MARTES 30 DE MAYO DE 2000

El pobresor

 

* Luis Hernández Navarro *

Duermes donde, casi año tras año desde 1980, han dormido tus compañeros. Pasas las noches de la ciudad de México entre cartones y plásticos. Te guareces de las lluvias entre cobijas. Tu nuevo y provisional domicilio se encuentra en las calles de Venezuela, Argentina y Donceles. Allí te preparas para salir al día siguiente a dar lo que tú crees son lecciones de civismo y los capitalinos viven como un engorroso problema vial.

Lees en la prensa escrita que viniste al Distrito Federal como una maniobra del gobernador de Oaxaca, José Murat, en contra de su paisano Diódoro Carrasco. La historia no es nueva. Cuando en 1979 nació tu organización, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), decían que había sido formada por el entonces secretario de Educación, Fernando Solana, en contra del cacique sindical, Carlos Jonguitud. De tus camaradas de Chiapas afirmaban que eran apoyados por el entonces gobernador Juan Sabines. Y, cuando en 1989 se reanimó la lucha y se resquebrajó el SNTE, no faltó quien responsabilizara de ello a algún ministro de Salinas de Gortari. Siempre ha sido así. Hay quien sólo sabe mirar arriba y no entiende lo que sucede abajo.

Sabes que te quieren invisible. Desean que te mantengas silencioso en tu región. Pretenden que llegues, sin queja alguna, día con día, a tratar de enseñar algo a los pequeños bultos de hambre que asisten a tu aula en las zonas rurales. Ya se acordarán de ti en los discursos oficiales del 15 de mayo cuando reivindiquen tu apostolado o cuando tengas que organizar algún festival cívico para festejar a la patria. Mientras tanto se incomodan si te apareces en la ciudad de México para protestar. Se molestan si para ser escuchado tienes que gritar. Se indignan y se explican tus quejas como producto de alguna conspiración en la cúspide de la pirámide del poder.

Tan fácil que sería que miraran lo que ganas como maestro de primaria. Que vieran los 2 mil 101 pesos que recibes a la quincena, sin contar descuentos. Menos de lo que obtienen muchos de los comerciantes ambulantes con los que compartes las calles del Centro Histórico. Menos de lo que saca un taxista en la ciudad de México. Mucho menos de la pensión anticipada que se da a José Angel Gurría. ƑCuántos libros puedes comprar mensualmente con ese salario? ƑCuánto tiempo puedes dedicar a tu mejoramiento profesional? ƑCuántas plazas necesitas para mantener a tu familia? ƑSerá por eso que tantos de tus compañeros, además de dar clases, venden ropa en abonos o manejan un taxi? ƑSerá por eso que cada día hay más maestros trabajando en Estados Unidos como empacadores, sirvientes o jardineros?

Tan sencillo que sería observar cómo se maneja tu sindicato, el SNTE, a nivel nacional. Que testificaran cómo se gastan millones de pesos en cultivar a intelectuales para crear la ilusión de que hay democracia, pero todo se maneja a trasmano, sin la participación de los maestros. Cómo se trata de comprar a los disidentes. Cómo se viola permanentemente la autonomía de las secciones estatales democráticas. Cómo se manejan discrecionalmente las cuotas. Cómo, en el nombre del pluralismo, se apoya al PRI.

Tan elemental que sería asomarse a la descentralización educativa para verificar que lo único redistribuido son los problemas, pero no las oportunidades para solucionarlos. Que no han mejorado los contenidos educativos regionales y que se han incrementado las dificultades para mantener la equidad en el sistema educativo. Que han crecido las desigualdades en las condiciones laborales de los trabajadores de la educación de todo el país, contraviniendo el principio constitucional de "a trabajo igual, salario igual".

Pero no. No quieren admitir que tu presencia en la ciudad de México no es una maniobra en contra del gobierno perredista ni una iniciativa del EPR para boicotear el proceso electoral ni parte de la guerra de las elites, sino algo mucho más elemental: una lucha por mejores salarios y democracia sindical; una movilización más de una fuerza sindical con 21 años de vida y experiencia, efectuada antes de que concluya el ciclo escolar, cuando tradicionalmente se anuncian los aumentos salariales al magisterio.

Duermes en campamentos improvisados para despertar a quienes han deteriorado el sistema educativo nacional y el nivel de vida de sus maestros. Te vuelves visible a fuerza de demostrar tu fuerza y trastocar la vida del Distrito Federal. Eres un pobresor que se niega a recibir un salario de 140 pesos al día, y que, al hacerlo, recuerda que los cambios en el México de arriba sólo tienen sentido con los cambios del México de abajo. ƑSe darán cuenta algún día los demás? *