DOMINGO 11 DE JUNIO DE 2000

Ť El principal atrilista de Son 14 considera que ese género aburre


A la salsa le falta espectacularidad, dice El Tiburón

Jaime Whaley Ť Faltaban poco menos de 30 minutos para su actuación. Digamos que a él le correspondía el turno subestelar de la noche. El Tiburón casi dormitaba tras bambalinas. Ya en anteriores oportunidades este corpulento cubano ha vertido sus opiniones respecto de su grupo y el tipo de ritmos que interpreta, pero en esta ocasión lo que externó fue diferente.

savoy-cuco-jpg Eduardo Morales, su nombre, habló ahora sobre la vigencia del son y el descenso de la salsa. El primero es un género que Morales domina y desde luego ejecuta, no en vano es el director del Son 14, orquestón isleño que por temporadas se presenta en México. En relación con la segunda vertió una crítica no malsana pero sí fuerte: definió que está en decadencia.

''La salsa es de grabación, no hay reacción por parte de los cantantes, por eso es que va para abajo'', sentencia afuera de los camerinos del Salón 21, un viernes, ya casi sábado, este Morales con su inseparable sombrero Stetson hundido hasta las cejas.

Añade que tanto el bailador como aquel que únicamente escucha tienden a aburrirse con la salsa, pues le falta espectacularidad.

En un arrebato que pudiera tomarse como petulancia, Morales, quien lleva 27 años de músico, comenta que los viejos -él tiene 64 años- se han encargado de señalar el camino para los nuevos soneros y que con base en sus arreglos es que este ritmo ha persistido.

''El son sigue vigente porque se ha ido moviendo. Si en sus principios se apegó al jazz, ahora lo hace a la cumbia, a la bomba, y a parte del merengue al contrario de la salsa que sigue con su mismo formato y ritmo'', pontifica El Tiburón.

El Son 14 ha estado muy ocupado. Acaban de regresar de una gira por Sudamérica, concretamente Venezuela, y ya se alistan para partir a un periplo que los llevará hasta tierras canadienses con estancia, también, en algunas ciudades de Estados Unidos.

Acerca de su reciente viaje, El Tiburón informa que se dieron tiempo para convivir en un ensayo con Oscar D'León en Caracas, quien le preguntó: ''ƑSeguimos o paramos?''. ''Tú sigue'', le ripostó el cubano al venezolano. ''En el son hay que improvisar para tener independencia, hay que invertir en el escenario con el motivo del momento'', continúa Morales con su dictum, a quien le sorprendió ser tan popular por esas tierras cuando espontáneamente le saludaban los caraqueños, y añade que D'León, aparte de su calidad como cantante, tiene espectáculo, y enfatiza que ahora hay coreografía hasta en el merengue.

Según Morales, los soneros han tenido que oír los distintos ritmos. ''Nuestros arreglistas oyen la nueva forma de componer en mi país (Cuba) y cogen todo tipo de fragmentos, como ocurre en el ultimo compacto de Gilberto Santa Rosa.

El Tiburón se refirió también a las nuevas formas de composición que han adoptado puertorriqueños y cubanos de Miami, y cita el más reciente trabajo del pinareño Willie Chirino, que sigue esa pauta. ''Hay que prestarle atención, porque está de pinga'', concluye.