LUNES 22 DE MAYO DE 2000
Ť El salario cayó 41% desde 88; se recuperaría si el PIB crece 5% al año
CCE: Salinas y Zedillo fracasaron en mejorar el poder adquisitivo
Ť Defiende Winkler el modelo neoliberal y pide ampliarlo en los sectores bancario, energético y otros
David Zúñiga Ť Los gobiernos de Carlos Salinas y de Ernesto Zedillo han ''fracasado rotundamente'' en cuanto a mejorar el poder de compra: el salario ha caído 41 por ciento en términos reales desde 1988 y apenas a finales del próximo sexenio podría recuperar el nivel que tenía en 1994, eso si se mantiene una tasa de crecimiento anual de 5 por ciento y si no hay crisis.
Siempre los asalariados son quienes pagan los errores de política económica, reconoce Raymundo Winkler, director general del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien pese a todo defiende el ''satanizado'' modelo neoliberal y llama a profundizarlo en los sectores bancario, energético, laboral y de infraestructura.
''Durante muchos años los errores de política económica se han ajustado vía poder de compra. Para la autoridad ha sido muy sencillo hacer que los platos rotos los paguen quienes se dejen, en lugar de hacerlo con una mayor austeridad las finanzas gubernamentales. El gobierno federal aún tiene la facultad de usar la inflación y la devaluación para pagar los errores económicos. En sociedades más civilizadas ese error no se perdona; por eso crean bancos centrales independientes, autónomos, fuertes, a los cuales piden cuentas y les aplican castigos severos si fallan''.
La solución, sostiene, Winkler, es la aplicación plena del actual modelo, no un cambio de rumbo. ''México no debe caer en el riesgo de un regreso al populismo, donde las finanzas públicas sean el instrumento para resolver todo. Los modelos de crecimiento no se implantan de la noche a la mañana. En México ni siquiera se ha aplicado completamente'', argumenta.
La agenda pendiente incluye reducir la inflación para que deje de ser un factor a considerar al tomar decisiones de negocios, flexibilizar las leyes laborales para que sea más fácil y menos costoso emplear y despedir trabajadores, dar más facilidades a la banca extranjera para operar en México y establecer sucursales (luego de 11 años de trabajar para el CCE, Winkler presentó su renuncia a ese organismo para irse a trabajar al Bank of Boston), abrir el sector energético, lo que aumentaría el crecimiento del PIB entre uno y 1.5 puntos porcentuales extra, y alentar la participación privada en la creación de infraestructura. Según sus cálculos, será necesario invertir 30 mil millones de dólares anuales por lo menos durante los próximos cinco años para superar rezagos, y el gobierno carece de recursos para ello.
Según Winkler, una muestra de que el actual modelo funciona y genera confianza es que la inversión privada se ha cuadruplicado en los últimos 11 años, a una tasa promedio anual de 15 por ciento. Hasta antes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los montos anuales de inversión extranjera directa (IED) fluctuaban entre 3 mil 500 y 4 mil 500 millones de dólares, cantidades que se han incrementado a 11 mil millones de dólares en promedio en el periodo 1995-2000, pero ello también entraña riesgos: en este sexenio las empresas extranjeras han usado 55 por ciento de sus recursos de inversión para apoderarse de compañías nacionales, pero ''a nivel global la situación es bastante similar; no hay que asustarse más de lo debido''.
El especialista asegura que no se vislumbra una crisis de fin de sexenio ni para el próximo año. Analistas nacionales y extranjeros, dice, pronostican para el 2001 un crecimiento del PIB de 4.2 por ciento, con una inflación de 9 por ciento y un deslizamiento del peso de 10 por ciento.
Winkler afirma que desde 1998 se han estado creando más de un millón de empleos al año, incluidos formales, por cuenta propia e informales o subempleados; empero, se debe mantener una tasa de generación de cuando menos 3.5 por ciento anual en el sector formal sólo para darle trabajo a los que ingresan al mercado laboral cada año, y para ello hace falta que la economía crezca sostenidamente a una tasa de 5 por ciento; para subsanar el subempleo y abatir la economía informal ''se requiere un crecimiento muchísimo más alto''.