SABADO 10 DE JUNIO DE 2000

TUMBANDO CAÑA

Cubanización

Ernesto Márquez * Cuba, la mayor de las antillas, está considerada una gran cantera musical, pero la mayoría de sus cultivadores no pueden vivir de ello. De los 12 mil músicos profesionales que hay en la isla, según datos aportados por Ciro Benemelis, director del Instituto de la Música, un pequeño porcentaje es el que usufructúa su trabajo.

"Se ve a algunos músicos ejercer la profesión sin ganar grandes sumas, aunque su trabajo es original y bien logrado", nos cuenta Fabrizio León, quien recientemente visitó la isla. "Otro matiz de desaliento es verlos tocar con intrumentos visiblemente más viejos que sus padres. Pero nunca abandonan el optimismo y la esperanza de que algún día saldrán de Cuba y triunfarán en el mundo'', apunta el periodista.

''En Cuba no se puede vivir de la música. Quien lo hace es aquel que sale fuera o toca en lugares para turistas, donde se tiene acceso al dólar", nos decía en entrevista reciente David Calzado, director de la Charanga Habanera. ''Tenemos una enorme producción de músicos y músicas, pero la situación del bloqueo y las propias condiciones económicas de nuestro país impiden su verdadero aprovechamiento''.

En efecto, de los cerca de 12 mil intérpretes de instrumentos registrados en el Instituto de la Música, sólo una docena de grupos actúa de forma estable en Cuba. Los demás tienen que contratarse en otros países.

Sin embargo, no es fácil conseguir un permiso. Las trabas burocráticas para tramitar una visa de trabajo en el extranjero son inmensas. Un agente de espectáculos muy relacionado desde hace tiempo con el ambiente cubano nos decía: ''Castro va abriendo la manga en muchas cosas, pero da la impresión de que la cultura está secuestrada por los burócratas''. El régimen considera que quien sale al extranjero está expuesto a la contaminación capitalista, por lo que al regresar su proceder ya no es el mismo".

Muchos músicos no lo piensan dos veces y a la primera oportunidad se quedan en el país al que han acudido a cumplir un compromiso. Por eso cada vez es mayor la cantidad de artistas cubanos deambulando por el mundo en busca de condiciones óptimas para su desarrollo. Las ciudades más importantes de Europa, América Latina, Estados Unidos y Canadá registran una presencia notable de músicos cubanos. Las páginas web y las direcciones en Internet de solistas y agrupaciones de isleños en el extranjero son verdaderamente impresionantes. Tan sólo revise el caso de España o Alemania y podrá darse cuenta de que esto no es una vacilada.

Lo irónico del asunto es que los músicos residentes en otros países conservan su pasaporte con la esperanza de regresar a la isla y compartir con los suyos los logros alcanzados en el extranjero.

Sin embargo, quien salga de la isla sin permiso y no regrese en 11 meses y 29 días pierde de facto la residencia cubana (mas no la nacionalidad), y es considerado con el estatus de emigrado, lo cual sólo le permite tramitar un permiso de ''ingreso'', luego de explicar a qué se dedica, cuánto percibe por lo que hace y las razones e interés de su estancia, misma que no debe rebasar los 45 días, pues en caso contrario será sujeto a una sanción económica, que va desde una multa de cinco dólares diarios hasta una sanción mayor en caso de que se le comprueben actos delictivos o que pongan en riesgo la seguridad de la nación.

Uno de los grandes destinos del éxodo musical cubano ha sido México. Esto es una "tradición" que data desde la época de la Colonia, cuando los negros esclavos traídos de la isla se quedaban en las plantaciones cafetaleras y tabacaleras de Veracruz y Chiapas, laborando y bailando chuchumbé, hasta la era dorada del cine mexicano con sus tamboreros y rumberas, pasando por las delegaciones de músicos y actores del teatro bufo que con frecuencia se presentaban en el sureste mexicano.

Actualmente resulta difícil saber la cifra exacta de músicos cubanos en nuestro país, pero su presencia es contundente. Están en todas partes: del rock a la canción de autor, pasando por la música clásica, el jazz, el pop, las vanguardias y, por supuesto, la música bailable.

Un funcionario de inmigración calcula que pueden ser más de 2 mil, entre residentes y transeúntes, los músicos cubanos que laboran en territorio mexicano. Mérida, Cancún, Playa del Carmen, Canpeche, Villahermosa, Coatzacoalcos, Minatitlán, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Cuernavaca, Distrito Federal, Querétaro, Guadalajara, Mazatlán, Manzanillo, Monterrey, Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Tijuana son las principales ciudades en donde se les puede localizar.

Prácticamente todos los que se han quedado en el país venían contratados y con responsabilidades en algún colectivo artístico, pero al sopesar las posibilidades de desarrollo fuera de la isla se han quedado.

Poseedores de una alta escolaridad musical -la cual algunos bien nacidos agradecen al sistema cubano-, no les ha sido difícil colocarse de inmediato. Cantantes de diversas disciplinas y tendencias como Luis Miguel, Eugenia León, Mijares, Ricardo Arjona, Astrid Hadad, Juan Gabriel y hasta agrupaciones modestas, como La Nueva Nostalgia o Merenglass, llevan entre sus músicos a algún cubano.

Hoy, como en los cuarenta, estamos viviendo una cubanización musical inaudita. Lo cual está muy bien ya que, como en aquella época, nuestros hermanos cubanos han traído un poquito de su azúcar para ponerle miel a la cintura. Y eso, más allá de lo que se diga, es de agradecerse, mi negro.

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