LUNES 12 DE JUNIO DE 2000
Ť Gritos y susurros: expresiones sociales en Estados Unidos
Religiosos, contra la guerra a las drogas
La guerra contra las drogas frecuentemente se describe en términos religiosos como una cruzada, pero un número creciente de prominentes líderes religiosos cuestionan las políticas antinarcóticos de este país. Más de 500 líderes religiosos cristianos y judíos anunciaron la formación de una campaña para abogar a favor del tratamiento de los consumidores de droga en vez de encarcelarlos. "Cuando se trata de adicción, los ricos van a Betty Ford (clínica para las estrellas de Hollywood) y los pobres a la cárcel", declaró el reverendo Scott Richardson de Pasadena, California. "Podríamos preguntarnos: Ƒhemos declarado una guerra contra las drogas, o una contra los enfermos y adictos a la droga?", se preguntó el reverendo Howard Moody, coordinador de la nueva campaña.
Basta de prisiones
Activistas de California, Nueva York y Colorado se han unido a un nuevo movimiento de "no más prisiones" en demanda de una moratoria de cinco años para la construcción de nuevas cárceles en este país y la evaluación de programas sociales como alternativa a la encarcelación. En Colorado, el grupo logró convencer a varios legisladores estatales de promover una legislación que, si es aprobada, cancelaría cualquier construcción de prisiones y dedicaría esos fondos a escuelas, hospitales y otros servicios sociales. Los activistas de Nueva York y California señalan que esos estados gastan más en la construcción de cárceles que en la de escuelas.
Inmigrantes crean coalición para amnistía
Una coalición sin precedente entre las asociaciones de los clubes de inmigrantes en Los Angeles se unieron para promover la propuesta de la central obrera AFL-CIO, a favor de una nueva amnistía general para los indocumentados en este país. La Fraternidad Sinaloense de California, el Frente Cívico Zacatecano y grupos similares de Jalisco, Oaxaca y Guanajuato anunciaron esta semana que trabajaron junto con la Federación del Trabajo del Condado de Los Angeles (la regional del AFL-CIO allí) para promover cambios en las leyes migratorias. (Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington)