SABADO 20 DE MAYO DE 2000

* El ex general tiene amigos "poderosos" en su patria, Argentina y Brasil


Condenan países del Mercosur el intento golpista

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 19 de mayo * Los gobiernos integrantes y asociados del Mercado Común del Sur (Mercosur) condenaron el intento golpista que la noche del jueves nuevamente puso en severa crisis a Paraguay, por la acción de los seguidores del general retirado Lino Oviedo, que desde 1996 tratan de tomar el poder.

Los alzados coparon la primera división de caballería, al menos dos sedes policiales y utilizaron tanquetas para disparar contra el edificio del Parlamento, donde estaban reunidos los legisladores, que habían sido convocados de urgencia.

Aunque la intentona fue frenada, eso no cierra los graves peligros de desestabilización sobre el frágil y transitorio gobierno de Luis González Macchi, que enfrenta una gravísima crisis social.

Desde que Oviedo se "fugó" o lo dejaron ir de Argentina el 9 de diciembre de 1999, las noticias sobre sus pasos han tenido en ascuas a Paraguay.

Pero Oviedo tiene amigos "muy poderosos" en Brasil y dentro de su país, y muchos de ellos vinculados a diversas mafias de armas, de drogas, de contrabando de automóviles, dijeron telefónicamente funcionarios paraguayos a La Jornada.

La sombra del pequeño "jinete bonsai", como le llamaron a Oviedo en su país, sigue instalada en el difícil escenario político paraguayo, donde el conflicto social por la severa crisis está a punto del estallido.

Oviedo sigue enviando mensajes clandestinos desde diversos lugares y una alta fuente militar paraguaya, que pidió reserva, dijo a este diario que el militar tiene protección entre grupos menemistas, a los que responsabilizó por los sucesos.

También existe la presunción de que la salida de Oviedo de Argentina, poco antes de que asumiera el gobierno de Fernando de la Rúa, que le era adverso, fue "pactada" en una reunión de Carlos Menem con el ex presidente George Bush, huésped del mandatario argentino días antes de que abandonara el poder.

Detrás de todo esto se encuentra la lucha de Bush como lobbysta de empresas estadunidenses para quedarse con la binacional hidroeléctrica de Yaciretá.

El golpismo de Oviedo no es nuevo. En 1989 tuvo una actuación especial en el golpe que derrocó al ex dictador Alfredo Stroessner, y desde entonces su aspiración al poder lo llevó a cometer fraude en las elecciones internas del Partido Colorado, a fines de 1992, sacando del medio a su principal oponente, Luis María Argaña.

Impuso a Juan Carlos Wasmosy en la Presidencia de la República, que de acuerdo con las autoridades electorales ganó en 1993 de forma fraudulenta y, además, bajo el "chantaje" de Oviedo.

Pero cuando Wasmosy se le fue de las manos al ex militar, Oviedo intentó derrocarlo en abril de 1996, y la movilización civil impidió el golpe.

En 1998 el gobierno dictó su prisión por este intento y el militar armó un nuevo esquema para llevar a la presidencia a su "testaferro" del momento, Raúl Cubas.

El 23 de marzo de 1999 un comando asesinó al vicepresidente Luis María Argaña, ante lo cual miles de jóvenes exigieron la renuncia de Cubas y siete de ellos fueron asesinados por paramilitares oviedistas el 26 de marzo. Dos días después Cubas renunció y se asiló en Brasil.

Oviedo, acusado de la autoría intelectual del magnicidio y liberado ilegalmente por Cubas de su condena a prisión, fue ayudado a huir por el ex brigadier Andrés Antonietti, embajador argentino en Uruguay y hombre clave de Menem, escondiéndose en Argentina, en donde le concedieron asilo.

En septiembre de 1999 hubo rumores de golpe en Paraguay, mientras el país sufría una ola de huelgas. El 14 de octubre de ese año fue relevado el jefe de las fuerzas armadas paraguayas, general Eligio Torres Heyn, quien se oponía a un proyecto de reestructuración que significaba la purga de 500 oficiales y suboficiales.

Esto costó el alejamiento de muchos militares, pero también un resquebrajamiento que alejó del poder al Partido Liberal Radical Auténtico, destruyéndose la coalición lograda con la caída de Cubas, mientras desde Tierra del Fuego, en el extremo sur argentino, Oviedo continuaba con sus planes de hacerse del poder en Paraguay.

El 9 de diciembre, horas antes de asumir el poder De la Rúa, Oviedo salió en avioneta desde una base en Buenos Aires, "escapándose" de sus custodios.

Dos meses antes, el 7 de octubre de 1999, el diputado Franco Caviglia, de Acción por la República, había presentado en el Congreso argentino un pedido de informe sobre un documento de la DEA, la agencia antidrogas estadunidense, que involucraba a Lino Oviedo y que databa del 3 de agosto de 1995.

Se señalaba en él que estaba vinculado desde 1974 con el narcotráfico, cuando era nexo entre Stroessner y el general Andrés Rodríguez, quien fue presidente después de la caída del dictador.