SABADO 27 DE MAYO DE 2000
Ť Comentaron la guía escrita por Antonio Armonía
El manual de Manuela, prácticas para el ''estallido prodigioso''
Ť Se recomienda leer en la intimidad y con una mano
Yanireth Israde Ť La presentación en público de El manual de Manuela o el arte de masturbarse tuvo buen jale.
Avidos escuchas, en su mayoría varones y una que otra intrépida mujer, llegaron en considerable número al patio central del Museo de la Ciudad, donde Elisa Ramírez, Hugo Gutiérrez Vega, Conrado Tostado y Antonio Armonía (el autor), comentaron esa útil ''guía práctica para adolescentes, solteros y maridos fieles'', publicada por Ediciones Chaqueteras y que se recomienda leer en la intimidad y con una mano.
Si bien nadie se animó a pasar al frente para hacer una demostración -aunque se les convocó- todos escucharon atentos a los comentaristas, pues como dijo Tostado, se trata de un libro liberador y excepcional en México.
Hace tiempo, recordó Gutiérrez Vega, los muchachos se confesaban después de esos ''estallidos prodigiosos" ocasionados por Manuela. Sus cultivadores corrían el riesgo -así lo afirmaba la horrenda voz popular- ''de perder la memoria, ponerse tontos y distraídos y ver crecer pelos de hombre-lobo en las palmas de la mano... en el caso de los ambidiestros".
En estos terrenos, sentenció el poeta, sólo los hipócritas o los enfermos de displacer tiran la primera piedra, porque según se lee en esa guía, la masturbación es el exquisito placer de hacer el amor con la persona que más queremos: nosotros mismos.
Hizo un llamado ur-gen-te para la publicación del Manual digital, dedicado a la masturbación femenina. La recomendación no es inútil, ante los antecedentes del artículo 108 del Código Penal de Yucatán, que tipifica como delito el sexo oral (''esas son mamadas", dijo alguien por ahí y el de la palabra coincidió plenamente). Esta penalización, señaló el escritor, no deja de ser machista, pues sólo condena el fellatio e ignoran el cunnilingus, cuya libre práctica seguramente agradará mucho a las señoras.
''Por más que se compartan estos coloquios y expresiones con los hombres, alrededor de las mujeres sigue un cerco de silencio", consideró Elisa Ramírez.
''El lenguaje no concede un nombre específico a la masturbación en las mujeres", observó. Ciertamente, en los hombres puede designarse como chaira, paja o jalarle el cuello al ganso, pero para las mujeres, nada. ''No recuerdo ninguna mujer diciendo con soltura šqué masturbación la de anoche!, ni siquiera las más beligerantes".
Armonía reveló que su guía -ilustrada con dibujos de Francisco Toledo, José Luis Cuevas, Gilberto Aceves Navarro, Jis, El Fisgón, Felipe Ehrenberg y Brian Nissen, entre otros, y que alguien por ahí recomendó distribuir como libro de texto- fue motivado por El manual de Carreño, que dicta pautas de comportamiento social. ''Tuve la necesidad de escribir la contrapropuesta" y esto salió. (Próximamente habrá una edición de lujo. Estén pendientes).