LUNES 5 DE JUNIO DE 2000
Ť La gira incluyó Finlandia, Noruega, Francia, Alemania y Suiza
Omara Portuondo triunfa en Europa
Pl, La Habana Ť Con más de 50 años sobre los escenarios, le llego su segundo aire. Se trata de Omara Portuondo, la primera dama de Buena Vista Social Club, ese fenómeno musical que puso en entredicho el enigmático concepto de que el éxito esta ligado a la juventud.
A sus 70 años todavía le llaman sexy y ella sonríe al reportero de Prensa Latina, con esa sonrisa inconfundible de mulata habanera , en medio de un encuentro con la prensa.
En Francia la comparan con Edith Piaff, en Alemania con Sarah Vaughan y Billie Holliday, en España con Rita Montaner... Ella vuelve a sonreír y recuerda que a todas las conoció y rememora a la cantante de La vida en rosa en su endeblez de cuerpo, la sutileza de las estadunidenses y la integridad de Montaner.
Pero ella es esencialmente Omara, la muchachita bailadora y simpática que descubrió el maestro del jazz cubano Frank Emilio Flynn, allá por los cuarenta en el grupo Loquibambia; la Omara Brown, como la bautizó el insigne locutor antillano Manolo Ortega; la brillante vocalista de los cuartetos de Orlando de la Rosa y Aída Diestro...
El guitarrista estadunidense Ry Cooder, el hombre que se negó a convertir en un Rolling Stones, la comparó con Ella Fitzgerald, y bebiendo aún las mieles del éxito sigue agradeciendo a Dios y todos los santos el encontrarse con creadores tan destacados como los del Buena Vista Social Club.
Omara fue la única mujer en ese proyecto al cual llegó de pura casualidad. Ella grababa en un piso más abajo de los estudios donde se gestaba Buena Vista... y el productor Juan de Marcos González la fue a buscar para que cantara Veinte años, de María Teresa Vera.
El inquieto Ry Cooder quedó atónito cuando escuchó ese torrente de voz, con sus resonancias y sutilezas, y Omara llegó para quedarse con Rubén, Compay, Ibrahím y los otros.
Lo de Buena Vista es historia conocida: los conciertos en Amsterdam, el Carnegie Hall, la película de Wim Wenders, pero el destino posterior de Omara es poco conocido.
Nick Gold, quien patrocinó a los venerables ancianos con su sello World Circuit, le preparó hace poco a la Sarah Vaughan cubana una gira por Europa, en la que recorrió Finlandia, Noruega, Francia, Alemania y Suiza. El éxito, como era de esperar, resultó rotundo.
En El Casino de París fue ovacionada a rabiar, y en Finlandia y Noruega el público ardoroso le atenuó el frío. Omara grabo un disco titulado La diva de Buena Vista Social Club, que se está vendiendo muy bien en el viejo continente.
Para ese cd se hizo acompañar de músicos de puntos, como el saxofonista Humberto Nacianceno, de la Riverside, y el trasero Papi Oviedo, de Chapottin, entre otros,
Dicen que el álbum es una joya y las versiones que la Portuondo hace de Sitiera mía y Canta lo sentimental van a impactar tanto como El hombre que yo amé, número que dedicó a la desaparecida Fredie La Gorda. La muerte reciente del timbalero puertorriqueño Ernesto Tito Puente tiene a Omara muy triste. Ella recordó como lo conoció en 1951 en Harlem, cuando viajó a Estados Unidos con el cuarteto de orlando de la Rosa, y la inmediata empatía que estableció con los cubanos, la cual se consolidó en encuentros posteriores.
"Tito -dijo- es Puerto Rico, y Cuba y Puerto Rico son de un pájaro...''.
Para esta cantante incontenible la vida no se detiene. Como colofón de su encuentro con el redactor y otros colegas entonó Amigas, una pieza que la unió a Elena Burke y Moraima Secada hace algunos años. Su pericia de actriz e interprete evocó a sus antiguas compañeras del cuarteto las D'Aída en solos de leyenda.