LUNES 12 DE JUNIO DE 2000

* Bases de apoyo del EZLN se encuentran con miembros de la sociedad civil


Oscar Chávez brinda concierto por la paz en Oventic

Javier Molina, Oventic, Chis., 11 de junio * Sol, lluvia tenue, lluvia recia, de nuevo sol. Una dulce llovizna enmarcó el escenario para un concierto por la paz al que acudieron bases de apoyo del EZLN e integrantes de la sociedad civil procedentes desde la ciudad de México y San Cristóbal de las Casas.

Cuando pienso en Chiapas es la primera canción que entonó Oscar Chávez (suya es la música y la letra), acompañado del grupo yucateco de Jorge Buenfil. Cuando pienso en Chiapas/ porque hay cosas que quiero aclarar/ de rabia, estupor e indignación/ cómo entonces no hacer/ una canción de amor.

Desde el mediodía hasta el atardecer, Oscar Chávez interpreta las 16 canciones de su disco Chiapas (11 temas de su autoría y cinco de música tradicional). Desde la primera canción (de amor) la gente se alegra, aplaude, está contenta; los niños corren bajo la lluvia. Antes hubo un pequeño acto inaugural, una marcha como de 170 alumnos de la Escuela Secundaria Rebelde Autónoma Zapatista Primero de Enero, quienes ųse dijo en la presentación que hizo otro habitante de los Altosų "empezaron su liberación el 10 de abril (fecha de apertura de la escuela) y han resistido la amenaza de los militares".

Las ganancias del disco y los actos que de él resulten serán destinadas a la escuela. El Aguascalientes II de Oventic ųdice un joven zapatistaų en San Andrés Sakamchem de los Pobres, en la región montañosa de los Altos, es el corazón de la dignidad del EZLN y sede del sistema educativo.

Modesto López, de Discos Pentagrama, funge como maestro de ceremonias. Se leen pequeños textos hilvanados entre canción y canción. Son obra de Saramago, Galeano, del subcomandante Marcos, de Fernando Benítez, quien expresa esta idea: "Si la voz de un escritor les sirve de algo, mi voz es vuestra voz". Antes de escuchar la segunda canción (tradicional), San Rapayel, escuchamos que el público lanza una nueva consigna: "Oscar Chávez sí, militares no". Al artista lo acompaña la Marimba Orquesta Lupita, de San Cristóbal, la marimba del maestro Horacio Trujillo, un trompetista de primera línea. Modesto da lectura a un texto de Galeano: "La niebla es el pasamontañas que usa la selva, han sabido refugiarse en la niebla, de ahí han salido enmascarados para desenmascarar al poder".

Se oyen las guitarras de Los Morales, acompañando la canción Nos: Nos sobra mucho amor/ nos sobra mucha calma/ nos falta mucho el pan/ nos falta mucho el sol/ nos estamos odiándonos/ nos estamos matándonos/ ante propios y extraños/ nos estamos matando/ todos los mexicanos/ Ay, ay, ay, ay. Siguen las canciones La indita, Lamento por vos, Chumeltic, Sufre, Manuel toca el tambor ... Contemplamos las colinas, la gente atenta, callada, sólo el sonido de la música; es un verdadero remanso, no se oye ni un avión, ni un helicóptero, sólo estas canciones de lucha y amor. Es, en verdad, un concierto para la paz. Se realiza en un bien construido escenario, con un excelente sonido. Llega Oscar con Los Morales de muy buen humor, ahora canta El aguafiestas, corrido tragicómico que habla de un personaje que está tome y tome, y grite y grite... y todavía en la cárcel sigue gritando: Que viva Chiapas/ tiene toda mi confianza/ que vivan Villa y Zapata/ cada quien paga la fianza.

Siguen las canciones hasta llegar a la número 16 del disco, Siempre me alcanza la danza, un tema que combina la hermosura de la letra, el compromiso político directo y la calidad musical muy alta: Siempre me gusta decir/ todo lo que está pasando/ dicen que arreglan las cosas/ no es cierto, no arreglan nada/ son diálogos de papel/ con palabras desgastadas./ Siempre me alcanza la danza/ para levantar el canto/ y se me alcanza el canto/ para cantar la esperanza. Son las tres de la tarde. El generoso artista anuncia "que se van a reventar dos que tres más". Llueve leve. El público grita y aplaude entusiasmado cuando al final del concierto vuelan los recuerdos hasta estas colinas al escuchar: Aquí se queda la clara/ la entrañable transparencia/ de tu querida presencia/ comandante Che Guevara. Ahora una mía, dice Oscar Chávez, y canta: Por ti /yo dejé de pensar en el mar/ yo dejé de fijarme en el cielo.

Los músicos se despiden con el ritmo alegre de la canción Macondo, vienen al caso unas palabras zapatistas que leyó Modesto López: "Y sin dejarse de caminar se dijeron: está alegre este camino que somos. Para todos hay principio y fin en su camino, para el camino no, para nosotros, no para todos todo, somos el camino".