JUEVES 18 DE MAYO DE 2000
* El gobierno mexicano abusa de sus ciudadanos, dice el ranchero Barnett
Culpan a políticas oficiales del conflicto en Arizona
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 17 de mayo * El ranchero de Arizona acusado por Rosario Green de provocar incidentes contra indocumentados dijo hoy que la culpa de los problemas que enfrentan esos migrantes reside en las políticas del gobierno mexicano, las cuales obligan a sus ciudadanos a abandonar su país porque no pueden ganarse una vida digna en él.
Al llegar este miércoles la canciller Green a Washington con la intención de exponer sus preocupaciones por la situación fronteriza en Arizona, un grupo de líderes en ese estado ųentre ellos un ranchero, un abogado de derechos humanos y el alcalde de Douglasų comparte la opinión de que esos problemas son resultado directo de las políticas económicas y sociales promovidas por los gobiernos de México y Washington.
Entrevistados por La Jornada, estos líderes ųque disienten entre sí en la mayoría de temasų están de acuerdo en que no habrá una solución a largo plazo en la situación en su frontera sin cambios en las políticas económicas y sociales promovidas por las cúpulas gubernamentales de ambos países.
El martes pasado, Green declaró que los rancheros de Arizona, en particular los hermanos Barnett, han violentado la legislación de su país al detener a indocumentados y entregarlos a la Patrulla Fronteriza.
Pero hoy, en entrevista telefónica, el ranchero Roger Barnett declaró a este diario: "El gobierno mexicano es el mayor abusador de sus ciudadanos. Son gentes pobres (los migrantes) que llegan aquí para buscar una vida mejor. Preferirían quedarse en su país si sólo pudieran ganar un salario decente".
Y la crisis en Arizona sigue creciendo. La Patrulla Fronteriza calcula que, desde octubre de 1999, más de 405 mil migrantes han sido detenidos en el área de Tucson, un incremento de 42 por ciento en comparación con el año anterior.
"Durante dos años, nuestros ranchos han sido pisoteados, se han vaciado nuestros tanques de agua, se ha ocasionado la muerte de reses, la destrucción de bardas, de parques nacionales, y se ha hecho poco en torno a todo esto", comentó un funcionario gubernamental que trabaja en esa zona.
Durante los últimos cuatro meses, rancheros frustrados con la respuesta federal al problema han empezado a tomar la ley en sus manos, y detienen a grandes grupos de inmigrantes, violando la ley estadunidense al hacerlo, según algunos abogados de derechos humanos.
Una estación de televisión en Tucson, KOLD, trasmitió un video esta semana con imágenes de un ranchero cuando detiene a un grupo de cinco migrantes y más tarde los entrega a la Patrulla Fronteriza. Ese tipo de acción, señaló el abogado de derechos civiles Jesús Romo, es una violación de la ley, ya que ésta no permite que ciudadanos detengan a ningún individuo, aun si está ingresando en su propiedad privada.
"La respuesta indicada es llamar a las autoridades y solicitar que ellos los detengan", comentó Romo a La Jornada. El abogado en Arizona, que trabaja con un grupo llamado Derechos Humanos, cree que los rancheros que violan los derechos de estos inmigrantes deberían enfrentar un tribunal judicial. Pero también admitió que una solución de largo plazo a este problema no surgirá de cambios en ese estado.
"La solución es obvia", señaló: "Mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los mexicanos para que no se vean obligados a migrar". Pero, advierte, ello también implica un nuevo diálogo sobre el tema del desarrollo económico entre México, Estados Unidos y Canadá, una conversación que ninguno de estos gobiernos ha mostrado interés en promover. "Estos trabajadores migrantes fueron excluidos del diálogo económico que lanzó al Tratado de Libre Comercio", sostuvo.
Ray Borane, alcalde de Douglas, Arizona, también cree que no hay una solución local a los problemas enfrentados en la frontera de ese estado, y opina que la principal culpa la tiene el gobierno de Estados Unidos.
Argumentó que la única manera de abordar el problema es un enfoque sobre los empleadores que ofrecen trabajo a los migrantes indocumentados, creando así el "imán" que atrae más mexicanos a este país.
Ni el alcalde ni el abogado de derechos humanos están de acuerdo con las tácticas de los rancheros que detienen a inmigrantes. También coinciden en que no hay solución local en Arizona a esta crisis, pero tampoco están muy optimistas de que los gobiernos de ambos países estén preparados para promover una solución de largo plazo.
En Arizona, el desierto sigue ardiendo.