DOMINGO 14 DE MAYO DE 2000
La candidatura de Andrés Manuel Ƒva? o Ƒno va?
* José Agustín Ortiz Pinchetti *
EL DIA DE HOY LOS CIUDADANOS de la capital opinaremos sobre la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la jefatura de Gobierno del DF (2000-2006). La consulta es convocada por la alianza de partidos que encabeza el PRD y que logró el registro de la candidatura de Andrés en el Instituto Electoral del Distrito Federal a pesar de un sorpresivo ataque de PAN y PRI.
El tema jurídico que se debate es relativamente simple: la residencia del candidato en la ciudad de México durante cinco años anteriores a la fecha de la elección, como exige la ley. Hasta hoy, el certificado de residencia que presentó Andrés y que sirvió para llenar el requisito (idéntico al de los demás candidatos) no ha sido invalidado. Un documento aparentemente apócrifo presentado por el PRI no logra descalificarlo. Es el ángulo político y no el jurídico el más importante. La impugnación del PRI parece articularse en una ofensiva ordenada por el doctor Zedillo contra el PRD por la denuncia del antiguo regente, compañero y aliado del Presidente, Oscar Espinosa Villarreal. Todo indica que es un contragolpe peligroso, porque desestabiliza el escenario político en el Distrito Federal y pone en riesgo la paz pública en la capital. Hay que tomar en cuenta que Andrés es en este momento el candidato puntero. Su ventaja aumentó gracias a la impugnación.
Por lo que toca al PAN la situación es ambigua. Vicente Fox y Santiago Creel han solicitado se retire la impugnación, la que es impulsada dentro del PAN por Diego Fernández de Cevallos, quien tuvo un desempeño desastroso frente a Andrés Manuel en el debate televisado al que los invitó Joaquín López Dóriga. Además, todos sabemos que Fox es un antagonista de Diego. La impugnación está haciendo daño a la candidatura de Santiago Creel, que es uno de los más efectivos aliados del guanajuatense.
La consulta es parte de varios actos de movilización para alertar a la opinión pública contra la descalificación de la candidatura de Andrés Manuel. El más espectacular de ellos fue una concentración de decenas de miles en el Zócalo, el pasado 5 de mayo. La consulta propondrá a cada ciudadano si considera que López Obrador tiene derecho a ser candidato. Se ha establecido con claridad que el Instituto Electoral del Distrito Federal ha declarado válida la candidatura, pero que esta decisión ha sido impugnada por PRI y PAN ante el Tribunal Electoral. Todo indica que si la decisión final es adversa, será acatada. Posición en la que yo estoy de acuerdo.
La promoción, movilización y organización de la consulta han sido tarea del PRD y de sus aliados. Se ha constituido un consejo de vigilancia compuesto por ciudadanos de distintas profesiones, orígenes y posiciones ideológicas cuyo mayor activo es su credibilidad pública. Este consejo va a observar la consulta y a testimoniar si ésta tiene la suficiente consistencia y transparencia para considerarla un ejercicio válido. El consejo se apoyará en el trabajo de campo de cientos de observadores y en un sistema de muestreo diseñado por el doctor Enrique Calderón Alzati de la Fundación Rosenblueth.
Considero que el ejercicio de consulta y su observación se justifican por las siguientes razones:
1. La candidatura de Andrés Manuel es legítima. Es de fama pública que aunque ha sido un activista en Tabasco, su estado natal, en los últimos seis años, desde la elección de 1994, su acción política ha tenido como vértice a la capital del país. Puedo dar testimonio personal que a partir de octubre de 1994 y hasta junio de 1995, Andrés trabajó y residió en la ciudad de México. A invitación de Esteban Moctezuma (primero en su carácter de representante extraoficial de Ernesto Zedillo y después como secretario de Gobernación), Santiago Creel y el suscrito ųquienes éramos consejeros ciudadanos del IFEų participamos en los meses mencionados en negociaciones y contactos para la impugnación política de los muy irregulares comicios de Tabasco de 1994, Andrés fue el negociador por el PRD respecto del posicionamiento de su partido frente al régimen de Zedillo.
Moctezuma y Creel, que son hombres de bien, confirmarían mi testimonio.
2. Hay necesidad de abrir espacios a la ciudadanía para que el pueblo opine sobre los asuntos políticos y jurídicos. La democracia participativa es muy incipiente en México. La promesa hecha por Zedillo en 1994 de proponer la inclusión de las figuras del referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular queda como tantas otras desplazadas hacia un futuro incierto. En la Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal se han admitido estas figuras, pero sin darles efectos vinculatorios por lo que son un tigre sin dientes.
3. Esta es la primera vez que un grupo externo e independiente vigila un ejercicio que corresponde al ámbito interno de un grupo de partidos. Ningún partido ha permitido hasta ahora que grupos de observadores independientes se inmiscuyan en sus formas de operación. Es de alto interés público que este obstáculo se remueva. Los partidos son los únicos instrumentos legales para obtener el poder. Los ciudadanos tenemos derecho a saber cómo se comportan internamente.
4. Debemos garantizar la gobernabilidad y la paz en el Distrito Federal. La impugnación sorpresiva de Andrés Manuel López Obrador es una amenaza a los derechos políticos no sólo de Andrés sino de todos nosotros. Como ha dicho Pablo González Casanova: "El respeto al derecho electoral es la paz". *