DOMINGO 21 DE MAYO DE 2000
* A partir de hoy el país tendrá el mayor número de santos del continente
Se inician en México festejos por la canonización
* En el asilo de El Calvario, Guanajuato, ya prevén un mejor futuro tras el reconocimiento de José María Yermo Parres
* Desde peregrinaciones hasta charreadas en Durango
J. Manuel Carrillo, corresponsal, León, Gto. 20 de mayo * En el asilo de El Calvario, inaugurado en 1885 por el sacerdote José María Yermo y Parres, viven 80 indigentes, los que desde hoy iniciaron los festejos por la canonización del que dicen "es nuestro protector".
En el área conocida como El Barrio Arriba, tierra de curtidores, de gente que trabaja en los pequeños talleres de calzado, se ubica el templo donde se venera al que mañana será canonizado en el Vaticano por el papa Juan Pablo II; ahí, junto, está el "asilo de los pobres", atendido por religiosas y por la gente de la comunidad.
En 1885, entre el 18 y el 19 de junio, la ciudad sufrió una de las peores inundaciones, mucha gente perdió su casa, pero José María Yermo y Parres les ofreció hospedaje y los alimentó durante varios meses; se calcula que más de 3 mil personas fueron auxiliadas por él.
Los periódicos de la época relatan que el entonces gobernador, general Manuel González, se impresionó por el trabajo del cura y le impuso el sobrenombre de Gigante de la caridad.
Desde entonces funciona el asilo, "para apoyar a quienes de verdad están solos en el mundo y no tienen quién los ayude", señala Don Antonio ųasí pide que se le nombreų, propietario de un taller familiar de calzado, y una de las personas que ayudan al mantenimiento del lugar.
"En realidad, todos los vecinos del barrio colaboramos en esta obra, hay quienes aportan dinero, otros dan su trabajo, y algunos más cooperan con alimentos y ropa, aunque sea usada", comenta don Antonio.
"Podemos decir que no nos hace falta nada porque el auxilio de la gente es enorme; así se ha sostenido esto por muchos años, con la buena voluntad de las personas, con la fe que el padre José María Yermo Parres le impregnó a este lugar, y yo creo que después de que él sea canonizado nos irá mejor", agrega el propietario del taller de cazado.
La huésped más joven en el asilo de El Calvario es Antonia Rodríguez, de 52 años, y hay personas que sobrepasan los 100, como don Juvenal Padilla; todos ellos participarán en los festejos que a partir de esta tarde y hasta la noche del domingo se realizarán en el Barrio Arriba.
Emmanuel Salazar, corresponsal, Durango, Dgo., 20 de mayo * Con peregrinaciones, charreadas y la construcción de un templo en honor a los nuevos santos mexicanos, la Iglesia católica de Durango celebra la canonización de los padres Mateo Correa, Luis Batis y los laicos Manuel Morales David Roldán y Salvador Lara, quienes murieron durante la Guerra Cristera.
Luego de cinco décadas en las que la Iglesia católica mexicana pugnó por santificar a los "mártires" de la Guerra Cristera, el papa Juan Pablo II canonizará a 27 mexicanos; entre ellos, 25 laicos y dos religiosos que murieron durante la cristiada. Los nuevos santos, en su mayoría, eran originarios de Jalisco, Zacatecas, Colima, Michoacán y Guerrero.
Aquí se realizará una peregrinación, encabezada por el arzobispo José Trinidad Medel Pérez, la cual partirá del templo del Sagrado Corazón de Jesús y concluirá en la Catedral, todo en el centro de esta ciudad. En tanto que otra peregrinación, organizada por la zona pastoral Mateo Correa, se concentrará en la salida a la carretera a México, para llegar al sitio donde se construirá un nuevo templo en honor, de los nuevos santos.
Medel Pérez exhortó a la comunidad católica duranguense a participar en cada uno de los actos que festejan la existencia de los nuevos santos mexicanos, los cuales harán que este país cuente con el mayor número de santos en el continente americano.
Asimismo, a través de las diversas parroquias asentadas en la ciudad se han distribuido boletos para asistir a un festival, en un lienzo charro, en donde se celebrará la canonización de los personajes que, nacidos en el vecino estado de Zacatecas, perecieron en Durango en 1927.
También se tiene considerado distribuir un folleto titulado Beatos mártires durangueños que serán canonizados próximamente, dedicado a explicar los méritos por los cuales los "mártires" cristeros serán canonizados.
Dicho folleto detalla que los nuevos santos mexicanos fueron muertos durante la Guerra Cristera al defender su creencia. En ese sentido, comenta que el padre Mateo Correa fue continuamente perseguido, hasta que fue arrestado en Fresnillo, Zacatecas, y luego trasladado a Durango, lugar en donde el religioso fue martirizado, pues un militar le pidió confesar a los presos, para que posteriormente le revelara el contenido de esas pláticas, a lo que el cura se negó y eso dio pie a su fusilamiento.
También se explica que el cura Luis Batis fue ejecutado junto con Manuel Morales, Salvador Lara Puente y David Roldán, ello en agosto de 1926, cuando fueron aprehendidos por una partida militar.