JUEVES 11 DE MAYO DE 2000
* Sus últimos conciertos, en junio
El rock de La Castañeda dejará de existir por un buen tiempo
Juan José Olivares * Luego de surgir en 1989 dentro de la segunda corriente de bandas del nuevo rock mexicano (junto a Maldita Vecindad, La Cuca, La Lupita) y de enfocar su música a los valores cotidianos de los habitantes de una megametrópolis, La Castañeda dejará de existir, por lo que en junio darán sus últimos conciertos en bares capitalinos, para luego cont inuar con una gira por Estados Unidos y finalizar con un magno concierto masivo en el Distrito Federal, en un lugar por confirmar. "Como todo ciclo que se abre, se tiene que cerrar", dijo uno de los integrantes, Edmundo.
"El grupo llegó a un buen nivel de trabajo. En realidad no todos estabamos de acuerdo con la disolución de la banda, pero es que aparentemente Salvador tiene otros proyectos (entre los que están hacer performances). Sin embargo, no puedo decir que la banda se cierra para siempre. Para mí se va a cerrra y a remodelar, y no descartamos la idea de volver a reintegrarla o de hacer algo alterno y paralelo. Porque un elemento se vaya no quiere decir que la base que ha estado por 16 años no se puede disolver tan fácil. Sólo vamos a descansar por lo menos un año", argumentó el músico.
Edmundo dice que la idea es hacer recitales en algunos antros que han sido de abolengo para ellos como Rockotitlán, Babel, Trastorno, "y queremos hacer un cierre majestuoso".
La Casta, como la nombran sus fans, dejó ya huella en la producción nacional al editar discos de gran calidad como Trance, su último desquicio, que por cierto, ya grabaron en su propio estudio. De sus seguidores, Edmundo dice: "Tenemos gente que nos sigue fielmente (como una chava holandesa que por prescripción médica le recomendaron escucharnos); hay seguidores que están consternados por la separación, tristes, la gran fraternidad pelona".
Pero argumenta que "la restauración no puede ser fácil; un hueco como el de Salvador es insustituible. Fue un placer y honor haber trabajado con un señor como Chava; cuando él empazaba, antes de formar La Castañeda, fue a mi casa a audicionar y desde que lo topamos, supimos que tendría que ser líder del grupo.
Reconoce que lo que más le duele es su gente, que es la que los mantuvo como artistas, pero que en los conciertos dejarán físicamente las huellas de una buena banda de rock que pudo dar más.