LUNES 29 DE MAYO DE 2000

Ť Maíz, frijol, trigo, soya y sorgo, los perdedores


Tras el TLC, México pasó a ser importador de granos de EU

Ť El gobierno vulneró la soberanía alimentaria, alertan diputados

Matilde Pérez /I Ť En seis años de vigencia del Tratado de Libre Comercio, el gobierno mexicano vulneró la soberanía alimentaria y prácticamente desapareció a los productores --la mayoría propietarios de menos de 5 hectáreas-- de granos y oleaginosas; paralelamente, apuntaló a las grandes trasnacionales importadoras de esos productos como Cargill, Anderson Clayton, Pilgrims Pride, Continental, entre otras.

Así, en menos de una década México pasó a ocupar los primeros tres lugares como importador de granos y oleaginosas de Estados Unidos. Incluso rebasó las expectativas del Departamento de Agricultura estadunidense que esperaba que ello ocurriera en los 15 años del periodo de transición pactado en el TLC para esos productos. ''Al eliminar los niveles de protección, las exportaciones agrícolas estadunidenses a México se expandirán en un tercio, mientras las exportaciones mexicanas a Estados Unidos aumentarán en un quinto, es decir en sólo de 500 a 600 millones de dólares anuales''.

En los primeros cuatro años de vigencia del TLC, el gobierno eliminó unilateralmente la protección a la producción --a pesar de que acuerdos como el GATT le otorgaban la posibilidad de continuar con los apoyos--, rebasó las importaciones libres de arancel, realizó dumping en contra de 2.5 millones de productores de maíz y eliminó los aranceles que protegían su producción. Colocó de golpe a los campesinos en el mercado abierto sin ningún periodo de transición.

A pesar de su descapitalización, crecientes dificultades e incluso contra la propia tendencia gubernamental, los campesinos producen y comercializan esos granos y oleaginosas, parte fundamental de la dieta de los mexicanos. Pero su esfuerzo es insuficiente frente a Estados Unidos, el socio comercial del TLC y uno de los principales productores mundiales de esos cultivos.

El panorama de ''los perdedores del TLC'', como ya se califica al maíz, frijol, trigo, soya y sorgo, lo presenta el estudio ƑCuánta liberalización aguanta la agricultura? Impacto del TLC en el sector agroalimentario, que realizó la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, y en el que tuvo una participación destacada Ana de Ita, investigadora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam).

Mientras para Estados Unidos y Canadá el TLC fue un convenio comercial, para México fue determinante en su estrategia macroeconómica y con él ''institucionalizó el modelo económico neoliberal y pretende darle un carácter definitivo e irreversible''. Esa negociación implicó un cambio en el padrón de cultivos.

Del millón 958 mil 200 kilómetros cuadrados de la superficie nacional, 12.3 por ciento se dedica a la agricultura y, de ésta el 71 por ciento se destina a la producción de granos básicos y oleaginosas, 54 por ciento a la producción ganadera, y 26 a la forestal, todas sin ventajas comparativas a nivel general. Sólo las frutas y hortalizas tienen esa relativa ventaja comparativa, pero sólo ocupan 3 por ciento de la superficie agrícola. Sin embargo, los legisladores pueden, dentro del acuerdo, amortiguar e incluso detener los severos golpes, propone Ana de Ita.

Para ello tendrían que obligar a la Secretaría de Agricultura (Sagar) a presentar una evaluación bianual --como lo hace su homóloga en Estados Unidos--, consistente y con datos, del impacto del TLC en cada uno de los productos agrícolas y agroalimentarios, en la inversión agropecuaria, en el empleo rural y en la economía de las comunidades rurales. Exigirle al gobierno mantener una estricta vigilancia sobre la aplicación de subsidios a las exportaciones de Estados Unidos y Canadá e imponer impuestos compensatorios a las importaciones que rebasen las cuotas acordadas.

''El Congreso puede impulsar una iniciativa de recuperación de los aranceles y su asignación presupuestal a los programas de subsidios a los productores. Ni en el TLC ni en el GATT (ahora Organización Mundial de Comercio) existe un límite para aumentar la asignación de recursos al Procampo (el subsidio que recibe el productor), el único coto son las finanzas públicas y sus prioridades de asignación para equiparar los subsidios de los campesinos al nivel otorgado por el resto de los países de la OCDE'', establece el informe de la Comisión de Agricultura.

Destaca la urgencia de crear un organismo regulador del mercado de los granos, eficiente, eficaz y comprometido con el mejoramiento de las condiciones del sector agrícola, para evitar el monopolio de las trasnacionales. Además, el gobierno tendría que retirar las cuotas de importación del TLC para evitar que se presione los precios a la baja y apoyar a las organizaciones de productores con créditos.