Tras sobrevivir a 40 años de clandestinidad, ahora sucumbe ante hipotecas


Sufre asfixia financiera el PC Español

Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 2 de junio * El Partido Comunista Español (PCE) vive la peor "crisis financiera" de su historia. Esta formación política, sin la cual no se podrían entender los acontecimientos más emblemáticos que sacudieron a España en el siglo que termina, no "tiene una peseta" y sus contadores viven asfixiados por las hipotecas que hay que pagar a los bancos cada mes.

Ante esta situación, la dirección del PCE ha tomado varias decisiones: se alquilará o venderá la sede central de Madrid, se deberán ir al desempleo varias docenas de personas y se recortaron los salarios de los dirigentes, como Julio Anguita.

La bancarrota se debe, en gran medida, al último varapalo electoral de los comicios presidenciales del 12 de marzo pasado, cuando obtuvo los peores resultados de su historia y, por consecuencia, recibe menos recursos del Estado, su principal soporte económico.

De las barricadas de la Guerra Civil (1936-1939) al no menos peligroso activismo comunista durante la dictadura de Francisco Franco, de la edición clandestina de su alimento ideológico, Mundo Obrero, a su legalización en plena transición a la democracia en un acto recordado como sábado santo, el PCE enfrenta ahora un riesgo que tiene que ver con los deberes y los haberes.

Esta crisis financiera tiene su raíz en una cifra: los ocho diputados que logró IU en los comicios presidenciales pasados, con lo que de tener 21 curules y más de 2.5 millones de votos en 1996, en el 2000 apenas superó el millón de electores. Es decir, también dejó de percibir más de la mitad de los ingresos económicos por parte del Estado, lo que significa más de 30 millones de pesetas anuales (más de 150 mil dólares).

El comité federal aprobó también el cambio de domicilio social del partido y su traslado a la sede federal de IU. Los comunistas plantearán a la coalición la conveniencia de que todos los partidos integrantes se trasladen también a esta sede y así contribuir a sanear las arcas del partido.

Alberto Castro, uno de los comunistas desalojados por las deudas, explicó: "este sacrificio no significa nada comparado con lo que han hecho los fundadores, que han tenido que sufrir tortura y cárcel; lo nuestro no es nada si vemos la vida de los luchadores que forjaron nuestro partido comunista".

Ante esta situación, la dirección del Partido de Acción Socialista (Pasoc) elaboró el cuadro económico de esta formación política y las posibles soluciones que se pueden plantear, entre las que citó la venta de una sede en el barrio madrileño de Vallecas y de otras que "están desperdigadas por toda España". También exigió, vía misiva a la ejecutiva de IU, que les "paguen cuanto antes" la deuda que tienen contraída con este partido, que ronda los 20 millones de pesetas (unos 100 mil dólares). "Ni siquiera sabemos cuándo llega el dinero y, cuando llega, es tarde y mal", aseguró la directiva partidaria.

La legalización del PCE, después de más de 40 años de clandestinidad, se produjo tras una entrevista entre el centrista Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, en un episodio conocido como sábado santo. La discusión fue dura, pues entre otras cosas se exigió al PCE cambiar sus estatutos para poder subirse al tren de la transición democrática: los principios tradicionales de marxismo-leninismo, el internacionalismo proletario y el programa de "derrocamiento de los capitalistas y los terratenientes", fueron sustituidos por el "fin esencial" de "contribuir democráticamente a la determinación de la política española". Aunque entonces nadie les advirtió de los peligros de las hipotecas y el endeudamiento bancario.