LUNES 5 DE JUNIO DE 2000
Ť Proselitismo del PRI en la inauguración de la Feria de Metepec
Más interés por los gallos que por Dúrcal
Arturo Cruz Bárcenas, enviado, Metepec, Méx. Ť Los polvos salitrosos de Chalco llegan hasta la Feria San Isidro Metepec, estado de México. El gobernador, Arturo Montiel, envió un representante para la inauguración de esta actividad que se desarrolla desde el pasado viernes y hasta el 18 de junio. La emergencia, la tragedia en el Valle de Solidaridad, se menciona una y otra vez. Pero la ocasión la pintan calva y el proceso electoral está en la recta final. Hay que sumar votos. Y aquí, en el estado de México, ha mandado el PRI. La ceremonia de apertura se convierte en un mitin pro Francisco Labastida.
"ƑDónde están las cachuchas?, pregunta uno de los allegados de Manuel Cadena, el enviado de Montiel. Son los regalos con el nombre de Francisco Labastida. Que el poder sirva a la gente, a esa que está en Chalco. Bellas edecanes muestran sus encantos, prominentes glúteos, senos retadores de la gravedad; visten playeras del tricolor en campaña, con franjas que van de un pezón a otro. Regalan afiches; los fijan en las solapas de los caballeros, en nombre de Arturo Montiel, de Francisco Labastida, de César Camacho Quiroz, en campaña para el Senado.
Que el mandatario estatal quiso llegar, pero que en Chalco lo necesitan más. En una carpa, se reparten los presentes tricolores, en la feria metepequense, a la que se espera una afluencia de 200 mil asistentes.
Antonio Carrasco, presidente municipal de esta localidad, habla de los logros de sus conciudadanos. Que ya tienen una avenida que es símbolo de desarrollo. Comienza un recorrido de la comitiva, al más puro estilo priísta. Gorras para muchos, en medio de una escenografía en tiempos electorales.
En el principio fue el caos, la desorganización. Ni los puestos de fritangas aún despiden sus somnolientos olores. La barbacoa se descongela en el comal. No hay ni hielo para enfriar las cervezas.
Ya se inauguró, a eso de las tres de la tarde, pero todavía no hay ambiente de fiesta.
Unas horas después
Una siesta. Y en el comienzo fue el negocio. Ya huele a carnitas, el olor a cebada es penetrante y excitante. Vuelan los changuirongos, los tequilas derechos, las caguamas, una para cada uno. Un gran árbol de la vida recibe a los visitantes. Los fuegos artificiales avisan que en el jaripeo el grupero Exterminador ha comenzado su presentación, con su versión dolorosa de Tómame o déjame, aquella que hiciera famosa Mocedades, más sus rolas de historias de narcos, que han marcado al grupo.
Mientras Exterminador se suelta con dos o tres narcocorridos, unos jóvenes que apenas han dejado de ser adolescentes arriesgan el pellejo en una suerte charra, montando fuertes y bravos toros. Uno sale volando y cae pesadamente en la grava del rodeo. Le echan aire con varios sombreros, pues por poco se desmaya. Otro mozalbete se acerca y le brinda la suerte a un cuate que se llama Pepe. Este no capta y le dice que no tiene dinero. "No, que le dedico lo que voy a hacer". Villamelón. El chavo va a arriesgar su vida sobre esa bestia. Tarda en decidirse a montar a esa masa de cientos de kilos, mirada asesina. Monta al ser astado, se abre la puerta y cual potro salvaje, el proto bistec quiere deshacerse de ese estorbo sobre su lomo. Vuelta el joven audaz y va a caer lejos, metros más allá. Sale vivo.
Afuera, masoquistas se divierten en los juegos mecánicos. En el Twister, el estómago de una yuppie no soporta más y lanza desde arriba, 20 metros, no sé, el hot dog, la hamburguesa, la cerveza y el refresco, más otras muestras de comida chatarra. En una especie de Ratón Loco, un señor grita desesperado que lo bajen, ya, de ese tormento. Tendrá que esperar. Subió ante la insistencia de su esposa, quien le dijo que era una vergüenza que hasta niños se animaran a subir a esa bestia mecánica. Tiene vértigos, siente que los hígados se le salen.
La maja
Es la una y media del ya sábado 3 de junio y Rocío Dúrcal, Chubasco Dúrcal, Lluvia Dúrcal, Aguacero Dúrcal, le llaman en el palenque, no puede comenzar su show, el primero de 13, hasta el 18 de junio, porque las apuestas están de a peso. El giro ya venció al colorado. Se lo llevan con el pico colgando. Triste fin para un guerrero. Que el rancho contra el rancho... šbah! Atrás de las gradas, botados, tirados como tripa de pollo, los que fueran valientes gallos, yacen muertos, sangrantes. Los vencedores no cantan mal las rancheras y tardarán en recuperarse de sus heridas. šLlévese la polla! Mil 500 por 30 pesos.
Gane el centenario. Gane, gane.
"šPendejo, ya!", le gritan al maestro de ceremonias. Ya quieren que comience Rocío. La presión y las mentadas al animador jalan a Rocío, quien es aconsejada por su hermano Arturo que tenga cuidado. Ya la gente está muy cuete. El palenque apenas y está medio lleno. Los 300 pesos para los lugares de adelante son muchos para muchos.
Llega Rocío. La diva española. Los años la hacen más hermosa y seductora. La cintura no es delicada. Polvos de otros lodos. La buena madera, hasta el final. Serán 20 los temas que interpretará. Ya sabe que en México es y será por Juan Gabriel. Un preámbulo: Luz de luna, el viejo bolero ranchero. Pero de ahí en adelante, puro Juanga: Tarde, Jamás, Me gustas mucho, Se me olvidó otra vez, Te abandono, Cómo han pasado los años, Costumbres, Amor eterno.
Un remanso: dos de José Alfredo, una de El Buki mayor, Marco Antonio Solís.
Sombreros vuelan. De milagro no le pegan en la cara. Un fan de plano en la entrega, compra un ramo de flores artificiales y se las da a la maja. No hay borracho emocionado y enamorado que sea codo. Hay más tiempo que vida. Para eso trabajo. "Qué bien canta la señora", comentan algunos. "ƑCuántos años tendrá?". Y otras preguntas mecias. La verdad, Rocío Dúrcal ha conservado el color de su voz y es capaz de sostener un concierto de más de dos horas con dignidad y profesionalismo. Todos salen complacidos. Anteayer estuvo Julio Preciado, ayer Sentidos Opuestos... pero esa es otra historia.