* Más que un certificado, lo que el adulto busca es mayor bienestar: Carranza
El INEA revoluciona su sistema de enseñanza
* El proyecto Educación para la Vida comenzará a aplicarse en seis lugares de la república
Gabriela Fonseca /II y última * Desde su creación, el Instituto Nacional para la Educación para Adultos (INEA) se propuso la aplicación modelos de educación "sin la rigidez y la duración de la educación formal, que fomentaran el autoaprendizaje y, sobre todo, que los conocimientos obtenidos fueran de utilidad práctica para las personas". Por eso se pensó en formar los "círculos de estudio" en los que asesores o "personal solidario" servían de guía a los estudiantes y resolvían sus dudas, adaptándose a los horarios de personas que trabajan.
Los primeros materiales didácticos gratuitos que usó el INEA fueron adaptaciones de los textos de primaria sobre matemáticas, español, ciencias sociales y naturales; siempre enfocándolos a la vida cotidiana del adulto. Ciencias sociales y naturales se integró en cuatro bloques: vida familiar, vida laboral, y vida nacional, con lo que se impartían nociones de biología, sexualidad, historia, derecho, entre otras. Para secundaria, se optó por la creación guías de estudio, con lo más indispensable de los programas.
En este sistema había muchos elementos perfectibles, como la reclutación de asesores. Cada uno de ellos recibía 120 pesos mensuales por atender un círculo de estudios. La mayoría de los asesores eran jóvenes que prestaban su servicio social, y que al terminarlo, abandonaban el instituto.
"Nosotros trabajamos con 200 mil asesores a escala nacional, pero para mantener este número, debíamos capacitar a 450 mil, pues se llegaba a perder a más de 60 por ciento. Esto afectaba, además, la motivación de los adultos", señaló el director general del INEA, José Antonio Carranza, quien explicó que en 1988 se empleó un nuevo esquema en 12 estados de la república, en el que cada asesor recibía una compensación por cada acreditación que lograra uno de sus alumnos.
Como esto podía prestarse a corrupción, se creó un sistema de control escolar en el que cada estudiante se registra con nombre, domicilio, fotografía. Por otro lado, en un sistema totalmente separado, figura todo lo relacionado con la aplicación de exámenes, de manera que es seguro que un asesor nunca aplica o califica exámenes a las mismas personas que atiende.
Esto implicó una gran inversión, pues hubo que proveer de sistemas de cómputo, cámaras fotográficas a todos los centros del INEA, además del incremento en los ingresos del personal solidario, que ahora logra percepciones de hasta mil 500 pesos. Pero este sistema permitió ahorrar dinero en la capacitación de asesores, y lograr que el personal permanezca en el instituto. Carranza afirmó que, por ejemplo, muchos jubilados han sido capacitados para ser asesores del INEA, con lo que logran no sólo un ingreso considerable, sino una actividad satisfactoria.
También se decidió otorgar una gratificación a quienes prestan sus instalaciones como puntos de encuentro para las asesorías, cuyo monto va en relación con la cantidad de acreditaciones que se logran en el lugar en cuestión. Esto sirvió para que los círculos de estudio se instalaran en lugares públicos y visibles, como iglesias y escuelas, lo que incrementó el número de inscripciones y permitió que se ahorrara en la promoción de los cursos del INEA, que antes se hacía casa por casa.
Educación para la vida
Paralelamente, el INEA buscaba mejorar los materiales de enseñanza de adultos, los cuales, aunque estaban adaptados para un público adulto, eran los mismos en todos los estados de la República; para hombres, mujeres, y jóvenes, e igual para todos los niveles sociales. "Estábamos conscientes de que lo que necesitaban muchas personas era no un certificado de primaria o secundaria, sino elementos que les permitiera mejorar su calidad de vida en el corto plazo", señaló Carranza. Con este fin, se aplicó hace tres años un cuestionario en el que participaron 27 mil personas en toda la república, para registrar los intereses de los alumnos del INEA y el aprendizaje que tuvieron a lo largo de sus vidas.
