DOMINGO 14 DE MAYO DE 2000
* La semana política en Estados Unidos
* La tema de la economía, fundamental en la estrategia de Gore
* Un problema: está mejor que nunca, pero para los más ricos
* Se han perdido unos 500 mil empleos industriales bien pagados
Jim Cason, corresponsal, Washington, 13 de mayo * "Es la economía, estúpido", fue la consigna de la primera campaña electoral de Bill Clinton en 1992 y ahora el vicepresidente Al Gore espera poder usarla para lograr heredar el puesto presidencial.
Las cifras oficiales más recientes sobre el auge económico que goza Estados Unidos, particularmente el hecho de que la tasa de desempleo está en su punto más bajo en 30 años, son sin duda la mejor noticia para la campaña de Gore en los últimos meses, ya que históricamente el electorado ha votado mayoritariamente por el candidato que se cree asegurará empleo, vivienda y comida. Sin embargo, detrás de las buenas noticias hay detalles que podrían nublar el optimista panorama que está pintando el candidato.
Varios economistas han señalado que en realidad los grandes ganadores del auge económico durante el gobierno de Clinton son los más ricos, que se han enriquecido aún más, mientras que gran parte del empleo generado los últimos años ha sido el de bajos salarios o de carácter temporal; de hecho, el país ha perdido más de 500 mil empleos industriales de alta remuneración desde marzo 1998 a la fecha.
No es sorprendente que ni Clinton o Gore mencionen otro gran logro económico de su gobierno: a partir de 1998, por primera vez, el uno por ciento más rico del país, según estadísticas oficiales, controlaba más riqueza que 90 por ciento de los de abajo (fue lo opuesto en 1992). Tampoco mencionan que cuando Clinton asumió la presidencia en 1992, había aquí 72 multimillonarios (personas con fortunas superiores a mil millones de dólares) y ahora suman 268, informó la revista Forbes.
La generación de empleos, indica el economista Jared Bernstein, del Instituto sobre Políticas Económicas, ha sido compuesta en gran medida por sectores de ingresos más bajos, como servicios, y el gran brinco en el número de empleos generados en abril es en parte resultado de la contratación de 73 mil empleados temporales por el Buro del Censo de Estados Unidos para realizar el censo decenal. Empresas de empleos temporarios contrataron casi 50 mil en abril y otros 80 mil empleos creados ese mes fueron en restaurantes y bares.
No obstante, las cifras oficiales son usadas por Gore para comprobar que "todos estamos mejor", señalando que la tasa de desempleo se redujo a 3.9 por ciento, la mitad del nivel que se registraba cuando Clinton ganó su primera elección en 1992.
Sin embargo, aun hay un factor racista en esta economía, ya que los niveles de desempleo para los negros está en 7.2 por ciento o el doble de los blancos (3.2), para los latinos es de 5.4 por ciento. Peor aún, el desempleo juvenil entre los negros se ubica en 22.2 por ciento para abril de este año. A pesar de esto, todas las tasas para estas "minorías" son más bajas hoy día que en cualquier momento desde que el gobierno federal empezó a emitir cifras de desempleo so- bre minorías a principios de los 70.
"La mayoría de los estadunidenses jamás ha vivido en una economía en tiempos de paz con un desempleo tan bajo como lo es hoy; de hecho es la tasa general más baja en 30 años", declaró Clinton la semana pasada. No fue sorprendente que indicara que Gore es el mejor candidato para asegurar la continuación de éstos, los mejores tiempos económicos en la historia reciente del país.
Todo esto representa un obstáculo para la campaña de Gore, ya que tendrá que convencer al electorado de que estas "buenas noticias" benefician a todos. Las encuestas registran que la mayoría en este país cree que la economía está en mejor condición que antes, pero a la vez los niveles de la inseguridad económica --la preocupación de que no perdurará-- también son altos.
Cuando Gore promovía la fórmula demócrata (Clinton y él) en 1992, criticó al entonces mandatario George Bush por haber incrementado la desigualdad económica y creado una economía que sólo beneficiaba a los ricos. En los hechos, el nivel de desigualdad entre los más ricos y el resto de la población no registró un cambio significativo durante el gobierno de Bush, padre del actual candidato y gobernador de Texas, George W. Bush, pero el gobierno de Clinton y Gore cambió todo eso y ahora se registran algunos de los niveles de desigualdad económica y concentración de riqueza más altos en la historia reciente del país.
O sea, los más ricos sí tienen razones para votar por Gore. Por primera vez en la historia del país el valor neto de los 400 estadunidenses más ricos ha superado un billón de dólares, más que el producto interno bruto de China y más del doble del de México.