El tema es el amor. Escogí dos romances del siglo XV y XVI, Quevedo, Lope de Vega, Sor Juana, Bécquer, Manuel José Othón, Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda, Federico García Lorca, Alfonso Reyes, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Octavio Paz y yo naturalmente, aunque me considero muy superior a Octavio Paz. Aunque él se tome tan en serio, no me llega ni a los talones. En realidad, incluirlo es una condescendencia."