Más protestas contra el paquete económico del presidente De la Rúa


Paro general en Argentina

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 9 de junio * El país se vio paralizado este viernes por una huelga general de trabajadores descontentos con la política económica del gobierno del presidente Fernando de la Rúa. El acatamiento fue de entre 85 y 90 por ciento. Se produjeron serios incidentes en la sureña provincia de Neuquén y 50 personas fueron detenidas.

De la Rúa y el ministro del Interior, Federico Storani, reconocieron la importancia y la magnitud de la medida, aunque "paro y violencia no sirven", dijo el mandatario al referirse a las presiones en el transporte que, según él, impidieron trabajar a mucha gente y sostuvo que la acción era innecesaria.

"No se justificaba esta medida, y mucho menos la amenaza de seguir paralizando el país, porque no lo vamos a tolerar ni a consentir", sostuvo De la Rúa.

Storani, quien calificó la huelga de "antipopular", trató de minimizar el paro al situarlo en 60 por ciento de acatamiento, pero habló de un diálogo que podría abarcar a todos los sectores.

El ministro admitió que el cese de actividades de hoy fue más nutrido que el del 5 de mayo, y atribuyó la mayor adhesión a que en esta jornada participaron tres centrales sindicales: la oficialista Confederación General de Trabajadores (CGT), el sector disidente de la CGT, y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

El acatamiento de la huelga fue atribuido en gran medida al éxito del paro de transporte, que alcanzó entre 90 y 100 por ciento, según información sindical, pese a las advertencias del gobierno de que se garantizaría el derecho a trabajar a quien lo reclamara y que se descontaría el jornal a quien no lo hiciera.

Sin embargo, la amenaza no dio resultado y, por el contrario, se produjo un rechazo, ya que se recordaron las amenazas en ese sentido durante el anterior gobierno de Carlos Menem, al que se acusó, desde todos los sectores, de haber "destruido" al país.

El sector bancario ųtras los paros parciales que se protagonizaron los últimos tres díasų se sumó hoy en un alto porcentaje a la huelga y los empleados se manifestaron en el centro de esta capital, cortaron calles y denunciaron amenazas de las entidades financieras para los que se adhirieran a la protesta.

Unos 70 medios de transporte colectivo fueron apedreados entre el jueves y esta madrugada. Las calles estaban silenciosas mientras algunos comercios que se atrevieron a abrir sus puertas se veían vacíos, y ya en la tarde la mayoría cerró.

Más de medio centenar de sindicatos de la producción se unieron a la convocatoria, en tanto varias rutas de acceso a esta capital fueron cortadas desde la mañana en distintos distritos y en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, mientras desempleados cortaron el Puente Pueyrredon y quemaron llantas.

Más de medio centenar de sindicatos de la producción se unieron a la convocatoria, en tanto que varias rutas de acceso a esta capital fueron cortadas desde la mañana en distintos distritos y en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, mientras desempleados cortaron el puente Pueyrredon y quemaron llantas.

Los estudiantes se unieron a la protesta y en Ciencias Sociales cortaron una calle céntrica y tomaron la facultad; los docentes también se negaron a trabajar a pesar de las amenazas de descontarles el día de trabajo. El dirigente Hugo Yasky confirmó que en el sector de la educación el acatamiento del paro fue masivo.

Los mayores incidentes se produjeron en Neuquén, cuando manifestantes, que portaban carteles en lo que se leía "FMI o patria", destrozaron e incendiaron una oficina del monopolio petrolero YPF-Repsol de capitales españoles y una propiedad del gobernador Jorge Sobisch, del Movimiento Popular Neuquino, además de que apedrearon la casa de la ministra de Educación provincial.

En Córdoba, unas 2 mil 500 persona cortaron la ruta 34 de Cruz del Eje, donde la víspera se produjo una brutal represión. También en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, fue cortada la entrada a la destilería de YPF-Repsol, mientras que en Jujuy se produjeron varios bloqueos de carreteras, algunos de los cuales continuaban esta noche.

El dirigente Carlos Santillán, de la Corriente Clasista y Combativa, que también adhirió al paro, recordó que su provincia lleva 10 largos años de lucha activa.

Denunció que hay cinco trabajadores detenidos, uno de ellos herido, y criticó la "reafirmación que hizo el gobierno del modelo que con Carlos Saúl Menem destruyó todo a su paso, pero, sobre todo, destruyó a la gente".

"El paro superó largamente al parcial del pasado 5 de mayo", dijo el dirigente de la CTA, Víctor de Genaro, mientras Hugo Moyano, dirigente de la CGT disidente y motor de la huelga, eligió un lenguaje moderado y trazó un discurso dialoguista hacia el gobierno, y a pesar del éxito de la medida dijo que no estaban "eufóricos" sino "más preocupados que nunca".

Reclamó la libertad de varios trabajadores detenidos y condenó la brutal represión de ayer en Cruz del Eje, Córdoba, donde los policías que cargaron contra desocupados, la mayoría mujeres y niños, hirieron a varios de éstos, y responsabilizó de la acción al gobernador justicialista de esa provincia, José Manuel de la Sota.

Evitó entrar en discusiones sobre cifras con el gobierno, ya que dijo que esta actitud no servía, pero aseguró que la adhesión promedio fue de 91.2 por ciento en todo el país, en tanto que Rodolfo Daer, titular de la corriente moderada de la CGT, dijo que cerca de 85 por ciento de los trabajadores se sumó a la protesta.

El paro fue un virtual plebiscito "al que el gobierno debe dar importancia", dijo Daer, y aunque admitió la legalidad del Ejecutivo, criticó la política económica "rechazada por la mayoría".

"Esta jornada de protesta es un reclamo de la sociedad que pide al gobierno que tenga en cuenta lo que pasa, que atienda más a las necesidades de la gente que a aquellos que le exigen más ajuste", expresó Moyano, y añadió que aunque "no es nuestra intención parar por parar, queremos decirle al gobierno que hay que cambiar este modelo económico".