LUNES 12 DE JUNIO DE 2000
Ť Los taurinos descubren por fin el hilo negro
Tras 20 años de abusos, concluyen que el dinero sirva al espectáculo
Ť Empresarios sin idea Ť Ganaderos sin rumbo Ť Toreros sin fuerza Ť Crítica sin independencia
Lumbrera Chico Ť Muy de vez en cuando, sobre todo si coincide con elecciones federales, los llamados taurinos, los que dicen que sí saben del negocio, a diferencia de quienes los cuestionan o critican, se despabilan un poco, se acuerdan de que la fiesta está en crisis y por conducto de sus voceros oficiales -cronistas de probada lealtad- hacen declaraciones tan sonoras como obvias.
Más que risible, lo sospechoso de estos taurinos es que se quejan de lo que ellos mismos propician: Poca asistencia de público, nula baraja taurina -salvo algún torero, ninguno de los que actúan regularmente tiene capacidad de convocatoria- y pobre difusión del espectáculo, luego de nueve años en que Televisa promovió una imagen de falsa grandeza taurina -poncemanía-, mientras Miguel Alemán Magnani estuvo en el consorcio.
Entonces los que supuestamente arriesgan su dinero en montar corridas o novilladas que luego invariablemente pierden, Ƒa quiénes responsabilizan de ese creciente desinterés del público por la función taurina?
Oportunistas vs. incondicionales
Según los voceros o publicronistas de los taurinos, tan lastimosa situación no es por falta de toreros, pues "con sólo levantar una piedra, salta uno" (sic), sino que la culpa es de los oportunistas metidos a redentores de la fiesta, "ansiosos de notoriedad y de protagonismo, así no sepan de qué lado tienen la cabeza los toros. Y para ocultar su incompetencia gritan escarnios y tonterías, en lugar de advertir las causas del bache tan hondo y los recursos que se requieren para salir del mismo".
Después de mucho dolerse de los ignorantes que se atreven a criticar el mediocre desempeño de los cultos taurinos, sus portavoces a sueldo concluyen -cuando desde siempre han apoyado y aplaudido los tristes logros de las empresas- que "La verdadera y terrible realidad es que la crisis es de empresarios. Particularmente de los actuales (sic) que no pueden ni parecen distinguir a los nuevos valores"...
Según esta lógica, la crisis es de empresarios pero no hay que señalar las torpezas de los empresarios, a menos de que se sea un taurino de trayectoria reconocida por su incondicionalidad šhacia los empresarios! Con estos criterios autocomplacientes y cínicos, es de admirar que todavía haya quien pague un boleto por asistir a una plaza.
Ahora bien, Ƒquiénes son esos empresarios "actuales" a que aluden los intérpretes exclusivos de la realidad taurina de México? Desde luego Alberto Bailleres y Miguel Alemán Magnani, no, pues ellos sólo tienen unos 30 y 10 años respectivamente haciendo fiesta, aunque sin otro resultado taurino que contribuir a las estadísticas del número de festejos anuales.
Esos empresarios "actuales" Ƒserán acaso Carlos Slim, que a través de Telmex patrocina la Feria Nacional del Novillero, y Carlos Peralta, que promueve el Encuentro Mundial de Novilleros? ƑSon ellos los responsables del descenso brutal del espectáculo taurino en el último cuarto de siglo? Atendiendo al corto tiempo que han dedicado al mismo, no; según los retorcidos augures de la alicaída fiesta de toros en México, sí.
Más apoyo falso a toreros, no al toro
Imposibilitados de responsabilizar a quienes les pagan, estos voceros oficiosos de los taurinos que sí saben, prefirieron festinar que a mediados de marzo la AMAT (la desunida Asociación Mexicana de Agrupaciones Taurinas, es decir, empresarios -quesque 50-, ganaderos -más de 250-, matadores y subalternos) convocara a los medios a que anotaran "los nombres de seis matadores y de seis novilleros que reúnan cualidades para ser promovidos intensamente en plazas del país". De no creerse.
Mayor evidencia de su falta de sensibilidad taurina e imaginación en los experimentados empresarios no pudo haber. Incapaces de multiplicar utilidades ofreciendo al público productos -toros bravos y toreros valientes- que lo emocionen, no que lo diviertan, quienes dicen arriesgar su dinero en pro de la fiesta recurrieron al criterio comprometido de los especialistas para orientar sus magros esfuerzos, habida cuenta de que hasta ahora no han logrado sino importar ases españoles y consecuentar a diestros mexicanos que con trabajos figuran.
Del toro con edad y trapío, del que pone en su lugar a todos, los seudoconocedores de la fiesta no hablan, comprometidos como están con la élite de ganaduros amigos de las empresas, cuando es el toro auténtico -no el que aprueban las paniaguadas autoridades- el único que puede efectuar una limpia de toreros y mandar a su casa a tanto fraude vestido de luces, y sin necesidad de encuestas hipócritas que justifiquen las miopes preferencias de estos inadvertidos empresarios y sus cronistas a sueldo.