MARTES 16 DE MAYO DE 2000
Ť Indicios de que no se concretará el encuentro programado para el día 23
Cerca de frustrarse, el nuevo debate entre candidatos a la Presidencia
Ť Hasta ayer, los equipos de los aspirantes no habían negociado detalles de la confrontación
J. A. Zúñiga, J. G. Olmos, J. M. Venegas y M. Pérez Ť Programado para realizarse dentro de una semana, el debate entre Francisco Labastida Ochoa, Vicente Fox Quesada y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano se tambalea; mientras los candidatos, en público, manifiestan su intención de cumplir, en sus equipos permean el escepticismo y la duda y hasta ayer no habían conversado para definir los detalles del encuentro: lugar, hora, formato, moderadores, tiempos y estructura.
El pacto firmado el 28 de marzo por Esteban Moctezuma Barragán, representante de Labastida; Rodolfo Elizondo, de Fox, y Lucas de la Garza, de Cárdenas, se resquebraja y parece que a casi nadie le interesa concretarlo.
En el tricolor, de última hora, se sustituyó a Moctezuma por Jorge Alcocer; en el equipo foxista, en tanto, se dan por desenterados y -reconoce Elizondo- no han hecho nada por buscar a sus interlocutores.
Mientras, la Alianza por México incluyó a Julio Moguel en su equipo negociador para reforzar la labor de De la Garza, con la intención de que el debate se lleve a cabo en los términos acordados, es decir, entre Labastida, Cárdenas y Fox.
Los foxistas tomaron ayer la iniciativa de enviar un comunicado para deslindarse de un posible fracaso del segundo debate.
Ante lo dicho por Labastida el domingo 14 -"que sea un nuevo debate de seis"- y el silencio de sus colaboradores, el Comité Nacional de Campaña de la Alianza por el Cambio hizo públicos el acuerdo firmado en marzo y una carta que Fox dirige a "cada uno de los candidatos", en la cual exige respetar el acuerdo firmado.
Agrega que, por respeto a los partidos minoritarios, no tiene ningún inconveniente en llevar a cabo un tercer debate, pero aclaró que el del 23 de mayo sólo debe ser entre él, Cárdenas y Labastida.
El abanderado perredista, en conferencia de prensa, fijó su posición y manifestó que está preparado para asistir y participar en un debate de tres. Al igual que Vicente Fox, expresó que no hay inconveniente para una nueva confrontación entre los seis aspirantes. De igual forma, demandó respetar el acuerdo del 28 de marzo.
"Es lo único que yo les sé decir; después veremos que otra cosa sucede", aseveró al tiempo de prever que se podrían manejar pretextos de lugar o de formato para impedir el debate.
"No creo que el mover una mesa y las cámaras de televisión sea mucho problema, no creo que ese sea el problema", insistió, y delineó su propuesta por una estructura que permita una mejor confrontación de las posiciones y las ideas de los aspirantes a la Presidencia de la República.
El panista propone corregir el formato
En su carta, Fox consideró: "Este segundo debate debe llevarse a cabo de cara a la sociedad, corrigiendo el formato para que permita la discusión ágil de las ideas, en función de las genuinas preocupaciones de los ciudadanos".
Y esbozó cuatro líneas generales de formato: abordar temas específicos; que las preguntas sean formuladas de manera libre y espontánea -sin conocimiento previo de los candidatos- por líderes de opinión seleccionados de común acuerdo por las partes; transmisión en cadena nacional en los horarios y los canales de mayor audiencia de las dos principales cadenas televisoras, y que la señal esté disponible en ese mismo horario para cualquier estación de radio y televisión en el país.
En tanto, el secretario general del PRI, Esteban Moctezuma, rechazó que Labastida quiera reventar el segundo debate, y argumentó que sólo dio respuesta a la carta de Gilberto Rincón Gallardo con una "actitud incluyente y democrática".
Pero, obviamente, faltará ver qué dicen los otros dos candidatos, añadió el ex representante del sinaloense, quien opinó que a ninguno de los tres abanderados le conviene echar atrás el próximo encuentro; reafirmó la cita para el martes entrante, aunque no se ha determinado el lugar ni la hora.
Quinto en discordia
El aspirante del PCD, Manuel Camacho Solís, exclamó en conferencia de prensa: "šLe tomo la palabra a Francisco Labastida!", que el debate sea entre los seis candidatos a la Presidencia. "Quiero tomarla como una propuesta honesta y una postura sincera y no como un pretexto (de aquél) para retirarse".
Añadió que en este proceso electoral es importante que haya equidad, y propuso flexibilizar el método y modificar los horarios. Asimismo, reiteró que no declinará para sumarse a la candidatura del panista Vicente Fox.
Sombras
Sin embargo, tanto los movimientos de los representantes como los comentarios de algunos de ellos en torno a la realización del encuentro pactado parecen diluir las intenciones de los candidatos presidenciales del PRI y del PAN para acudir al debate del próximo 23 de mayo.
De las tres principales fuerzas del país, Cárdenas sería el más interesado en que se celebre el debate entre el trío; Fox dice que sí quiere, pero ya empezó a culpar a Labastida, y sus colaboradores transmiten escepticismo; mientras, Labastida, por medio de Moctezuma, asegura que sí está dispuesto, pero dio entrada a la petición de Rincón Gallardo.
Por parte de la Alianza por México, el compromiso se mantiene inalterable y ni por asomo contemplan que el debate del día 23 sea de seis. Están dispuestos a sostener negociaciones sobre formato, temas y tiempos, pero por ningún motivo la inclusión de otro candidato en ese encuentro.
A los foxistas les da igual. Si se hace, bien, y si no se lleva a cabo, sólo apelan a que no se les responsabilice de ello. Confiados en el primer lugar que su candidato tiene, según la mayoría de las encuestas, aseguran: "Vicente, haya o no haya debate, no perderá su posición".
Así, desde ahora han comenzado su estrategia para cargarle a Labastida el posible fracaso del encuentro. Finalmente, en su óptica, si no hay segundo debate, el que pierde es el sinaloense.
La pelota, pues, está al parecer en la cancha del tricolor y la responsabilidad en manos de Jorge Alcocer, quien fuera fundador del extinto Partido Mexicano Socialista (PMS) y hoy es asesor político del candidato priísta a la Presidencia de la República.