JUEVES 25 DE MAYO DE 2000

* Caras largas y desconcierto en el anuncio


Vicente Fox irá al debate del viernes, decide la cúpula de AN

* Reunión extraordinaria para evaluar el error del guanajuatense

Juan Manuel Venegas * En el recuento de lo estragos, el acuerdo que ayer por la mañana tomó el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN se impuso: Vicente Fox Quesada tiene la obligación de presentarse al debate del viernes. Y, ya entrada la tarde, el candidato decidió anunciar ante los medios su asistencia al encuentro con Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida, que un día antes había dejado en veremos.

Los quebrantos que la mala planeación política -más que notoria en los últimos días- provocó ya en la campaña de la Alianza por el Cambio, y el fracaso del propio Vicente Fox al pretender arrastrar a sus contendientes del PRI y la Alianza por México a un debate jamás organizado, obligaron a la cúpula panista a una reunión extraordinaria, donde el único tema, la única preocupación, fue la salida en falso del guanajuatense, que la víspera, en la casa de campaña de Cárdenas y ante decenas de informadores nacionales y extranjeros, perdió el equilibrio y puso en serio entredicho la imagen que durante más de dos años han venido construyendo sus amigos.

"Se tienen que ir ajustando las estrategias", anunció el dirigente nacional de ese partido, Luis Felipe Bravo Mena, luego de la reunión que la directiva sostuvo en la sede nacional de Acción Nacional. "Nunca debió haber aceptado ir a ese encuentro, era una emboscada anunciada", comentó por su parte el ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos.

En la casona de Angel Urraza, en la colonia Del Valle, se dieron cita, además del dirigente y ex candidato, el ex procurador y ex secretario general del partido, Antonio Lozano Gracia; los secretarios general y adjunto, Federico Ling Altamirano y José González Morfín; el representante ante el IFE, Germán Martínez Cázares; el secretario de Acción Electoral, Humberto Aguilar; el vocero del CEN, Juan Ignacio Zavala, y el coordinador de asesores de Bravo Mena, David Vargas.

Empezaron a delinear la estrategia del último mes de campaña y, ante la "embestida" y los resbalones de Fox y su equipo de los últimos días, se consideró la conveniencia de que el partido, ahora sí directamente, asuma la coordinación política de la campaña del ex gobernador de Guanajuato, según trascendió del encuentro.

Era mediodía. A esa hora todavía no se determinaba -oficialmente- que Fox asistiría al debate de mañana... "Vamos a esperar unas horas; esa es una decisión que corresponde, fundamentalmente, a nuestro candidato", pidió Bravo Mena, quien trataba de matizar y esquivar las preguntas de los reporteros:

-ƑNo cree que en los últimos días ha quedado evidenciado lo que es un comentario general desde hace mucho tiempo, de que el partido le hace falta a Vicente y que éste no ha querido tomar en cuenta al partido, sobre todo en la parte de estrategia política?

-Eso es absolutamente falso. Estamos trabajando, como desde hace varios meses, desde que es nuestro candidato, en plena conjunción y con la misma fuerza.

-ƑSe los están comiendo en los medios; las estrategias, en todo caso, a los otros les funcionan, y a ustedes les fallan? ƑEntonces está fallando la estrategia de todo un partido?

-Lo que está en operación y lo que estamos enfrentando es todo el aparato del sistema, tratando de distorsionar los hechos y de falsear los acontecimientos; pero de ninguna manera el partido y Vicente están trabajando en forma separada -atajó el líder panista.

Desconcierto de foxistas

A unas calles de distancia, en Sacramento 354, en la casa de campaña, otro grupo también deliberaba. Eran los foxistas y sus asesores. El ambiente aquí era de tensión. Los comunicadores, generalmente con acceso a todos los pasillos del inmueble, fueron restringidos a la planta baja. Arriba, los estrategas de la foximanía (o del fenómeno Fox, como a ellos les gusta autocalificarse) evaluaban los costos de la presentación en la casa de Cárdenas. Las caras largas y el desconcierto dominaban el escenario.

