VIERNES 2 DE JUNIO DE 2000
Observatorio Ciudadano de la Educación
COMUNICADO No. 33
Exigencias educativas a las campañas electorales
* Las plataformas: breves y superficiales
* El sexenio, horizonte de las propuestas
* Inviabilidad financiera y política
En unas semanas más se realizarán las elecciones para la Presidencia de la República y otros cargos de representación popular. A pesar de que las campañas electorales están en su fase final, la discusión entre los principales candidatos presidenciales y su presencia en los medios se sigue orientando al intercambio de insultos y a la mutua descalificación.
Afortunadamente, la ciudadanía expresa un rechazo cada vez mayor a los meros ejercicios de retórica y demanda mayor claridad sobre lo que le están ofreciendo al solicitarle su voto. No son suficientes las frases efectistas de campaña o las promesas que se repiten en los medios. Una muestra son las demandas en materia de educación que se hacen a los partidos políticos y que ahora presentamos a los lectores. Estas demandas se formularon en el reciente foro La educación en las plataformas electorales, organizado por Observatorio Ciudadano de la Educación (OCE) y Movimiento Ciudadano por la Democracia (MCD).
Las jornadas del foro incluyeron un amplio diagnóstico de la situación actual de la educación, un análisis detallado de cada una de las seis plataformas electorales de las agrupaciones políticas que están contendiendo, mesas temáticas de trabajo y la intervención de los representantes de las agrupaciones políticas. En este comunicado ofrecemos las conclusiones derivadas del examen de los aspectos educativos en las plataformas.
Las plataformas cuestionadas
Las seis plataformas electorales de las agrupaciones políticas en campaña constituyen documentos sumamente heterogéneos en términos de su extensión, profundidad, tópicos educativos que abordan y número de propuestas. Sin embargo, hay en ellas algunos rasgos comunes.
Una primera impresión que se advierte, después de haber examinado su contenido, es de decepción ante su brevedad y superficialidad. En general, los documentos no parten de un conocimiento amplio y fundado del sistema educativo en el que se expresen sus problemas más sobresalientes, ni tampoco ofrecen una perspectiva sobre los diferentes niveles y modalidades escolares; también está ausente un balance equilibrado entre los resultados de las políticas recientes y lo que hoy resta por hacer.
Lo anterior fue destacado en el foro como una seria incongruencia entre el nivel de prioridad que los partidos y alianzas asignan a la educación en el discurso, y la atención que en realidad le prestan. En este sentido, se sugirió que si la educación es un tema que verdaderamente preocupa a los partidos políticos, esta prioridad se debería manifestar en la elaboración de propuestas más consistentes y fundamentadas, a fin de que la ciudadanía pudiera contar con mayores elementos para valorarlas y decidirse por una u otra.
Otro aspecto que resaltaron los participantes en el foro es que los elementos propositivos que contienen las plataformas, además de escasos y superficiales, no se articulan en un conjunto bien integrado que permita la conformación de una auténtica política educativa con estrategias definidas. Las plataformas muestran un gran desconocimiento de la realidad educativa nacional, así como de los resultados de las investigaciones al respecto. Los participantes se preguntaron con preocupación si los partidos tienen claro cómo resolver el dilema entre la necesaria continuidad en los aspectos positivos de las políticas en vigor y la prudente introducción de innovaciones.
Los problemas: inviabilidad y carencia de una filosofía educativa
Las propuestas educativas incluidas en las plataformas electorales parecen asumir que el tiempo que tienen para realizarlas es el sexenio político. En todo caso, no especifican tiempos más precisos. Es difícil definir con exactitud cuánto tiempo se requiere para que una innovación madure y dé los frutos que se esperan; ello depende de su alcance y su profundidad, pero se puede hacer algunas consideraciones al respecto.
El lapso necesario para pensar en un problema y buscarle soluciones creativas, instrumentarlas, capacitar a quienes las van a poner en práctica, aplicarlas y esperar a que den resultados, no coincide con los tiempos administrativos ni políticos. Supone evaluaciones y correcciones de rumbo, acompañadas de búsqueda, reflexión e indagación para reiniciar el proceso. En el campo de la política educativa y de las reformas en este ámbito, no se puede pensar en tiempos sexenales; es necesario pensar en plazos mayores. Las metas a largo plazo imprimen una direccionalidad a las acciones, y la acumulación de saberes y experiencias es fundamental para propiciar el profesionalismo de cuadros técnicos y maestros.
