JUEVES 8 DE JUNIO DE 2000

* Gladiola Orozco y Michel Descombey, fundadores del agrupamiento


Ballet Teatro del Espacio es la concreción de una utopía y premisa para otras

* La danza, lenguaje de emociones y no de raciocinio que ayuda a superar la soledad, coinciden

* Con Año cero, obra del coreógrafo, la compañía se presentará en el Palacio de Bellas Artes

Angel Vargas * Para Michel Descombey y Gladiola Orozco no hay vuelta de hoja cuando se trata de definir al Ballet Teatro del Espacio (BTE): ''Es la concreción de una utopía, pero también el punto de partida de otras".

Directores de la compañía dancística desde su fundación hace más de tres décadas, los coreógrafos consideran que gran parte del progreso de la humanidad se debe a esa intensa búsqueda de lo imposible.

''Sólo se puede llegar lejos si uno lucha contra lo imposible para hacerlo posible. Para nosotros era una utopía hace 20 años lograr lo que hoy tenemos. Si ésta no hubiera existido, lo nuestro no hubiera pasado de ser sólo un sueño", abundan.

Sin caer en ''la desmedida pretensión" de considerarse luchadores sociales, se asumen como artistas comprometidos con su realidad y con su tiempo. Ello explica que un porcentaje considerable de sus obras estén dotadas de sentido humanista, como lo prueba Año cero, coreografía de Michel Descombey que el Ballet Teatro del Espacio presentará en el Palacio de Bellas Artes del 15 al 18 de junio.

El humanismo es un factor determinante para nosotros, subrayan Orozco y Descombey, porque ''Ƒqué se busca cuando se va al cine, al teatro o hasta al futbol? Emociones y evadirse; la evasión de una pinche realidad".

Esa es la razón de ser de las compañías de danza, de teatro, de los libros, del arte en general: dar algo a las personas que nos rodean, sostienen.

''Claro que podemos dar abstracción, como se hace en cierto tipo de pintura o de música, pero nos parece muy importante ayudar a salir de la soledad a los otros. Porque la soledad existe para todos de alguna u otra manera, no sólo en sentido fìsico sino también intelectual."

La danza propone y el público dispone

Gladiola y Michel señalan que, en el caso particular del público de danza, éste deja de ser solitario durante la hora, hora y media o dos del espectáculo merced a la magia del movimiento.

''El de la danza es un lenguaje más de emociones y sensibilidad que de raciocinio. Al igual que alguien puede llorar con la música de Federico Chopin o de Wolfgang Mozart, en la danza uno puede verse afectado sin saber por qué. El espectador podrá no entender, pero sí interpretar. No hay que olvidar que la danza propone y el público dispone", consignan.

Los coreógrafos hablan de la importancia de la utopía para el Ballet Teatro del Espacio la cual, en síntesis, ha sido asumida más como detonante que como obstáculo. Michel Descombey, en particular, externa su orgullo por haber logrado con el paso del tiempo que su compañía sea una comunidad artística cercana al comunismo, en la que todos ganan lo mismo, desde los directores hasta los técnicos. Aclara que este principio es válido sólo para cuestiones administrativas, pues en el rubro artístico creen firmemente en las obras de autor, como sucede en el cine.

De Año cero, por último, señalan que se trata de una pieza creada hace 25 años en la cual se inscribe una soez crítica a la sociedad de consumo.

Se divide en tres partes. La primera alude al origen de la vida en la Tierra, partiendo del principio de la evolución de Charles Darwin, hasta llegar a la sociedad humana primitiva y dejar abierta una señal de esperanza. La segunda tiene que ver con la publicidad, de cómo los seres se ven enajenados por un consumismo que recrimina la esperanza. Y la tercera habla de la búsqueda de la esencia humana, de cómo se redescubre la libertad y renace la humanidad.

Gladiola Orozco: pasión de 50 años

 

La pasión que siente por la danza hace de Gladiola Orozco un ser ajeno al tiempo. Confía la directora del Ballet Teatro del Espacio que aún no puede concebir cómo ha transcurrido medio siglo desde que decidió dedicarse profesionalmente a este arte:

''De cuando en cuando uno se cansa, pero las pasiones son sabrosísimas y hacen que el tiempo sepa de otra manera."

Creyente en el amor, la humanidad, la utopía y la danza, Gladiola es reticente a recibir algún homenaje por su cincuentenario de trayectoria. ''Soy alérgica a las celebraciones. No hay que dejarse envejecer. A mí déjenme trabajar; lo seguiré haciendo mientras mi columna permanezca derecha. Ya habrá tiempo para las fiestas".

Y la coreógrafa mexicana sigue trabajando. Por lo pronto tiene en puerta la temporada en Bellas Artes, así como una gira por provincia y expresa su intención de reponer la obra Antonieta, basada en la vida de la mecenas Rivas Mercado. (Angel Vargas)