JUEVES 8 DE JUNIO DE 2000

* Juan Carlos Rulfo habla de su filme Del olvido al no me acuerdo


Descubrí un universo, una herencia vital y toda una manera de existir

* La película de ninguna manera es un documental biográfico acerca de mi padre, reitera

* El estreno comercial en salas del país está programado para después del día 15

Mónica Mateos * Premiada en los festivales internacionales de cine de Montreal (Canadá) y Biarritz (Francia), la película Del olvido al no me acuerdo, realizada por Juan Carlos Rulfo (DF, 1964) llega a México con una expectativa adicional a la que despertó en el extranjero, donde se presenta como la opera prima de un egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). Aquí se le aguarda como la obra realizada por el heredero del autor de El llano en llamas y quizá algunos espectadores esperan encontrar a Juan Rulfo en las imágenes filmadas por su hijo en los llanos de Jalisco. Sí y no.

El largometraje es un recorrido por la memoria (olvidos y recuerdos) de personajes que le son familiares al cineasta: viejos habitantes del pueblo donde nació su abuelo Cheno, donde creció su padre Juan, donde están sus raíces. Pero de ninguna manera, explica, es un documental biográfico ni una ilustración de ningún texto literario.

''No hubo ninguna pretensión de adaptación cinematográfica de Pedro Páramo o de la vida de mi padre. Lo que filmé es tal cual es, así que busqué captar la atmósfera. Es decir, los paisajes y los rostros de Llano Grande tienen tal fuerza que empujan a contemplarlos de esa manera", dice el realizador en entrevista con La Jornada.

ųLo primero que se piensa al ver en México Del olvido al no me acuerdo es que estamos ante la novela de Juan Rulfo.

ųContra las expectativas del público, no puedo. Si ven mi apellido es natural que piensen eso. Pero, si alguien siente esa energía de querer ver en esta película una biografía del escritor, se pueden llevar una decepción. Me lo han dicho: ''šAy, no sale Juan!". Es un problema de información y también de que este proyecto al principio se llamó El camino de Don Juan; era un recorrido por sitios en los que anduvo mi padre.

Combinación de orígenes

ųƑCómo lograste esa familiaridad con la que hablan los viejos, esa espontaneidad ante la cámara?

ųHay mucho tiempo con ellos y dedicación. Lo más importante es que los hice hablar de su vida, de sus canciones, sus chistes, sus recuerdos, de ellos, no de Juan. Y una vez que tomaron vuelo no hubo quién los detuviera. En ese punto lo que menos les importaba fue si la cámara los molestaba o no. Se ven frescos y espontáneos porque no toda la gente les pregunta acerca de ellos.Así me los gané. También pasa que no están acostumbrados a que llegue un desconocido con sus cámaras. Se trató de provocar que hicieran ante ellas lo que desearan; nunca hubo detrás ninguna pregunta inteligente, más bien fueron bastante zonzas, pero que hicieron que dieran respuestas maravillosas, por ejemplo, cuando los inquirí así: ''ƑQué es la vida?".

ųEncontraste a muchos abuelos.

ųY a muchos padres también. Fue una combinación de abuelos, de padres, de orígenes, de pasados. De repente se volvió como un desorden, porque la cosa jalaba para allá o para acá. Se fue formando como un bebé que quería nacer y daba patadas. Fue muy complicado armar todo, pues me gustaba el lenguaje de los ancianos, sus chistes, sus aventuras, todo eso que se está perdiendo en México. Aprendí de todo ello.

''Quería una película atmosférica. Tenía a personajes que contaban cosas maravillosas y que me mandaron a lugares que no me imaginaba. Era como un costal de frases y cuentos. Era un deleite, pero fue una bronca articular eso. Necesitaba un hilo conductor. Entonces, como una estrategia formal, aparece la historia de mi padre y mi madre y sus cuentos de amor.

''Sin embargo la historia no es ésa, se trata de un mecanismo de cohesión de los otros personajes para que sobresalga, en particular, la atmósfera, la sensación del olvido, de ese trabajo que se hace con la memoria, de cuando intentas recordar y no sabes a dónde te lleva ese proceso.''

De la vida, el amor y la muerte

ųƑEn qué momento el cine transforma las historias particulares en universales?

ųCuando hablamos de temas básicos como la vida, el amor y la muerte. En Del olvido al no me acuerdo lo único que hice es explicarlos a la antigüita. Tenemos descripciones muy originales de esas ideas porque cada quien habla de cómo las vivió, de cómo construyeron sus amores y esperanzas, de cómo viven la muerte. En cualquier película lo que nunca funciona es cuando el autor quiere imponer su subjetividad, es decir, en este filme no está mi versión de la vida, del amor y de la muerte ni una pretensión de hacerla muy profunda. Es fresca y ligera como los personajes que conocí. Es un cuento cuya estructura básica, casi imperceptible, es la búsqueda universal del padre. No de mi padre, ni del escritor Juan Rulfo.

ųEn ese viaje que emprendiste para buscar la huella del padre, Ƒqué descubres para el público?

ųUn universo, una gran herencia vital, una manera de vivir. Creo que mi padre tal vez vio y escuchó las mismas historias. Yo realicé ese viaje que Juan Rulfo hizo en toda su vida en un tiempo muy corto, en seis semanas, e intenté asimilarlo con la intensidad que implica rodar una película. Eso quise reflejar en la cinta, el recorrido de alguien que busca al padre y que se encontró con una enorme cantidad de malos entendidos, de historias inconexas que en conjunto propiciaron un cuento que contar.

ųƑCuándo advertiste que Juan Rulfo, el gran escritor, era tu padre?

ųTodavía no me doy cuenta, porque me estorba, por ejemplo cuando me dicen ''es que tú debes tener broncas porque eres hijo de fulano de tal". Y entonces respondo: ''Es que no sé, la bronca la tienes tú".

ųƑAlguna vez pensaste ser escritor?

ųNo, jamás. Me gusta la música, la imagen, la fotografía y hacer cine sin decir ''hago cine". Para mí ha sido sólo encontrar a una serie de personas a las que quiero filmar y luego contar un cuento con esos elementos. En este caso ellas me enseñaron a crear una película. Es decir, es la realidad la que te enseña a concretar las cosas que te gustan. Por eso hago cine, porque es como una droga: una búsqueda de imágenes. Hacer cine es un oficio con muchas facetas.

''Del olvido al no me acuerdo quizá es una película rara, porque no es un documental y tampoco es totalmente una ficción. El cine está así ahora, hay más libertad para hacer cosas y crear discursos que las personas aceptan sin necesidad de clasificarlos. En el extranjero ven más fuerza en esta película porque no tienen la referencia biográfica, queda muy clara la historia, esa bola de cuentos y personajes locochones. Nadie les insiste en que tienen que ver algo que trata de Juan Rulfo. Y si bien acepto todas las posibles lecturas que pueda tener mi discurso cinematográfico, también pido que no se cierren en torno de un solo punto."

ųƑQué sigue después de esta película?

ųMi anterior producción fue El abuelo Cheno (cortometraje que fue mi tesis en el Centro de Capacitación Cinematográfica), esta cinta es acerca de mi padre, entonces lo considero el cierre de una época. Ahora me toca hablar de mí.

(El estreno comercial de Del olvido al no me acuerdo, en salas del país, está programado para después del 15 de junio.)