La innovación educativa supone una serie de condiciones para ser exitosa: que responda a un problema bien identificado; que tome en cuenta las características específicas de sus destinatarios; que exista el personal capacitado para ponerla en práctica, así como los instrumentos y recursos adecuados; que sea evaluada periódicamente y reformulada de acuerdo con los resultados y conclusiones obtenidas, y que se le dé el tiempo necesario para que logre madurar. Los ciudadanos esperamos que las plataformas electorales tomen en cuenta estos aspectos.
Otro de los asuntos que a los ciudadanos nos interesa resaltar y nos preocupa es el de la viabilidad de las propuestas. Este es un aspecto básico para darle credibilidad a las promesas y certidumbre sobre la seriedad de quien las formula; es necesario que al presentar las propuestas se distinga claramente lo que realmente es posible realizar y lo que no.
Se advierte que algunas de las propuestas que han expuesto los diferentes aspirantes a la Presidencia no se podrían llevar a cabo por su inviabilidad financiera y/o política. Varias propuestas no podrían realizarse simplemente porque no existen los recursos financieros capaces de ponerlas en marcha, o porque no está claro a través de cuáles mecanismos se podrían obtener los recursos que lo permitieran, o bien porque no se aclara cuánto tiempo se emplearía.
Los recursos públicos son escasos --como lo expresan los diferentes recortes presupuestales de los dos años anteriores-- y su aprobación depende del Poder Legislativo; cualquier propuesta que implique mayores recursos deberá considerar las dificultades para obtenerlos, las dimensiones del sistema educativo y los mecanismos de asignación. Otras propuestas no se podrían realizar por su inviabilidad política, al no considerar la complejidad de fuerzas sociales y políticas que podrían intervenir para apoyar o rechazar las iniciativas. Los ciudadanos solicitamos que los partidos y sus candidatos consideren estos aspectos al presentar su oferta a los electores.
Sin duda las deficiencias señaladas se deben en su raíz a la ausencia de un pensamiento consistente y articulado sobre el sentido de la educación en el actual momento del desarrollo de la nación y sobre las funciones que debe cumplir en la construcción de un proyecto de país a largo plazo. Sin esa filosofía es imposible resolver los grandes dilemas que enfrenta nuestra economía, o definir las formas que debe adoptar nuestra convivencia, y es también imposible formular políticas educativas que inspiren confianza y certeza sobre el rumbo del sistema educativo.
ƑSon las plataformas ofertas electorales o propuestas de gobierno?
Por todo lo anterior, los ciudadanos nos preguntamos si las plataformas partidarias son sólo instrumentos para buscar el voto de los electores, o también propuestas de gobierno al menos en germen.
Su superficialidad, la ausencia de diagnósticos, la desarticulación de sus propuestas, las incongruencias internas y la falta de consideración de la viabilidad técnica, financiera y política de lo que proponen, nos lleva a la conclusión de que los partidos aún no maduran suficientemente como alternativas de poder creíbles ni están a la altura de lo que de ellos demandan los ciudadanos en una elección.
Paradójicamente, la seriedad y profundidad de las plataformas sería lo que ganaría el voto --principalmente el voto reflexivo que se va generalizando en México -- no las propuestas llamativas que pudieran aconsejar los publicistas. Demandamos, por tanto, a cada partido, una plataforma clara y bien argumentada, que pudiera distinguir la alternativa que ofrece respecto a la política educativa de México y responda así a las expectativas del electorado.
ƑQUIENES SOMOS?
Nuestros comunicados aparecen el segundo y cuarto viernes de cada mes en este espacio periodístico; se puede reproducir en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres, con sus datos de localización e identificación, a: La Jornada, Observatorio Ciudadano de la Educación, apartado postal 20-423, San Angel, México, DF, CP 01001. Fax 55 54 86 55, y al correo electrónico: [email protected]
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