DOMINGO 11 DE JUNIO DE 2000
* Antonio Gershenson *
ƑVolatilidad?
Antes se decía ''ajuste'' para no decir que el peso bajaba o que el precio del pan subía. Hoy se habla de ''volatilidad'', a veces en un sentido parecido: el dólar sube y el peso baja. Estos eufemismos pretenden ocultar lo que sucede, y lo único que ha resultado de esto es que los tecnócratas hablan un lenguaje diferente del mexicano. En épocas normales, esto no preocupa a los funcionarios que hablan así, pero a pocas semanas de las elecciones ya las cosas no son iguales. Los inversionistas ya no les creen a estos funcionarios, ya no digamos los trabajadores o los estudiantes de educación superior. En este último caso, la preelección organizada en la UAM Iztapalapa le dio 4 por ciento de los votos al candidato presidencial del partido gobernante, el cual quedó con ello en el cuarto lugar.
En cuanto a no pocos inversionistas, pese a los discursos tranquilizantes, siguieron comprando dólares y la divisa subió durante seis días consecutivos para llegar a rondar los diez pesos por dólar. Esto, pese al intento del Banco de México de subastar 200 millones de dólares, subasta que se declaró desierta. Esto significa que lo que para ese banco era un precio razonable, no lo era para los posibles compradores, y viceversa. Ante esta situación, luego de nuevas ventas el viernes pasado, el citado banco se puso a vender dólares a quien se pudiera, logrando frenar el alza y que el dólar bajara tres o cuatro centavos.
El problema de fondo no está en el corto plazo. El Banco de México tiene disponibles suficientes cañonazos de 200 millones de dólares como para contener el alza del dólar. El problema de fondo es que el peso tiene un precio artificialmente alto. Los dólares están artificialmente baratos. Esto se nota en que los productos mexicanos cuestan más caro en el extranjero y en que las importaciones son baratas. La balanza comercial y la balanza de pagos en general son negativas, y más negativas que hace un año. En no pocos casos es más barato irse de vacaciones al extranjero que a un lugar de México que de alguna manera se le pueda equiparar.
Esta salida de divisas se había compensado con la entrada de inversión. Esta inversión viene, y ese es el principal problema, a comprar sobre todo papel financiero: acciones, títulos, etc. A diferencia de la inversión productiva (una fábrica no se desmonta en un día), la llamada inversión de cartera puede salir en cualquier día y de golpe. Y eso ya empezó a suceder: baja la bolsa, bajan los rendimientos de títulos en pesos porque quien los tenía los está vendiendo y no cualquiera se los compra y, en general, el flujo de divisas hacia México se va sustituyendo por un flujo hacia el exterior, que ahora se suma a lo que se pierde por el comercio y el turismo.
Este fenómeno empezó más tarde que hace seis años. En 1994, ya en febrero empezó a bajar la bolsa, y en marzo, a raíz del asesinato de Colosio, la salida de divisas ya fue mayor. Este año, apenas en abril se inició ese proceso en escala importante y sólo ahora adquiere un volumen más notorio. Esto permite que los dólares acumulados para hacer frente a esta situación sean más que hace un sexenio. Pero de todos modos se trata de un recurso transitorio, y no es nada obvio que pasadas las elecciones vaya a volver la inversión a fluir hacia nuestro país.
El sistema arcaico que tenemos para la sucesión presidencial implica, en plena era de las computadoras, cinco meses entre el día de la elección y la toma de posesión del nuevo presidente. Los candidatos a los que generalmente se atribuyen mayores posibilidades de triunfo han hecho declaraciones que se contradicen entre sí, y por lo menos habrá muchos inversionistas que esperen hasta el discurso de toma de posesión, si no es que prefieren esperar a que haya hechos que indiquen el rumbo que se ha de seguir.
Ante esta situación, los todavía responsables de la política económica de México tendrán que reflexionar sobre las alternativas a la vista: Ƒuna devaluación moderada y preventiva después de las elecciones? ƑDejar la bomba de tiempo para el siguiente gobierno, como lo hizo el pasado con el actual? ƑSeguir ignorando el problema y hacer como que no pasa nada? Lo sabremos en un futuro no lejano.