LUNES 5 DE JUNIO DE 2000

* Hay 41 detenidos; llama Chrétien a luchar por una sociedad menos desigual


Protestan contra la Asamblea General de la OEA

Dpa, Ap y Afp, Windsor, Canadá, 4 de junio * Tres policías heridos y 41 detenidos fue el saldo de las protestas de miles de personas contra la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se inició hoy en esta localidad canadiense para abordar hasta el martes temas que van desde la promoción de la democracia y los derechos humanos hasta las controvertidas elecciones de Perú.

Mientras los manifestantes coreaban consignas que iban desde el pedido del cierre del organismo continental, hasta la clausura del casino de Windsor, el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, declaraba inaugurada la asamblea con un llamado a redoblar los esfuerzos por construir una sociedad menos desigual. "Estómagos hambrientos y desesperanza son terreno fértil para las fuerzas de la reacción", afirmó.

Al abogar por un avance hacia la concreción del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), Chrétien aseguró que "el flujo de un comercio vigoroso y de las inversiones es el motor del crecimiento económico y de la prosperidad".

El primer ministro no hizo mención del caso peruano, como sí ocurrió con el secretario general de la OEA, César Gaviria, quien señaló que los 34 cancilleres iniciarán mañana sus sesiones sobre el tema sabiendo que "aun cuando no hay evidencia de fraude", hubo en los recientes comicios "irregularidades, deficiencias e inconsistencia".

El ex presidente colombiano advirtió además que la continuidad de las democracias en América no está asegurada porque, "no está respondiendo a las expectativas ciudadanas, porque sus instituciones democráticas carecen de fortaleza y legitimidad debido a su incapacidad para resolver los problemas sociales, y por los pocos avances alcanzados en la lucha contra la pobreza o la mala distribución del ingreso".

Grupos sindicales, ambientalistas y anarquistas planeaban bloquear la entrada de los 34 cancilleres y originar una nueva protesta contra la globalización, como la de Seattle en noviembre pasado, que convulsionó la Cumbre de la Organización Mundial de Comercio.

Pero las autoridades canadienses desplegaron miles de policías y rodearon el centro de convenciones con cercas de alambre de hasta tres metros de alto, además de utilizar gases lacrimógenos y detener a manifestantes que intentaban colgar mantas en esas cercas.

Algunos delegados de la OEA expresaron su preocupación por el futuro de las sesiones del organismo en un ambiente cada vez más "hostil y aislado", mientras otros insistieron en que la OEA no es un centro de debate comercial o financiero, sino un foro político.

Los manifestantes sostienen, en cambio, que el organismo jamás ha velado por los derechos laborales en los tratados comerciales firmados por la región. "Pedirle a la OEA que cambie es como pedirle a un tigre que se haga vegetariano", dijo Jaggi Singh, miembro de la Coalición por el Cierre de la OEA.

Mientras, frente al Teatro Capitol, donde se organizó una reunión de sindicatos, se congregaron cientos de jóvenes con pancartas de todo tipo, que protestaban contra la militarización en la lucha antidrogas, el uso de pesticidas o las políticas del Fondo Monetario Internacional.