LUNES 12 DE JUNIO DE 2000
Ť Unen disciplinas para homenajear al vate
Poemas de Efraín Huerta inspiran a artistas plásticos
Ť El domingo, celebración del 86 aniversario de su natalicio
Yanireth Israde Ť El poeta Efraín Huerta cumpliría 86 años el próximo domingo y, para celebrarlo, un conjunto de artistas plásticos puso a trabajar su pincel o cincel, inspirándose en los textos del autor fallecido en 1982.
Las obras resultantes de ese frenesí creativo serán exhibidas en el Museo de la Ciudad de México, recinto que tiene programada esta exposición como la parte central de un homenaje a Huerta, el cual incluye también música y lectura de textos. Todo, el 18 de junio en punto de las 12 horas.
En la fiesta por el aniversario del natalicio de Huerta -uno de los poetas más importantes del siglo XX mexicano-, participan como lectores David Huerta (hijo de Efraín), Alejandro Aura y Esteban Escárcega.
La parte musical tiene como protagonistas a Eugenio Toussaint, Eduardo Gamboa y Arturo Márquez. También los músicos Alvaro Bitrán y Arturo Nieto-Dorantes. No faltará la presencia de la jefa de Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles, quien inaugurará el homenaje.
Asimismo, se presentará el catálogo a color de esta muestra plástica, en la cual se involucraron 27 artistas para un total de 36 obras y que incluye textos de 13 poetas: Alicia García Bergua, Dolores Castro, Hugo Gutiérrez Vega, Eduardo Langagne, Thelma Nava, Marco Antonio Campos, Arturo Córdoba Just, Mónica Mansour, Francisco Martínez Negrete, Alberto Blanco, Eduardo Luis Feher, David Huerta y Alejandro Aura.
Los artistas plásticos cuya obra aparece en el catálogo, y que es la misma que se podrá visitar en el Museo de la Ciudad de México, son: Miguel Angel Alamilla, Alberto Blanco, Jordi Boldó, Leonora Carrington, los hermanos Castro Leñero (Franciso y Alberto), Arnaldo Coen, Rogelio Cuéllar, José Luis Cuevas, Juan Manuel de la Rosa, Manuel Felguérez, Manuela Generali, Fernando González Gortázar, Sergio Hernández, Joy Laville, Gabriel Macotela, Rodolfo Morales, Alejandro Nava, Guillermo Olguín, Irma Palacios, Carmen Parra, Yani Pecanins, Vicente Rojo, Germán Venegas, José Villalobos, Roger Von Gunten y Luis Zarate.
Escenario idóneo
El Museo de la Ciudad de México funcionará como escenario idóneo porque durante este mes ha dado cabida a diversas actividades de poesía, comenta la coordinadora general de Impronta Editores, Raquel Chamblati. Ella es una de las impulsoras de la celebración, junto con Isaac Masri, director de la misma empresa.
Chamblati explica que la exposición-homenaje a Huerta permanecerá en el museo todo junio, y quizás hasta mediados de julio (la fecha exacta no se define aún); el plan es que más adelante itinere por otros espacios culturales.
Destaca la colaboración de todos los artistas participantes; declara que para la preparación del homenaje y la edición del catálogo se tuvo el apoyo del Instituto de Cultura del Distrito Federal, por medio del Museo de la Ciudad de México, así como de Impronta Ediciones.
Asevera que muchos artistas recibieron con entusiasmo la propuesta de sumarse a este homenaje, pues coinciden en que el autor de Los hombres del alba es una figura vital del siglo XX mexicano.
Poeta de convicciones
Hay, ciertamente, aspectos de su biografía que lo hacen fascinante.
"La poesía de Huerta se singulariza por la disensión frente a lo establecido. Contra la contemplación que descubre los matices de lo inolvidable, no acepta más asombro que resolver su protesta con un lenguaje frecuentemente 'antipoético', mezclado con emoción nunca exenta de ternura", se lee en el libro Poesía en Movimiento, editado por Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco y Homero Aridjis.
"Revolucionario a veces, siempre desesperado -añade el volumen-, Huerta no concede cuartel a su convicción de proyectar su protesta en todo lo que toca."
Heredero de sangre y de oficio, David Huerta aclara en el prólogo de Poesía completa (FCE) que su padre no fue un poeta marginal, aunque sí puede decirse que nunca tuvo el menor interés por hacer una carrera literaria convencional.
Recuerda la vocación periodística de Efraín, su participación en la Juventud Comunista, sus dotes de conversador, su humor: "Fue un ferviente buscador de presencias y esencias, un hombre del espíritu y un individuo que buscaba en lo que sucede todos los días alguna maravilla, grande o pequeña, y solía encontrarla con pasmosa frecuencia. Fue además un mexicano amantísimo de su país, que por turnos lo encolerizaba y lo enternecía; mejor dicho, lo irritaba y entristecía ver cómo México se convertía en el teatro del deshonor y de la violencia del poder, así como lo conmovía advertir la íntima nobleza de tantos compatriotas".
Con todo, sigue, "para mí Efraín Huerta es esencialmente un poeta del amor. Era el suyo un amor con una multiplicidad de expresiones: amaba a su país, amaba la literatura, amaba la femineidad, amaba a su familia, amaba las causas justas de la libertad y el respeto. Pero, desde luego, la palabra y la experiencia del amor tenía que ver con la mujer, con las mujeres. Toda la obra de Efraín está sostenida por estas presencias".