BALANCE INTERNACIONAL Ť Gerardo Fujii
El desafío del empleo
Será imposible reducir la pobreza si la economía no es capaz de generar más empleo. De acuerdo con Eduardo Loría ("Crecimiento y desempleo", La Jornada, 27/5/2000), para evitar que la actual tasa de desempleo abierto de la economía nacional se eleve, el crecimiento del producto debe ser de casi 4 por ciento anual. Dado el rezago acumulado en la creación de empleo, el que se manifiesta en la expansión del sector informal, el crecimiento económico debe ser decididamente más elevado si se quiere reducir el peso de la ocupación informal. Según cuál sea la definición de sector informal que se adopte, entre 25 y casi 50 por ciento de la ocupación urbana del país tiene un empleo informal.
La creación de más empleo está vinculada a la expansión del mercado interno, a las exportaciones y a una mayor integración interna del sistema productivo nacional. La opción que se ha seguido los últimos años, que el crecimiento de la economía sea casi exclusivamente arrastrado por las exportaciones, no puede ser permanente. México cuenta con una población de 100 millones de habitantes que constituyen un enorme mercado potencial que puede sustentar un crecimiento económico importante. Esto exige pasar de la política de ganar competitividad externa con base en bajos salarios a otra en la que la competitividad se logre a través de la elevación de la productividad. El contexto de fuerza de trabajo barata desalienta el incremento de la productividad, dado que no genera el estímulo económico necesario para introducir progreso técnico.
La industria maquiladora ha sido extremadamente dinámica en la creación de empleos. En 1988 daba ocupación a 350 mil personas, y en la actualidad son casi un millón los empleados en este sector. Esta parte de la industria puede contribuir a generar más empleos en la medida que vaya perdiendo la característica de sector de enclave que actualmente posee, manifestada en el hecho de que más de 90 por ciento de las materias primas que procesa son importadas. En la medida que una mayor proporción de los insumos que consume sea producida internamente será capaz de generar indirectamente empleos al estimular a las actividades productoras de partes para la maquila. He estimado que si se adopta una meta muy modesta, que la proporción del consumo intermedio importado en el total se hubiese reducido en uno por ciento anual entre 1988 y 1997, este último año la industria maquiladora habría creado casi 50 mil empleos adicionales, mientras que si el coeficiente de consumo intermedio importado hubiese caído en 2 por ciento anual, el efecto positivo sobre el empleo habría sido, en 1997, de 86 mil ocupaciones.
El empleo en la industria no maquiladora ha permanecido prácticamente estancado en la última década. Si bien la apertura al exterior ha generado empleos en este sector en la medida que ha ido incrementando sus exportaciones, esto ha sido compensado por la destrucción de empleos derivada de la sustitución de la producción nacional por importaciones y de la falta de dinamismo del mercado interno. He calculado que como consecuencia de la apertura externa esta parte de la industria nacional sólo creó más empleo del que destruyó los años 1993 y 1995, lo que se derivó, especialmente este último año, de la reducción de las importaciones resultado de la crisis que experimentó la economía. En todos los restantes años del periodo 1998-1997, la apertura comercial destruyó más empleos de los que creó en el sector de la industria de transformación.
Considerando en conjunto a los dos sectores de la manufactura, hasta 1994 la apertura externa destruyó más empleos en la industria de transformación de los generados en la maquila. Sin embargo, a partir de 1996 el balance se ha revertido, dado que la industria maquiladora ha creado más empleos de los que ha perdido la de transformación. Sin embargo, no debe olvidarse que el país debe crear empleos en forma mucho más dinámica, lo que se logrará en la medida que se dinamice el mercado interno, que la industria maquiladora se integre más a la economía nacional y que se restablezcan los eslabonamientos productivos de la manufactura de transformación.