* Presencia mayoritaria de jóvenes entre totalmente Palacio y totalmente Aurrerá


La marcha blanquiazul en el DF, sin delirio colectivo

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Jaime Avilés * Con un poder de convocatoria más bien relativo ųnunca se llenó a tope la glorieta del Angel de la Independenciaų, Vicente Fox culminó su marcha por el Distrito Federal, de San Angel a la Zona Rosa, sin haber concretado en imágenes de delirio colectivo su dudoso eslogan de "šya ganamos!".

Con música de Ricky Martín, sonido de alta definición, globos aerostáticos, muchas máscaras y una presencia mayoritaria de jóvenes entre totalmente Palacio y totalmente Aurrerá, Fox llegó a la columna de Reforma a bordo del chentemóvil, acompañado por su hija mayor, Santiago Creel, Porfirio Muñoz Ledo, Luis Felipe Bravo Mena y Jorge González Torres, encabezando a la plana mayor del PAN-Verde.

Antes de su arribo, y por aquello de que el guanajuatense representa el "verdadero cambio", la concentración ųcelebrada, por cierto, en el décimo aniversario luctuoso de Manuel J. Cloutierų fue enriquecida por un contingente ecuestre de hombres y niños vestidos de charro al viejo estilo de los actos priístas.

Detrás de los jinetes venían dos caminantes cargados con una campana y una bandera nacional; luego los organizadores, los coordinadores, los fotógrafos y los periodistas. Y al cabo de esta prevanguardia, ladies and gentlemen, con una camisa de mezclilla, pantalones vaqueros y botas marcas Fox (subsidiadas por el Fobaproa) apareció en la cima de un camioncito con pretensiones de papamóvil el candidato de la Coca-Cola, que fue recibido por la gente al grito de "šhoy, hoy, hoy, hoy ....!".

Labastida, encuerado

Para entretener a la mezcla de partidarios y curiosos que en vez de hacer el recorrido desde San Angel prefirieron aguardar en la verde y marmórea tumba de los héroes que nos dieron patria, los organizadores montaron una especie de show de karaoke, donde los paisanos subían al estrado y, en lugar de cantar, soltaban sentidas frases de su ronco pecho.

Una de esas personas fue una señora así como muy de Polanco, que presentó una demoledora denuncia. Mostró unas hojas mimeografiadas, las calificó de "vergonzosas" y procedió a darles lectura, informándonos que éstas llevan por título Mi compromiso con Labastida, debajo de las cuales seguían una rayas en las que los "interesados" tienen que anotar su nombre, domicilio y número de su credencial de elector. Eran, en otras palabras, pruebas tangibles de la operación de compra de votos que el PRI está desarrollando impetuosamente en todo el país.

Pasada la conmoción que provocó este golpe entre el público, se coló hasta el estrado Federico Ruiz López, candidato a jefe delegacional en Cuauhtémoc, y dijo con grandes aspavientos declamatorios que "el grito del cura Miguel Hidalgo sigue siendo el mismo de hoy: šmuera el mal gobierno!", sólo que en esta oportunidad la famosa consigna fue traducida simultáneamente por un mozo que ges-ticulaba en el callado lenguaje de los sordomudos.

Ruiz López se puso entonces conceptuoso. Después de exclamar "que viva la Revolución libre de México, lejos del PRI", afirmó que la lucha armada de 1910 fue "otro gran movimiento de traiciones, de olvido, de muerte" y culminó expectorando que "el PRI y el PRD son la traición a la Revolución y a la exigencia de libertad, justicia y sufragio efectivo". De lo cual se infiere, según observadores al pie del templete, que ahora el PAN-Verde empieza a autoproclamarse como partido "revolucionario".

"šCon la derecha, Joel!"

Si alguien empieza a creerse esta nueva caracterización, ese es el ex dirigente comunista Joel Ortega, quien al llegar con Fox y Muñoz Ledo al escenario del mitin levantó el puño izquierdo, coreando como tantos otros "šhoy, hoy, hoy, hoy!", hasta que una buena señora panista le grito: "šcon la derecha, Joelš Acuérdate dónde estás".

La caravana partió del jardín de La Bombilla, en San Angel, a eso de las 10:30 de la mañana. Dos cadenas humanas formadas por jóvenes de piel morena, aspecto humilde e inexplicables camisetas color guinda establecieron una doble valla portátil que iba desde el chentemovil hasta el camión de los periodistas, y que a lo largo de cuatro horas recorrería toda la avenida Insurgentes haciéndonos recordar aquella otra valla de la campaña de 1988 que guarecía a Cloutier en una expresión mucho más nutrida de apoyo de muchedumbres.

En su primera parada ųantes de ser aplaudida por la gente bonita de las colonias Guadalupe Inn, Del Valle, Nápoles, Roma y Condesaų, la caravana hizo un alto en el macrocamellón de Vito Alesio Robles, donde una grúa depositó una primera piedra fundadora del nuevo monumento a Cloutier. Ya en el Angel, y rodeado por no más de 5 mil personas que ocupaban apenas la mitad de la glorieta, Fox demostró que ha aprendido de las enseñanzas políticas de Andrés Manuel López Obrador, pero que lo suyo, por ciento, no son los números, pues dijo: "el 24 de junio cerraremos esta campaña en el Zócalo; necesitamos llenar la plaza. Por eso cada uno de los que estamos aquí tiene que llevar a diez compañeros más". Siempre según observadores presentes al pie del templete, el caudillo de Guanajuato se equivocó en este cálculo, pues hubiera debido pedir que cada cual consiga por lo menos a otros 40 ciudadanos o de lo contrario, añadieron, no llenará ni la cuarta parte de la plancha....