ASTILLERO Ť Julio Hernández López
Vicente Fox cometió ayer el grave error de mostrarse abiertamente tal cual es.
Montado en su macho, aferrado a sus propias decisiones, sin tomar en cuenta la opinión de los otros dos candidatos, rozó los linderos del capricho infantil, empeñado en que el famoso debate tripartito se hiciera ayer mismo porque él así lo deseaba.
Los resultados políticos inmediatos son dañinos para la figura del abanderado panista, pues le evidenció como intolerante, lo hizo ver hepático e irracional, le llevó irónicamente a legitimar la alianza Labastida-Cárdenas y, sobre todo, permitió a millones de mexicanos ver la manera sesgada y engañosa con la que el guanajuatense enfrenta los asuntos públicos y posteriormente da versiones distintas, a conveniencia.
Cárdenas, el ganador; Fox, el perdedor
ƑQuién ganó y quién perdió este debate esencial? (esencial en cuanto permitió a los candidatos mostrarse a plenitud sobre temas aparentemente menores, cómo la organización de una discusión, pero que permiten atisbar la forma como cada cual en- frentaría los problemas cotidianos del gobierno). En lo inmediato, sin lugar a dudas, lo ganó Cárdenas y lo perdió Fox. A mediano y largo plazo (en la medida en que pueda haber esos parámetros de aquí al 2 de julio) el triunfador fue Labastida.
Pero, vayamos por partes.
Aferrado a un acuerdo ya dado por muerto
Para empezar, Fox se aferró increíblemente a una postura inexistente. Quiso hacer valer a cualquier costo los términos del acuerdo que su representante, Pedro Cerisola, junto con los representantes de los otros dos candidatos, habían dado por oficialmente fenecido en los primeros minutos del domingo pasado. Pudo haber escogido o inventado algún otro pretexto (el que dio al final, de la alianza PRI-PRD, hubiera sido suficiente, si lo hubiese usado al principio del numerito de ayer, y no al final), pero prefirió el de "cumplirle a los mexicanos" el acuerdo de debatir ayer mismo que, oficialmente, ya había sido abolido.
La cola del salinismo azteca
En la tosuda defensa de su interés, Fox dejó entrever, además, la cola de su diablo particular, el salinismo, que puso a su plena disposición, casi a título de dueño o apoderado, el tiempo de la televisora comprada con fondos de Raúl Salinas de Gortari. Sergio Sarmiento, a nombre de la empresa de los Salinas, hizo llegar a Fox, en los momentos más difíciles de su prolongado naufragio, el intento de salvavidas fraterno, al poner a sus órdenes el tiempo de Televisión Azteca para realizar ayer mismo el citado debate.
(Sí, la televisora de los Salinas dirá que el tiempo estaba siendo puesto a disposición de todos los candidatos y para cualquier momento, pero el uso político de ese tiempo disponible le fue entregado expresa y oportunamente a Fox, para que así consiguiera su propósito de hacer el debate ayer mismo. Por cierto, bonitos se habrían visto los candidatos hablando de ética y de buen uso de los recursos públicos en un debate moderado por la conductora de noticieros de TV Azteca, Lily Téllez, quien ha sido sorprendida usando para su servicio particular camionetas del gobierno de Sonora y disponiendo de agentes federales para su custodia personalísima.)
Otro rasgo destacado del berrinche zapatero de ayer fue la descomposición gestual y política. Falto de oficio, Fox fue a la casa de campaña de Cuauhtémoc Cárdenas a perder los modales. Demudado, colérico, incómodo, harto, el guanajuatense no pareció ser el mexicano adecuado para regir esta nación en los momentos de transición democrática, sino el embrión de tirano, el aspirante a dictador, el aniquilador de pluralismos, el impaciente exterminador de los adversarios.
Cárdenas aprovechó la oportunidad dorada
Cuauhtémoc Cárdenas, por su parte, ha tenido dos días muy satisfactorios. El primero fue el lunes, en la noche, en el noticiero conducido por el cada vez mejor Joaquín López Dóriga, cuando ganó en las encuestas de opinión con la insólita postura de ser el más callado y prudente, frente a los otros dos candidatos que se habían convertido en feroces atacantes uno del otro.
No cualquiera puede presumir el hecho de haber ganado un debate justamente por ser el que menos habló. Y ayer también ganó importantes bonos, cuando se mostró sonriente, vivaz y condescendiente con el niño caprichudo de al lado, al que trataba de corregir y convencer de sus rabietas inadecuadas.
De hecho, Cárdenas fue el punto de confluencia de las dos fuerzas electorales polarizadas y, gracias a una importante dosis de paciencia y buen humor, llevó el espinoso episodio de ayer por senderos civilizados. Momentos hubo, desde luego, en los que debió alzar la voz y contener los excesos del niño de los cólicos.
Habrá qué esperar los resultados de los famosos y sacralizados estudios de opinión, pero pareciera ser claro que Cárdenas logró ayer ganar más adhesiones (en contraste con sus adversarios) que en sus muchísimos actos de campaña.
Momento de entregar el anillo de compromiso
Labastida, por su parte, seguramente ayer pudo dormir mejor que en muchos otros días. No es que él haya sido el mejor, ni que sus bonos vayan a elevarse sustancialmente. Pero el tropiezo de Fox, y el éxito de Cárdenas, podrían hacer que el PRI se despegue del PAN de manera explicable.
Y algo más, terriblemente amenazador para Fox: la obstinación de imponer su voluntad a Labastida y a Cárdenas permitió, de manera natural, la alianza política entre ambos candidatos, una alianza que estaba en curso pero que no encontraba la forma adecuada de expresarse. Ayer, Fox fue el padrino involuntario de la única alianza que podría ayudar a Labastida a darse por ganador el 2 de julio y a resistir los embates panistas: la alianza del PRI con la izquierda (con la artificial, la de Gilberto Rincón Gallardo, no hay problema), con Cárdenas y con el PRD.
Bueno, pero... Ƒen qué quedaron?
De aquí al 2 de julio, todo pronóstico o juicio hecho en esta columna tempranera estará obligadamente sujeto a las variaciones nocturnas derivadas de noticieros de televisión o de arreglos políticos de madrugada. Dicho lo anterior, se asienta que hasta ayer, martes 23, a las 21 horas, todo hacía suponer que el debate entre tres queda cancelado; que Fox iría ayer mismo a un canal de Televisión Azteca para inaugurar el modelo de debatir consigo mismo; que Cárdenas esperará el viernes que se presenten Fox y Labastida, o cuando menos uno de los dos, para realizar un debate formal o, a falta de quórum, declarar desierta tal contienda; y que, como van las cosas, más nos convendría a todos irnos acostumbrando a la tragicomedia de la transición mexicana a la democracia. šUff!...
Astillas: Ayer, Manuel Camacho declaró que... ƑQué declaró Camacho?... ƑQuién es Camacho?... El CGH rompió ayer el diálogo con las autoridades de la UNAM. Será una excelente oportunidad para que sigan ganando terreno las posiciones que tratan de empujar al rector a la nada, a endurecimientos y tensiones que de cualquier manera no servirán de mayor cosa... No es un asunto menor. En todas las oficinas de la administración federal se preparan como nunca para entregar cuentas claras a la hora del relevo presidencial. Debería ser ese un trámite de rutina, obligado. Sin embargo, en el ámbito burocrático ha generado alarma ese prurito. Tanto interés por tener la casa limpia parecería estar regido, según empleados federales, por el riesgo de que llegara al poder alguien ajeno al PRI...
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