JUEVES 8 DE JUNIO DE 2000

Aprender a hablar

 

* Aline Petterson *

Lugar común es insistir que el ser humano es lenguaje. Y sin embargo, en estos últimos tiempos el asunto se ha desplegado en la vidriera de la televisión, en el espejo de los periódicos y a través de los discursos bastante tristes de nuestros candidatos. Paralelamente, se han desplegado serios asuntos --entre muchos otros-- relacionados con la educación.

De la UNAM a las quejas de los maestros puede uno leer entre líneas. Leer que, por un lado, hay innegables tintes políticos; y Ƒdónde no los hay? Pero yo quiero referirme aquí al otro lado, al gravísimo asunto de la educación. Y la educación empieza por el manejo de la lengua y, también, obviamente, por el manejo de datos correctos.

En ambos rubros se han escuchado, en las campañas, errores preocupantes que hablan de la mediocridad en la calidad de la enseñanza, asunto que, sabemos, no es nuevo. Se trata de un problema soslayado, acallado, comprado hasta el punto de la explosión, de la más flagrante evidencia. Y no puede menos que pensarse que si desde el haz de posibles dirigentes se hace notar, Ƒcómo será en el resto de la población?

Por ejemplo, de asomarse a los recientes decires de candidatos de partidos opuestos, y de procedencia educativa probablemente muy distinta, saltan a la vista esas carencias. Todos hemos asistido a una clase u otra de escuela. Y ni las particulares --confesionales, principal, pero no únicamente-- ni las públicas ni en la capital ni en la provincia parecen haberles enseñado esos datos elementales que se solían endilgar a los niños. Ni fechas correctas ni palabras correctas (vgr "jacobismos") ni terminaciones verbales correctas.

ƑQué sucede?, Ƒpor dios, qué sucede?, pues, entre otras cosas, que los maestros están muy mal pagados en ambos tipos de escuela. Pero desde luego lo están peor en las públicas.

Parecen minucias, yo pienso que no lo son. En un caso, porque no es sólo el uso correcto del idioma, sino el conocimiento puntual del desempeño histórico del país. Detrás de imprecisiones discursivas, se perfila el peligro de una perspectiva sesgada que lleva mucho tiempo queriendo imponer su santoral, su visión parcial y doctrinaria en la historia. En el otro caso, porque si bien es cierto que los regionalismos se introyectan desde la edad temprana, no es menos cierto que el lenguaje cuidado es necesario en un cabal despliegue político.

Y lo que sucede es que hace rato que al gobierno dejó de interesarle la educación de los ciudadanos. De unos porque no tienen remedio, porque no van a rebasar los límites de la supervivencia; de otros porque van a colocarse en una posición donde se espera que estas deficiencias sean irrelevantes. Y para ello basta observar, por ejemplo, muchos anuncios publicitarios con tildes incorrectas, con sintaxis defectuosa, que no pretenden un juego gráfico, lo que sí ponen de manifiesto es la ignorancia o, por lo menos, el descuido de las reglas de gramática más elementales. Eso es lo que se advierte a primera vista; pero lo que está debajo es una ignorancia más general, más abarcadora, más, mucho más, triste.

Entonces, al ver y escuchar, por ejemplo, en el trágico conflicto de la UNAM, a quienes suelen leer los manifiestos, es dolerse con la torpeza de su lectura que ųme parece-- no puede atribuirse al nerviosismo, sino a la impreparación más lamentable. Entonces es también dolerse al escuchar la hueca retórica de muchos funcionarios al ser entrevistados, al oírlos repetir un disco rayado que poco tiene que ver con la pregunta y, sí, con algo metido a fuerzas en el discurso. Entonces cuando se escuchan muchas opiniones bárbaramente simplistas de prominentes personajes de empresa --en todos los casos-- se pone de manifiesto que el programa educativo nacional dista mucho de cumplir con la educación de un país, aunque se enseñe el inglés.

Y uno se pregunta cómo el sistema puede ser tan miope, tan limitado de miras. ƑCómo pueden cerrarse ojos y oídos ante la evidencia de lo pobre --pobrísimo-- de la educación y de lo pobre --pobrísimo-- del salario de quienes la tienen entre las manos? ƑCómo podríamos alborozarnos de los logros de "excelencia" en los grandes guarismos de la economía, si la excelencia de los educandos es tan raquítica? Y lo es en las escuelas oficiales, pero lo es asimismo en las escuelas de paga.

Tal vez las miras de la educación estén en otra parte, sólo que esa otra parte no puede formar parte del proyecto de un país. No es posible cerrar ojos y oídos, porque si el ser humano es lenguaje, éste --el lenguaje-- está enfermo de anemia perniciosa; lo que se escucha o se lee es apenas un grave síntoma. *