DOMINGO 28 DE MAYO DE 2000
Ť Mural sobre tela de Diego Rivera
Gloriosa victoria, en el Pushkin, confirma Blanca Garduño
Ť Localiza un par de grabados del pintor en el Museo Ermitage
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 27 de mayo Ť Gloriosa victoria, mural sobre tela y enrollable, del pintor Diego Rivera, fue hallado en el Museo Pushkin, de esta capital, en cuyo catálogo aparece registrado; sin embargo, el paradero de la obra Pesadilla de guerra, sueño de paz -creada también por el artista mexicano- aún se desconoce, si bien hay nuevas pistas para localizarla, declaró la historiadora de arte Blanca Garduño.
Agregó que en el Museo Ermitage, de San Petersburgo, descubrió dos grabados que el artista guanajuatense realizó para un libro de Ilyá Ehrenburg y de los que no se tenía ningún conocimiento en México.
En plática con La Jornada, la también directora del Museo Casa Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo hizo un balance preliminar de sus entrevistas en Moscú y San Petersburgo, poco antes de partir de regreso a México.
"Para tan poco tiempo de estancia, aunque mantuve cinco reuniones por día, los logros fueron ciento por ciento positivos", resume.
Lo principal es que pudo aclarar la confusión generada a partir de la información de que el Pushkin tenía el mural Pesadilla de guerra y sueño de paz, que en su momento desmintió categóricamente el subdirector del museo, Mijaíl Kamensky, y confirmar que la obra que está en su acervo, y figura en su catálogo, es Gloriosa victoria.
"Finalmente logré el objetivo de ver Gloriosa victoria y constatar con mis propios ojos su extraordinaria calidad. En el Pushkin no querían mostrármela porque había que desenrollarla en un espacio que ellos no disponen en bodega y, para poderla estirar, tuvo que ser un día en que está cerrado al público el museo", comenta.
Le sorprendió que Elena Sharnova, la encargada del área de pintura del museo, le dijera que Gloriosa victoria es el óleo sobre tela más grande que tiene el Pushkin. "Por fortuna -dice la investigadora mexicana- la obra está en buen estado, está excelente, está maravillosa".
Sin embargo, en su opinión, no existe posibilidad alguna para su repatriación, pero se solicitará en calidad de préstamo para exponerla en México. Explica: es acervo del Pushkin; el propio maestro donó la obra a la Unión Soviética en señal de gratitud por el tratamiento médico que recibió aquí, lo cual fue corroborado en un reciente artículo del escritor Yuri Páporov, quien como agregado cultural de la embajada soviética en México mantuvo una estrecha relación con Diego Rivera.
Blanca Garduño relata también que en lo que puede considerarse el testamento oral del maestro, una conversación con el insigne diplomático Ernesto Madero, a la sazón al frente de la misión mexicana en Moscú, Rivera le pidió regalar Gloriosa victoria a la Unión de Artistas de la antigua URSS.
El presidente de la Academia de Artes de Rusia, organismo sucesor de la desaparecida Unión de Artistas, Zurab Tsereteli, y su vicepresidente, Tair Salajov, confirmaron a la investigadora mexicana la donación de la obra, que a su vez fue cedida al Pushkin.
Desde 1987, tras asumir la dirección del Museo Casa Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, Garduño inició la búsqueda intensiva de Pesadilla de guerra y sueño de paz y Gloriosa Victoria, que nunca regresaron de la exposición itinerante por varios países socialistas de Europa y China.
Recuerda que el Instituto Nacional de Bellas Artes incluso sacó desplegados en la prensa y, en 13 años de pesquisas e investigaciones, se logró reunir mucha información valiosa, pero había pocas esperanzas de encontrar esas obras.
Pesadilla de guerra... sigue en la incógnita, aunque Garduño reconoce que Liev Ospovat, el biógrafo ruso de Diego Rivera, y Viera Kutéishikova, su esposa y reconocida estudiosa de México, aportaron nuevas pistas para enderezar su búsqueda.
"El testimonio de esta pareja muy inteligente, muy culta, muy modesta fue decisivo para modificar la ruta que siguió Pesadilla de guerra... Por los catálogos y las fechas, logré establecer una ruta que tenía como punto final Moscú, dado que aquí en la frontera perdemos el mural; ahora, puedo decir que hay elementos para cambiar esa ruta, pero hasta que no obtenga documentos no puedo dar detalles", explica.
Por cierto, la biografía de Diego Rivera, publicada en 1989 en español por Liev Ospovat, lleva entre sus anexos gráficos una fotografía del Retrato de Max Voloshin, que es una de las obras del maestro que se quedaron por estas latitudes: hasta la fecha se encuentra en la casa museo del poeta ruso en Koktebel, Crimea.
Si bien es consciente de que se requiere de mucho más tiempo, trabajar en archivos y revisar colecciones, Blanca Garduño regresa a México entusiasmada por las perspectivas que se abren tras su primer viaje a este país.
"Me emociona mucho encontrar un rincón de México en este lugar. Por razones históricas, la influencia que ejerció el partido comunista en la plástica mexicana y la vocación que tenía una gran cantidad de artistas, llegaron bastantes obras de arte mexicano acá, muchas más de las que yo me imaginaba", señala, y añade que, por ejemplo, sorprende el elevado número de fridómanos que hay aquí.
En el Museo Ermitage, donde fue atendida por su director general, Mijaíl Piotrovski, Garduño contó 135 obras de artistas mexicanos y, al solicitar ver la que se creía única obra de Diego Rivera en dicho museo, aparecieron dos más, de las cuales no se tenía ningún conocimiento en México.
Garduño, en lo que es su indisputable derecho, no quiso precisar a este corresponsal de qué obras se trata y sólo adelantó que ofrecerá los detalles a su llegada a México.
No obstante, en lo que también es un derecho de nuestros lectores, fuentes del Ermitage revelaron a La Jornada que son dos grabados que realizó Diego Rivera para un libro de Ilyá Ehrenburg.
El viaje de Garduño fue rico en hallazgos. Aparte de confirmar el perfecto estado de Gloriosa victoria, en el Ermitage quedó registrado su marcado interés por Apuntes para un retrato de Lenin, de David Alfaro Siqueiros, prácticamente desconocido en nuestro país.