VIERNES 12 DE MAYO DE 2000
* El director de investigación del diario español dice tener la conciencia tranquila
No denunciamos el tráfico de órganos por gusto, señala El Mundo
* Rechazan haber escrito en el reportaje que el médico Gómez Muñoz fuera a entrar al quirófano
Karina Avilés * El coordinador de investigación del diario español El Mundo el cual difundió el presunto tráfico de órganos en México, Fernando Quintela, expresó que la Interpol y la Procuraduría General de la República (PGR) "antes de emitir un juicio deben ver el material completo... Nosotros no denunciamos el tráfico de órganos por gusto. Es lógico que la policía diga que no existe porque en cierta manera estamos poniendo en evidencia algo que debería estar bajo su control".
Hasta el momento, afirmó, no ha llegado ningún citatorio a los reporteros que efectuaron el trabajo periodístico, y aseguró que si lo llaman no tiene ningún problema de presentarse ante las autoridades correspondientes: "Yo con mi trabajo estoy más que satisfecho y tengo la conciencia absolutamente tranquila". A su vez, aclaró que antes de llegar a México para hacer el reportaje, el equipo de El Mundo solicitó "un permiso de grabación en la embajada" de este país.
Más datos de la investigación;
primeros exámenes médicos
Por otra parte, aportó a La Jornada nuevos datos de la investigación que no fueron incluidos por falta de espacio en el video de 40 minutos, cuyos extractos se han difundido en diferentes países. Informó que el 10 de febrero pasado, dos individuos de nombres "Francisco González y Serafín Calderón (los supuestos donantes)" entraron a la Clínica de Diagnóstico Lindavista presuntamente para practicarse los primeros exámenes médicos.
"Esto sucedió alrededor de las 14:30 horas de ese día. Los dos tipos fueron primero al consultorio del doctor Arturo Gómez Muñoz y al salir se fueron a ese hospital. Una parte de nuestro equipo les siguió la pista. Sin embargo, esto no se filmó por motivos de seguridad.
"El médico supuso que algo no andaba bien. Me di cuenta porque yo estaba hablando por teléfono con él en ese momento y le noté un cambio en su voz, como si tuviera sospechas. Entonces, al equipo que estaba en las puertas de la clínica le avisé que había problemas y no se grabó la entrada. Al poco rato, llegó la policía y le pidió la documentación a nuestro equipo que estaba afuera" de la mencionada clínica, indicó.
Por otra parte, manifestó que entre el material del trabajo que no se difundió por cuestiones de espacio, cuentan con llamadas telefónicas "realizadas desde España y grabadas con el doctor y el supuesto padre Martín Rubio".
También aclaró que "en ningún momento (del reportaje) dijimos que el doctor Gómez Muñoz iba a entrar al quirófano. El médico nunca nos dijo que él lo iba a realizar físicamente sino que él junto con un doctor Espinosa iban a coordinar la operación. Gómez también dijo que se iba a encargar de conseguir el permiso de salubridad y a un notario público que dejase constancia que nadie estaba cobrando por ello".
Al preguntársele sobre las declaraciones de la Interpol y la PGR de que lo más probable es que fueron víctimas de "un intento de fraude", Quintela respondió que ambas corporaciones "antes de emitir un juicio deben ver el material completo... Nosotros no denunciamos el tráfico de órganos por gusto".
Respecto del punto también señalado por las autoridades sobre que "no está probado el tráfico de órganos porque no se ha detectado ningún caso al respecto", el periodista expresó que sólo faltaba que "quisieran que nosotros nos pusiéramos en el quirófano". Pero subrayó que las cuestiones jurídicas del caso las atenderán los abogados de la empresa periodística para la que labora. Por otro lado, rechazó las afirmaciones del médico Gómez Muñoz de que el video de El Mundo "fue manipulado".
"El doctor ha mentido",
señala Casa Alianza
Por su parte, Bruce Harris, presidente para América Latina de la organización internacional Casa Alianza, opinó que "la Interpol no puede probar que el único intento (de los presuntos traficantes de órganos) era la estafa y tampoco los reporteros podrían probar que no les iban a vender el riñón".
Lo que es claro, señaló, "es que el doctor ha mentido. Y por otra parte, hay que respetar el rol de los medios de comunicación en sus investigaciones porque uno de los componentes reales para la democracia es la libertad de expresión".
Por otra parte, subrayó que "a luz pública se ha visto que hay gente con usurpación de funciones manipulando y explotando a los niños de la calle. Si el supuesto padre (quien tenía una casa para rehabilitación de niños) quería ayudar, por qué mentir diciendo que era un sacerdote", cuestionó.
Este caso también expone indicios "de que hay asociaciones dedicadas a la niñez, cuyos intereses no son puros ni colocan a la infancia en primer lugar, sino que lo ven como un lucro".
"Y si esto es fraude, Ƒcuántos tipos más como el supuesto padre existen atendiendo a los niños desprotegidos? Tampoco se trata de hacer una cacería de brujas contra las organizaciones, ųporque hay muchas que realizan correctamente su trabajoų sino de tener mecanismos y condiciones mínimas para que no sucedan irregularidades", recalcó.