También se registraron los resultados de un proyecto educativo que el INEA emprendió con la Secretaría Nacional de Defensa (Sedena), que funciona desde 1997, en el que conscriptos que concluyeron su educación básica son capacitados para asesorar a quienes no lo hicieron. Este programa incluye una hora por semana en la que se imparten temas, con materiales gratuitos correspondientes, dirigidos a jóvenes.
Entre estos temas se encuentran sexualidad, pareja, enfermedades de trasmisión sexual, derechos humanos, derecho laboral, vida comunitaria.
Carrranza afirmó que los resultados positivos de este proyecto, que ya se llamaba Educación para la Vida, y el hecho de que los conscriptos pidieran cada vez más materiales, y su interés de compartirlos con sus familias, dio la idea de reproducir el modelo a escala nacional.
El actual proyecto de Educación para la Vida consta de 41 módulos, cada uno diseñado por expertos en educación del INEA, con la colaboración de organismos como la Secretaría de Salud, el Consejo Nacional de Población, Conasida, Seguro Social, o la Secretaría de Agricultura.
El programa se lanzará por lo pronto en el estado de Aguascalientes y en cinco ciudades (Nuevo Laredo, Zapopan, Valladolid, entre otras), con la intención de observar qué demanda tiene cada módulo, según la región, como paso previo a llevar el sistema a todo el país.
Carranza afirmó que "todos los módulos se pueden acreditar cursados o no cursados", pues se puede dar el caso que, sin educación formal, una persona que tiene un negocio, por ejemplo, ya tenga con lo necesario para aprobar uno de los módulos de matemáticas.
El director general del INEA considera que este nuevo sistema es, sin duda, una revolución en la enseñanza de adultos, pues no existía un modelo flexible, adecuado a cada región en la que se aplica, en la que, además, el alumno tuviera la libertad de escoger no sólo sus horarios, sino también los temas que complementarían conocimientos ya adquiridos y le permitieran, en el corto plazo, mejorar su calidad de vida.
Sistema abierto, flexible, multidisciplinario
Números y cuentas para el hogar, el Campo y el negocio, La educación de nuestros hijos, El maíz, Nuestra palabra, Nuestro planeta la Tierra, Un hogar sin violencia, Nuestros documentos, Producir y conservar el campo. Así se titulan algunos de los 41 módulos que ofrece el modelo Educación para la Vida del Instituto Nacional para la Educación para Adultos.
La organización de los módulos recuerda un plan de estudios universitario, pues encierra temas obligatorios y optativos, que cubren tres niveles, primero, el de la alfabetización, posteriormente el nivel primaria, hasta el nivel avanzado que permite conlcuir la secundaria. En la práctica hay, incluso, algunos módulos que pueden considerarse "propedéuticos", en casos en que el alumno requiera "refrescar" su aprendizaje.
Los materiales didácticos, en sí, recuerdan en algo al controvertido sistema de educación activa, en boga hace unas décadas, en el sentido que se busca que el alumno aprenda a consultar otras fuentes, a leer por gusto, y a poner en práctica varios conocimientos y habilidades a la vez mediante ejercicios.
Uno de los módulos de matemáticas, por ejemplo, comprende juego de geometría, calculadora, libro de texto y cuaderno de trabajo. Pero todos los módulos incluyen, en su conjunto de materiales, una revista y un "pliego", que es una serie de trípticos de diversas organizaciones que el alumno puede recortar y conservar. Ejemplo de esto es la Cartilla de Vacunación del Seguro Social, englobada en uno de los módulos sobre la paternidad responsable. En otros módulos se incluyen libros de cuentos de autores reconocidos, con la idea de despertar el hábito de la lectura.
Educación para la Vida del INEA también ofrece la opción de llevar un curso de capacitación de cualquier empresa o escuela tecnológica, lo que se tomará en cuenta para las acreditaciones que se requieren al concluir la secundaria.