Pedro Cerisola, el ex empresario, coordinador general de la campaña, seguía insistiendo en la conveniencia de olvidarse del debate del viernes. Lo escuchaban el responsable del área de publicidad, Francisco Ortiz; el operador político del grupo, Rodolfo Elizondo; el coordinador de asesores, Eduardo Sojo, y la jefa de prensa, Martha Sahagún. No faltaron, por supuesto, los flamantes asesores del foxismo Jorge G. Castañeda y Adolfo Aguilar Zinser.

ƑQué pasó?, Ƒdónde estuvo la falla?, Ƒpor qué Fox se presentó sin ninguna propuesta al encuentro con Labastida y Cárdenas? Eran las preguntas, y es que, según los comentarios entre los grupos medios del foxismo, hasta pareció que se llevó al candidato a "un callejón sin salida", o "a la guerra sin fusil". Ahí están los medios, todos, destacando la caída del hombre de las botas, se recriminaban, según se informó.

En la base, en lo que se puede identificar como la burocracia de la campaña del guanajuatense -por cierto, cada vez más numerosa-, se notaba el desánimo. Nada que ver con la algarabía y entusiasmo que un día mostraron al enterarse que Fox grababa las conversaciones que sostenía con sus contendientes del PRI y la Alianza por México. Los šbravos! hoy se convirtieron en silencio.

La llegada de Bravo y la decisión de debatir

Hasta la casa de campaña llegaron Bravo Mena y González Morfín. Llevaban las conclusiones del análisis que, por separado, habían hecho los panistas en el CEN. Cercanas las 14 horas, se informó que ahí se tomaría la decisión de asistir o no al debate del viernes.

Los dirigentes del blanquiazul estuvieron casi dos horas metidos en sesión con el grupo compacto de Fox. Al final y a pesar de los contrargumentos de Cerisola (que nunca quisieron ser comentados), la decisión tomada en Angel Urraza fue respaldada: lo más conveniente, a fin de no seguir perdiendo terreno ante la opinión pública, era que Fox se presentara al debate de mañana.

Se acordó que el propio candidato hiciera el anuncio, que leyera un breve comunicado y no aceptara preguntas de los reporteros -Ƒpara qué permitir que se siga insistiendo sobre la misma herida?, se argumentó-. Cerisola, por su parte, contactaría inmediatamente a los negociadores del PRI y Alianza por México para informarles de la decisión: Fox irá al debate, sin condiciones. Que priístas y perredistas acuerden toda la organización.

Terminada la reunión, Castañeda salió prácticamente corriendo; Aguilar Zinser se molestó con los medios por cuestionar la "fallida asesoría"; Elizondo, más tranquilo, reconoció lo que el columnista negó -los candidatos "no son dioses para no cometer errores"-, y se dijo alarmado porque "ahora nos damos cuenta que enfrentamos a dos partidos... que PRI y PRD son lo mismo. šY nosotros que pensábamos que el PRD todavía existía!". Sahagún, por su parte, explicaba que si Fox iba al debate "no era por presiones, sino porque se debe a la gente y al pueblo de México".

El mensaje de Fox

Otro factor que influyó en la decisión final de asistir al debate fue una encuesta que el equipo de campaña mandó hacer. Según se informó, "la mayoría" de los ciudadanos consultados manifestaron su "deseo" de que Fox debatiera con Cárdenas y Labastida.

Por eso, se explicó, el tono del mensaje del guanajuatense: "Mexicanos y mexicanas, porque ustedes lo piden, participaré con gusto en el debate de candidatos presidenciales el próximo viernes.

"Enfrentaré la alianza de Cárdenas y Labastida que pretende preservar el sistema autoritario de corrupción y privilegios que se ha impuesto a la sociedad mexicana los últimos setenta años.

"Voy al debate sin poner condición alguna, para que no pongan más pretextos y no sigan engañando a la sociedad mexicana.

"La gran mayoría de las mexicanas y los mexicanos desean el cambio y la alternancia en el poder. Al debate llevaré su voz y sus aspiraciones", leyó Fox sin querer hablar con la prensa.