LUNES 12 DE JUNIO DE 2000
* Anuncia la Cofetel que se mantendrá el esquema de bonificación a suscriptores
Multarán a empresas de telefonía celular; persiste el mal servicio
* La verificación de los niveles de calidad se hará cada dos meses, no cada seis: Nicolín Fischer
Víctor Cardoso /I * Ante la persistencia de la mala calidad en el servicio de telefonía celular, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) aplicará sanciones económicas a las empresas operadoras en tanto alcanzan los niveles que desde octubre de 1999 establecieron de común acuerdo con las autoridades. Esas multas se aplicarán independientemente de que se les obligue a continuar con la compensación de 20 por ciento para los abonados y a las que ya fueron obligadas en abril y mayo pasados.
La decisión de la dependencia reguladora de las telecomunicaciones en el país se adoptó a partir de que las inversiones comprometidas por más de mil 700 millones de dólares no se ha traducido en los beneficios de calidad esperados.
Ya en abril y mayo de este año las empresas Iusacell y Telcel fueron obligadas a bonificar a sus usuarios el equivalente a 20 por ciento del consumo promedio (tanto para planes de contrato como de prepago) para compensarlos particularmente por las llamadas caídas (pérdida de comunicación) e intentos fallidos de llamadas en la región 9, que abarca el Distrito Federal y los estados de México, Hidalgo y Morelos.
En el mes de marzo la institución inició un proceso de verificación en Monterrey; en abril en Tijuana y en mayo en Guadalajara para determinar el cumplimiento o no de los índices de calidad. A partir del 1 de junio se inició una nueva revisión en la capital del país, pero aparantemente las empresas no alcanzaron a cumplir con las normas establecidas, pese a los trabajos realizados para ampliar y modernizar su infraestructura y mejorar los servicios que prestan.
Según el presidente de la Cofetel, Jorge Nicolín Fischer, las quejas de los usuarios en la región 9 disminuyeron considerablemente durante los últimos dos meses, pero ųdijoų persiste el mal servicio y para todos es evidente que los problemas continúan.
De ahí que, anunció Nicolín Fischer en entrevista, dependiendo de los resultados que se obtengan en la verificación de junio (los resultados se darán a conocer esta semana), a más tardar el día 15 se aplicarán sanciones económicas conforme a la ley e incluso se mantendrá el esquema de bonificación a los suscriptores y se aplicará una constante revisión de los niveles de calidad, cada dos meses en lugar de los seis que duraron las actuales.
Adelantó que las autoridades pueden revocar las concesiones a esas empresas, pero consideró que castigos de esa naturaleza tendrían un efecto negativo en el mercado, porque afectarían a la economía en su conjunto y en particular los objetivos de aumentar la teledensidad en el país (número de líneas disponibles por cada 100 habitantes).
La Cofetel también tiene consideradas otras acciones en caso de que los problemas persistan, tales como la posibilidad de ya no asignar números a las empresas concesionarias para evitar que el mercado crezca (aunque esta sería sólo como medida de apremio, pues los operadores tienen suficiente disponibilidad para atender las necesidades de este año), así como el impedir que sigan vendiendo aparatos telefónicos (en este caso, según Nicolín, el daño a la industria sería superior, pues se crearía un mercado negro que posteriormente sería difícil de controlar).
La demanda, rebasada
Los problemas de la telefonía celular, derivados de la saturación del mercado, comenzaron a partir del 1 de mayo de 1999, cuando entró en vigor el esquema "El que llama paga", mediante el cual a los usuarios de esta modalidad de servicio dejaron de costarles las llamadas recibidas.
Según la propia Cofetel, entre mayo y diciembre de 1999 el número de usuarios en la región 9 pasó de 1.3 millones de abonados a 2.5 millones, casi 95 por ciento, mientras que a nivel nacional los suscriptores aumentaron en más de 117 por ciento, es decir, de 3.5 millones se elevaron a 7.6 millones.
Pero no sólo eso, sino que además el tráfico, es decir el número y tiempo de llamadas, creció a una tasa de casi 90 por ciento, lo que provocó saturación de las redes de las empresas, que no habían sido diseñadas para un incremento de esa magnitud.
La Cofetel dictaminó que "esta tendencia, en combinación con otros factores como las dificultades de las empresas concesionarias para instalar nuevas radiobases; la transición de tecnologías analógicas a digitales; el hecho de que "El que Llama Paga" propicie que los teléfonos permanezcan encendidos por periodos más prolongados, así como un entorno económico favorable que incentiva un mayor consumo, se ha traducido en un impacto sensible sobre la calidad de los servicios proporcionados por estas empresas".
Incluso justificó que la telefonía móvil con tecnología celular no puede ofrecer los mismos niveles de calidad que proporcionan las redes alámbricas, pues no opera adecuadadamente en algunos lugares cerrados, subterráneos o de gran altura.
Al respecto, Daniel Hajj y Fulvio del Valle, director general de Telcel y presidente de Iusacell, respectivamente, entrevistados por separado, argumentaron que sus planes de crecimiento y expansión de servicios, así como los pedidos de equipos y ampliación de infraestructura estaban diseñados para atender la demanda derivada de aumentos de 95 por ciento, más un remanente de capacidad que les permitiera un margen de maniobra para atender la concentración del tráfico de llamadas en algunas zonas y en horas pico.
Pero según el presidente de la Cofetel, ninguna de las dos empresas ha logrado remontar los niveles mínimos de calidad establecidos consistentes en no tener más de un 7 por ciento de llamadas no completadas (intentos de llamada no conectadas por saturación de la red), 7 por ciento de llamadas caídas (corte de la comunicación) y un máximo de 20 segundos para el establecimiento de una llamada.