DOMINGO 11 DE JUNIO DE 2000

Otros veinte compromisos

 

* Néstor de Buen *

HACE AHORA SEIS AÑOS, POCO más o menos, Demetrio Sodi de la Tijera y un grupo de seguidores publicaron sus famosos "Veinte compromisos por la democracia" que el Grupo San Angel, así llamado porque nació en el sur, en la casa del fundador evidente del grupo, Jorge Castañeda, hizo suyos. Eso provocó la presencia de los tres candidatos a la Presidencia en desayunos y comidas. Algún compromiso asumieron, no todos y no del todo. Dicho sea de paso.

Ahora otro grupo, un conjunto de especialistas laborales y mujeres y hombres que también se ocupan y preocupan de ello como Elena Poniatowska, Paulina Fernández Christlieb, Rosa Albina Garavito y Miguel Concha Malo y del que formo parte, ha lanzado para su firma y difusión otro "Acuerdo sobre 20 compromisos por la libertad, democracia sindical y cumplimiento de los derechos individuales y colectivos" (šdemasiado largo el nombrecito!), con la intención de que sea tomado en cuenta por los tres candidatos evidentes que, en materia laboral, andan un poco despistados.

Los temas centrales, detalles aparte, son las condiciones de trabajo, que se pide sean dignas y justas; la libertad y la democracia sindicales, con específico reconocimiento al derecho de huelga; la contratación colectiva legítima (con la pretensión de expulsar los contratos de protección, entre otros objetivos), y hacer realidad la justicia laboral, lo que anda por los rumbos de cancelar las juntas de conciliación y arbitraje y su dependencia de los poderes ejecutivos, convertirlas en juzgados sin integración tripartita, y pasarlas al Judicial, que es donde deben estar.

Fue interesante la presentación del "Acuerdo", nada menos que el día de la libertad de prensa, en la famosa casa de los periodistas, de Filomeno Mata 8.

No hay mucho tiempo, pero ya habrán llegado al poder de Cárdenas, Fox y Labastida (riguroso orden alfabético) y algo podrán decir y comprometer.

Y por otros rumbos, otra noticia espectacular: la firma de una declaración conjunta de la STPS y el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, que encierra un plan de acción muy interesante, en el que destaca el compromiso de promover que los trabajadores puedan contar con información sobre los contratos colectivos de trabajo que rijan en sus centros de empleo. Habrá un par de reuniones plurales, en Tijuana y en el estado de México, en un plazo breve, para tratar ese tema y otros relacionados con la libertad sindical.

En El Correo Ilustrado del pasado jueves, Javier Moctezuma Barragán, subsecretario del Trabajo "A", el hombre que ha sido la estructura básica de la STPS en un sexenio de cuatro secretarios, hace algunas precisiones sobre el documento que me han parecido interesantes. Sobre todo, la referencia a que en el marco de la "nueva cultura laboral" se recomendó dar a conocer entre los trabajadores el contrato colectivo de trabajo. No se explica, y habrá que ver el acuerdo, si la publicidad se refiere a los trabajadores de cada empresa o a todo el mundo, que es una petición antigua de los sindicatos democráticos y que forma parte, precisamente, de los nuevos 20 compromisos (punto 9, que propone "Establecer el registro de sindicatos y contratos colectivos. El organismo encargado de dicho registro será público y autónomo del Poder Ejecutivo).

La declaración conjunta me parece extraordinaria. De hecho supera algunos puntos del ACLAN en su intención de fomentar los principios de libertad sindical y derecho a la organización sobre la base de que los propios trabajadores cuenten con la libertad de elegir a sus representantes. De eso tenemos muy poco.

Lo del registro de contratos colectivos, si se hace, será un logro fenomenal. Tal vez el primer paso para acabar con el nefasto negocio de los contratos de protección. Porque el problema mayor estriba en que los trabajadores no se enteran de que un supuesto dirigente sindical, siguiendo las reglas de la corporativa LFT, le firma al patrón un contratito colectivo de trabajo de mierda, muy contentos lo depositan en la Junta de Conciliación y Arbitraje y ya tienen un muro muy difícil de remontar para la firma de un verdadero contrato colectivo de trabajo. Cuando sean públicos, las cosas no van a ser iguales.

Hay que mandarle un fuerte abrazo a Mariano Palacios Alcocer. Lo merece. Y sin la menor duda, también a Javier Moctezuma Barragán. *