DOMINGO 11 DE JUNIO DE 2000

* El gobierno no atiende las necesidades sociales, aseguran representantes civiles


Sin paz en Chiapas, los comicios son una farsa: Bañuelos

José Gil Olmos * Al concluir ayer el Encuentro Nacional de la Sociedad Civil contra la Guerra en Chiapas, los participantes manifestaron su enérgico rechazo a una salida militar y policiaca al conflicto, y sostuvieron que sin la paz el proceso electoral del 2 de julio será una "farsa" en su intento por democratizar el país.

En un breve acto en el Zócalo capitalino, los organizadores del encuentro presentaron la declaración política en la que se emplaza a los seis candidatos presidenciales a impulsar la distensión en el sureste mexicano con el retiro de las fuerzas militares y el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés. Según el documento, participaron representantes de organizaciones sociales, civiles, políticas, de derechos humanos, intelectuales, grupos eclesiales, estudiantiles y juveniles de 21 estados.

La actriz Ofelia Medina, una de las activistas permanentes en el proceso de paz chiapaneco, leyó la Declaración del Zócalo, en la cual señalan que "la paz y la democracia son condiciones indispensables para el desarrollo nacional y el bienestar de los sectores mayoritarios del pueblo mexicano".

Denuncian que frente a las demandas de reconocimiento de los pueblos indios y como parte de la aplicación del modelo neoliberal, el gobierno no atiende las necesidades sociales sino que ha decidido implantar "un orden de vigilancia y de control policiaco y militar en toda la República, supuestamente para combatir la delincuencia, pero en realidad para reprimir toda protesta social".

En el encuentro de dos días se recibieron testimonios de represión policiaca y militar en Oaxaca, Chihuahua, Veracruz, Michoacán, estado de México, Distrito Federal y la mayor parte de Chiapas. "Afirmamos que el gobierno federal ha instrumentado una política hacia los pueblos y territorios indígenas que se funda en la violación sistemática, tanto en sus derechos como pueblos, como de las garantías individuales de sus miembros, sometiendo a todos a un proceso de criminalización".

Al clausurar el encuentro, minutos antes del concierto del trovador cubano Pablo Milanés, los participantes propusieron las siguientes tareas para detener la "guerra" en Chiapas: hacer fracasar las intenciones gubernamentales de dar una falsa solución al conflicto chiapaneco por la vía de las armas y la represión; revertir la militarización en el país, sobre todo en el marco del proceso electoral; disolver la Policía Federal Preventiva; formar un plan de acción para la resistencia civil pacífica; y emplazar a los candidatos presidenciales a solucionar por la vía política el conflicto chiapaneco con el retiro de las fuerzas militares y el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.

Tres mesas de trabajo se instalaron durante los dos días del encuentro. En la primer se habló sobre el proceso de paz y la democracia, se estableció la urgencia de desmilitarizar todas las zonas indígenas del país. Asimismo, se rechazó todo intento de un nuevo golpe militar contra la directiva del EZLN, al tiempo de demandar respeto al cese al fuego declarado el 12 de enero del 94.

En la misma mesa, en la que participaron unas cien personas, se exigió el establecimiento de las garantías necesarias para los procesos electorales federales.

En la mesa dos se recibieron 55 testimonios de violaciones de derechos humanos y de los pueblos indios. La mayor parte (46) provinieron de las comunidades indígenas de Chiapas y luego de Oaxaca, Chihuahua, Veracruz, Michoacán, estado de México y Distrito Federal. Destacan como responsables el Ejército, las policías judiciales y preventivas, la Policía Federal Preventiva, funcionarios de gobierno, agentes ministeriales, grupos paramilitares y guardias blancas.

Las principales violaciones son tortura, tratos crueles, desplazamiento forzado, denegación de justicia, allanamientos, hostigamiento, intimidación, detenciones arbitrarias e ilegales, violaciones sexuales y limitaciones a las libertades de tránsito, expresión, domicilio, de reunión y asociación.

De la mesa tres, la de mayor asistencia con 300 participantes, salieron nuevas propuestas de organización, entre ellas crear un movimiento nacional por la paz y contra la militarización, cuyos ejes sean el reconocimiento de los acuerdos de San Andrés, desmilitarización de las zonas indígenas y campesinas, desaparición de la Policía Federal Preventiva y organizar movimientos a favor de los migrantes.

Asimismo, integrar una red de ciudadanos, organizaciones y movimientos sociales, a través de los cuales se coordinen las acciones y se concentre la información de las actividades que en todo el país se realizan por la paz y contra la militarización.

Se propuso realizar caravanas y foros en Chiapas el 9 de julio; del 26 al 28 de junio en Aguas Blancas, Guerrero; y del 27 al 28 de octubre en los Loxicha, Oaxaca; efectuar una consulta pública contra la desmilitarización el 8 de agosto, cuya entrega de resultados sería el 15 de septiembre; y construir la procuraduría autónoma electoral del pueblo de México, que calificaría los comicios del 2 de julio.

En el marco del encuentro, el poeta y ex miembro de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), Juan Bañuelos, argumentó que la "guerra" que se desarrolla en el país no requiere de la existencia de un campo de batalla sino que se observa por sus efectos en la persistencia de violaciones a los derechos humanos en algunas poblaciones, muertos y heridos por la represión militar y policiaca, desaparecidos, desplazamiento de poblados y comunidades con niños, mujeres y hombres enfermos.

A seis años de la insurgencia zapatista, la militarización se ha expandido con un costo excesivo en la subvención del "aparato de represión", sostuvo el literato chiapaneco al sostener que los indígenas "no son los enemigos de la nación".

Para Bañuelos, la paz es "tener que comer, tierra para cultivar, educación gratuita, empleos en el país para no tener que emigrar, energía eléctrica y los demás servicios". Y como conclusión aseveró que "sin la paz en Chiapas será una farsa todo intento de democracia en México, incluso las elecciones".